viernes, 29 de febrero de 2008

Liberados por las Farc en rueda de prensa: “La solución es política, señor presidente Uribe”


Por: Venezolana de Televisión


Así lo manifestó uno de los ciudadanos colombianos recién liberados por las FARC, durante la rueda de prensa ofrecida en la noche de este jueves, en Caracas, por los 4 ex congresistas que disfrutaban su primer día en libertad en Venezuela. El presidente Uribe fue retado incluso a demostrar su política de “seguridad democrática”, justamente despejando territorio para el intercambio humanitario. Calificaron su liberación como los resultados de la exitosa gestión del presidente venezolano y de la senadora colombiana Piedad Córdoba. Pidieron que el estado colombiano asuma su responsabilidad en la solución política del conflicto interno, y que olvide lo que llamaron absurdo método del rescate militar. Caracas, 28 de febrero de 2008 / Los 4 ex congresistas colombianos que recuperaron su libertad gracias a la misión humanitaria adelantada por Venezuela, tras la decisión de las FARC de liberar a estos cautivos de las selvas, hicieron un llamado al gobierno de Álvaro Uribe para que asuma su responsabilidad en la solución del conflicto interno y colabore con los países amigos en e inicio de un camino para el intercambio humanitario. En este tono franco y abierto, con el que también calificaron como terroristas las prácticas utilizadas por los grupos guerrilleros, paramilitares y hasta de las fuerzas militares colombianas, fue realizada este jueves la rueda de prensa de los ciudadanos liberados por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), Gloria Polanco de Lozada, Orlando Beltrán, Jorge Gechem Turbay, Luis Eladio Pérez, celebrada en el Hotel Meliá Caracas, ante medios de comunicación nacionales y extranjeros.“Si persiste en el terco método de un rescate militar, recibirá 40 cadáveres…Es absurdo pensar en un rescate militar en condiciones como las que teníamos nosotros, donde no permite operaciones de facto sorpresa y solo contribuirá a masacre”, dijo Eladio Pérez, cuando se le preguntó por las declaraciones del gobierno colombiano en reacción a la reciente liberación. Más adelante, visiblemente emocionado por la experiencia vivida en las selvas, que catalogó como “desgraciadas”, Pérez retó públicamente al presidente Uribe a demostrar su pretendida “seguridad democrática”, precisamente despejando el territorio que pide las FARC para realizar el intercambio humanitario, lograr la libertad de los secuestrados y prisioneros, y luego que sus fuerzas militares intentan recuperar el territorio cedido.“Hago un reto público al presidente Uribe. Que demuestre el éxito de su política de seguridad democrática”, dijo, al señalar que el reto debía hacérsele directamente al “dueño del circo”, en rechazo a las declaraciones de voceros de ese gobierno, que calificó como “payasos”, cuando dijeron que los secuestrados por las FARC eran “enfermos terminales”, hecho por el cual el estado colombiano los había abandonado a su suerte. “El dueño del circo debe responder”, reiteró PérezPérez, además, adelantó que los cuatro recién liberados tenían una propuesta de solución política que involucraba al presidente Uribe, así como también la presencia indispensable de los mandatarios de Francia y Venezuela. “No podemos hacerla pública en esta noche”, se excusó, prometiendo que la harían pública una vez los tres mandatarios involucrados la conocieran de primera mano.”Desde tierras venezolanas pido el acuerdo humanitario”"Desde aquí, desde tierras venezolanas pido el acuerdo humanitario", afirmó la ex congresista, durante rueda de prensa.Polanco agradeció al Jefe de Estado venezolano y a la Senadora Piedad Córdoba por la labor que han realizado en pro de su liberación. Sin embargo, les hizo la solicitud de seguir trabajando por el acuerdo humanitario."Porque el valor que se le debe dar es a la vida, no a un pedazo de tierra, no a unos kilómetros; sino a que todo el mundo tenga la oportunidad que tenemos nosotros de estar nuevamente felices, dichosos con nuestras familias", expresó Polanco."Sufrí, desespere y vi la muerte":Luis Eladio Pérez, destacó la importancia de avanzar hacia el acuerdo humanitario. "Agradezco al Dios de todos los seres humanos por haberme permitido volver nacer. Expresar mis agradecimientos al Presidente Hugo Chávez, al pueblo venezolano, a nuestra compañera y querida amiga Senadora Piedad Córdoba y por supuesto a mi esposa, mis hijos y a mi familia por ser el motor que permitió sensibilizar a la sociedad colombiana sobre este desgraciado infortunio que aún sufren 3500 personas en Colombia", señaló el ex congresista colombiano liberado este miércoles por las FARC. Ratificó que el conflicto colombiano debe conseguir una salida negociada. "Sufrí, desespere y vi la muerte, que contento estoy en este mundo tan hermoso", manifestó Pérez, parafraseando al poeta Tagore. La retención no es la vía:El excongresista Orlando Beltrán, señaló que las FARC están comenzando a entender que la retención de ciudadanos como forma de presión al Gobierno colombiano no es la vía para lograr los cambios políticos a los que aspira esta organización. Asimismo, agradeció a los familiares que los han acompañado desde su llegada y también a la Senadora Piedad Córdoba y al Presidente de la República, Hugo Chávez, por ser los artífices de su liberación.

Hagamos el Bolívar de pan para nuestras hambres


¿Qué ocurrió hace 19 años, el 27 de Febrero de 1989, en Venezuela?



Un estallido social imprevisto e insólito estalla a finales de Febrero y principios de Marzo del 89, siglo pasado, su génesis sin duda radica en los factores sociopolíticos y económicos estructurales. 25 días después de tomar el poder, por segunda vez, el califa, Carlos Andrés Pérez, un decreto sobre aumento de pasajes hace que el pueblo se haga sentir. Un millar de trabajadores que venían de Guarenas para Caracas, se encontraron con tal implementación, esta que erosionaba su bolsillo en más de un 30%, hace que se desaten sus acciones y con encono, los venezolanos, que hemos venido soportando con estoicismo los abusos a que hemos sido sometidos por 10 años, se lanzó desesperado al saqueo, al pillaje y a una barbarie que dejó sin aliento a un gobierno sordo ciego y mudo.Esta acción fue considerada por diferentes analistas y politólogos como un fenómeno no político, por su espontaneidad y la falta de referencia a objetivos expresamente políticos. Pero el análisis profundo a esta situación nos enseñó todo lo contrario, y fue necesario dar una lectura política a estos sucesos de violencia. Lo que sí ocurrió es que no hubo una orientación partidista, doctrinaria, y eso fue normal, el país y los hombres del pueblo no contaban con líderes políticos, tenía sátrapas, tiranos, ladrones y explotadores, pero el acto insurrecto del pueblo, si fue una acción sociopolítica, fue la respuesta a la suspensión de los procedimientos normales de tramitación de las demandas sociales.

La de no tener la población conocimiento de valores básicos, ni menos información del funcionamiento político-económico que llevaba el Estado, fue el enfrentamiento real de la necesidad humana, ante la demagogia de un líder y un Estado que lograba el poder engañando las necesidades del hombre. Fue la respuesta de juicio y valor de la masa urbana a ese nuevo modelo económico que hoy se llama: Neoliberalismo y que no es otra cosa que el desarrollo de los oligopolios. Fue la necesidad, el hambre, la miseria y la explotación enfrentada a un estado que putrificado no tenía soluciones y que como respuesta a esta crisis, creada por él, la centró en el uso de la fuerza reaccionaria, utilizando los cuerpos más represivos y a los mandos militares más asesinos de todos los tiempos. Fue una masacre política amparada y llevada bajo el estigma institucional.

Tampoco el pueblo se resignó más a permanecer indiferente ante el uso ideológico e interesado de esa dictadura bipartidista adecopeyana, con la palabra democracia, la cual la designaban para crear su sistema de dominación, pues progresivamente el gobierno de turno en Venezuela, se hacia cada día menos democrático y menos justo con el pueblo.

¿FUE UN MOTÍN POR EL PAN?

El tiempo histórico es dimensional y el hombre lo hace con sus actos y sus decisiones, pero ocurre que los hechos muchas veces se desarrollan independientemente de su voluntad y también que al escribirla la adapta a una visión sin objetivos colectivos, deformándola de tal manera que los hechos históricos narran diferencias de los verdaderos hechos que ocasionaron las acciones, tal y como quisieron hacerlo con estos sucesos algunos políticos e historiadores.

Llegamos a los 19 años de ese imprevisto e insólito suceso que despertó al pueblo en aquel 27 de Febrero de 1989 y todavía nos consigue en una lucha abierta contra ese terrible mal heredado, aquello fue sin duda el resultado del descontento de los sectores menos favorecidos y que sin duda alguna podemos asegurar que fue un motín por el pan de cada día, suceso que calibró un nuevo hilo histórico, pues progresivamente vinieron detrás las explosiones militares del 4 de Febrero, 27 de Noviembre, que claramente dejan ver a civiles y militares unidos negándose a continuar el camino de la deshumanización.

Aunque en el archivo de la historia, estos sucesos quedaron como hechos dramáticos, con valores trágicos y sepultados, la verdad es que ellos jalonaron el hito histórico en las luchas cívicas-militares, para el total rescate democrático popular y llevando como pabellón ideológico el ideal de nuestro Libertador Simón Bolívar.

El poder y la violencia de la injusticia se encontraron como realidades opuestas. La corrupción, la demagogia, la inseguridad, de ese poder fueron la tarjeta de invitación para que la violencia y la paciencia de un pueblo sometido estallaran.

Hoy estamos viviendo un momento en el cual levantamos de nuevo las banderas de esa insurrección, la generación presente mantiene esas ansias de justicia, libertad, soberanía y una nueva cultura política, desde el marxista, bolivariano, cristiano y verdaderos demócratas, todos viven el impacto que nos dejó como lección aquella historia. Pero ese hoy también nos exige la carga responsable de levantar un proceso que nos de el pan de cada día. No hay escapatoria, la suerte está echada y el reto inevitable golpea con fuerza las verdaderas conciencias revolucionarias. ¡HAGAMOS EL BOLIVAR DE PAN PARA NUESTRAS HAMBRES!


Víctor J. Rodríguez Calderón -

TODOS SOMOS MAPUCHE


TODOS SOMOS MAPUCHE es una frase antiracista que conlleva la idea que cuando hay injusticias TODOS SOMOS SOLIDARIOS. Los franceses dijeron TODOS SOMOS JUDIOS-ALEMANES cuando el gobierno francés expulsó a Daniel Cohn-Bendit tras el mayo de 1968. En Dinamarca, tras la invasión nazi, se obligó a los judios a llevar la estrella amarilla y los ciudadanos daneses -e incluso el rey- también se la pusieron. Esa es la idea del afiche, más allá que seamos muchos los chilenos que tenemos sangre mapuche en las venas. Hoy se criminaliza al pueblo mapuche y se asesina a Matias Catrileo. TODOS ESTAMOS CONCERNIDOS.

Fuente:Le Monde Diplomatique.

jueves, 28 de febrero de 2008

Colombia: 6 de marzo: contra el paramilitarismo, la parapolítica y los crímenes de Estado, por tierra, dignidad y paz



El Movimiento de Víctimas de Crímenes de Estado en Colombia ha convocado a un homenaje a las víctimas del paramilitarismo para el próximo 6 de marzo en apoyo a tantos y tantas desterradas, por los que resisten en sus territorios, por los que nunca han sido escuchados, por los desparecidos, por los pueblos originarios, por la tierra que también es víctima de la voracidad del poder.
"...Eso es lo triste del periodismo colombiano, que se queda mudo ante las insolencias, las falacias y las bufonerías del poder. Pero sí baten el botafumeiro para envolver en el incienso de la adulación al Príncipe. Los periodistas forman parte de la comitiva presidencial, y en esta condición, hacen el papel de cortesanos, de ujieres, de palafreneros, de lameculos o, si toca, de tirabeques. Un periodista no debe formar parte nunca de la comitiva presidencial. El periodista se define frente al Poder, no al lado del Poder... y es aun más triste el silencio mudo de la Gran prensa. El estado de lambonería es correspondiente con el estado de abyección".
Alberto Aguirre – Periodista colombiano.
("Prensa Tartamuda" en Revista Cromos, agosto 18 de 2003, p.12)
Vamos al camino del 6 de marzo
Cuando marcharon los estudiantes eran vándalos, cuando marcharon los cocaleros del sur del país eran guerrilleros, cuando marcharon los desplazados el 18 de julio del año pasado exigiendo Vida, Tierra y Dignidad ni siquiera aparecieron en los medios, cuando marchó la Comunidad de Paz de San José de Apartadó para recordar a sus muertos y conmemorar sus diez años de existencia, los equipos periodísticos no llegaron y el país poco o nada supo del acto de memoria que cientos de campesinos en resistencia civil le hicieron a sus familiares, amigos y compañeros asesinados por una estrategia de guerra que no distingue a los civiles y que desde los mismos batallones militares protege, encubre y traza planes de exterminio.
Nunca podremos comprender lo que nos sucede con el tipo de medios que nos informan, propagadores de una libertad de expresión atada de manos y pies a la primera y más importante de las libertades en el mundo actual: la del mercado. La información se vende como el agua, embotellada, sellada, con apariencia de transparencia y sin calorías, ligera, rápida y oportuna. Nos embomba todo el día, se repite en todas partes y se basa en las mismas fuentes, no estamos informados, vivimos saturados de imágenes y relatos confusos, coyunturales casi todos, desde los cuales nos es imposible discernir el complejo panorama de nuestros conflictos sociales. La información se vende como la Coca-Cola, oscura y manipulada, dañina pero enviciante.
Los hechos no se informan en el tiempo ni en el espacio, no tienen contextos, cada día trae su afán en el universo mediático, cada jugada trae sus consecuencias en el mundillo político, los grandes medios endiosan a sus amos y apabullan a sus súbditos, los duermen o los despiertan cuando mejor les convenga. Un mes antes de la marcha del 4 de febrero en Colombia, contra las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, los medios acogieron la propuesta nacida de un grupo "espontáneo" en internet y se la jugaron toda. Repitieron una y otra vez las palabras de dolor que los secuestrados por las FARC le escribieron a sus familiares, fueron capaces de convocar y movilizar a todo el país en el debate sobre el secuestro, sobre las inhumanas condiciones en que viven los políticos, militares y civiles en poder de la guerrilla de las FARC. Una dura y cruda verdad se utilizó por los medios y sus dueños para tapar otra no menos cruel pero que los compromete directamente y puede conducir a conclusiones mucho más dramáticas sobre la real dimensión del terror paramilitar en Colombia.
Era inocultable el escándalo paramilitar el año pasado en los medios masivos de comunicación, las altas cortes comenzaban a comprobar que lo dicho desde hace tantos años por organizaciones sociales, no gubernamentales y de derechos humanos era cierto: políticos, policías, militares, jueces, fiscales, notarios, empresarios, multinacionales y abogados se unieron con el poder feudal de los narcotraficantes en varias regiones del país para "defenderse de la amenaza comunista" y con el total silencio del Estado masacrar comunidades enteras para establecer sus proyectos de desarrollo y para apropiarse de las mejores tierras. El horror paramilitar en Colombia ha dejado cientos de miles de víctimas que han sido perseguidas, ignoradas y silenciadas. Esos dolores no tienen rostro permanente en los noticieros de los dos canales privados de Televisión en Colombia, esos gritos desesperados por justicia y verdad no caben en las agendas informativas de dos empresas que responden a la ley del mercado y a los bolsillos de los dos grupos económicos más poderosos del país. La historia real sólo la puede contar la víctima, el guerrero siempre difundirá las noticias de las atrocidades de su enemigo y tratará de hacer olvidar las suyas.
El Movimiento de Víctimas de Crímenes de Estado en Colombia ha convocado a un homenaje a las víctimas del paramilitarismo para el próximo 6 de marzo, así mismo dirigió una carta al director de noticias de Radio Cadena Nacional (RCN) para informarle de la movilización e invitarlo a que la convocatoria tuviera en su medio el mismo eco que tuvo la marcha del 4 de febrero contra las FARC. Algo han dicho pero poco, el gobierno dice que la marcha es organizada por la guerrilla y algunos columnistas le apuestan al fracaso y se preguntan si la gente odiará tanto a los jefes paramilitares como a "Tirofijo" o al "MonoJojoy", los jefes de las FARC.
Siempre hemos marchado al lado de las múltiples víctimas de crímenes de lesa humanidad que también suceden en Colombia como la desaparición forzada, la masacre y el desplazamiento forzado, cuyo drama es uno de los más complejos del mundo.
El 6 de marzo estaremos de nuevo a su lado, para hacer memoria de una historia inconclusa, sesgada y manipulada. Para hacer eco de los gritos que en medio de la impunidad que reina exigen que se haga justicia, se diga la verdad y se reparen los daños ocasionados por quienes detentan el poder en lo más alto y han sido ciegos ante un dolor que no los perturba porque no lo ven o porque simplemente no les importa.
Vamos al camino el 6 de marzo por tantos y por tantas desterradas, por los que resisten en sus territorios, por los que nunca han sido escuchados, por los desparecidos, por los pueblos originarios, por la tierra que también es víctima de la voracidad del poder. Por la verdad, por la libre información, por los periodistas asesinados o exilados por hacer su trabajo con ética y dignidad, por la memoria en tiempos de histeria colectiva.Medellín, 12 de febrero de 2008.
Producciones EL RETORNO - Área de Comunicaciones – Asociación Campesina de Antioquia
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Marcha Nacional de Desplazados por tierra, dignidad y paz
Bogotá, febrero 27 (Notipaco). Marchar contra su voluntad ha sido una constante para más de cuatro millones de personas que han sido desplazadas por el conflicto armado en Colombia en los últimos 20 años. Ahora estos hombres y mujeres de diversas regiones del país se concentrarán el martes 4 de marzo en el municipio de Flandes, departamento del Tolima, para marchar por voluntad propia hasta la capital del país, esta vez por tierra, dignidad y paz.
Esta marcha se inscribe entre los actos programados con motivo del Homenaje a la Víctimas convocado para el 6 de marzo, día en el que arribaran los desplazados a la plaza de Bolívar de Bogotá, epicentro de la jornada que incluye además, a las familias de los desaparecidos, ejecutados, secuestrados y todas las víctimas del conflicto armado en Colombia.
Tierras
En Colombia no hay desplazamiento porque haya guerra. Hay guerra para desplazar a la gente y robarle sus tierras. ¿Quién se apoderó de más de cuatro millones de hectáreas de tierras de campesinos, colonos, pueblos indígenas y comunidades afro colombianas en los últimos diez años? Ahora el gobierno intenta burlar a la población desplazada anunciando la entrega de predios como Carimagua a los empresarios y no a los desplazados, a los que considera ‘pobres e ignorantes’. El gobierno tiene la obligación de restituir las tierras arrebatadas a los desplazados y está en mora de democratizar la propiedad de la tierra en Colombia
Dignidad
Las víctimas del desplazamiento forzado son seres humanos con dignidad y derechos. La Corte Constitucional ha declarado una emergencia porque el Estado no cumple con sus obligaciones de prevenir las causas del desplazamiento y de atender y proteger a las personas obligadas a huir dentro del territorio nacional. Más del 72% de la población desplazada vive en condiciones de indigencia y pobreza extrema y nuevos desplazamiento ocurren en diversas regiones del país.
Paz
El país está hastiado de la violencia. Después de 60 años está claro que ni la guerra del Estado ha solucionado el conflicto armado, ni las armas de las guerrillas han superado sus causas. Mientras tanto la población civil sufre las consecuencias de un conflicto cuyas víctimas ya superan el diez por ciento de la población colombiana. El gobierno destina para la guerra 17 millones de dólares en promedio diarios, (32 mil millones de pesos) y el pie de fuerza se acerca a 500 mil hombres. Las guerrillas y los paramilitares siguen reclutando jóvenes para prolongar la confrontación. Esta es una ‘guerra boba’ que nadie gana en términos militares y todos pierden en términos sociales y humanitarios. Hay que parar esta guerra y parar el desplazamiento. La población desplazada clama por acuerdos humanitarios, diálogos serios y negociación política con resultados de paz y justicia social.
Con esta marcha los desplazados rendimos homenaje a todas las víctimas del conflicto armado. El martes 4 de marzo, a las doce del medio día, lanzaremos al río Magdalena miles de flores desde el puente Ospina Pérez en Flandes, Tolima, un acto simbólico en memoria de las miles de personas torturadas y asesinadas, cuyos cuerpos han sido enterrados en fosas comunes o arrojados a los ríos del país. El día 5 de marzo marcharemos entre el municipio de Silvania y el municipio de Soacha, y el día 6 de marzo el grupo se moviliza entre Soacha y la Plaza de Bolívar de Bogotá, a donde llegaremos al medio día.
Firmas
Organizaciones de población desplazada
AGROURBANAANDAS-MOVICEANDEDH- COOPERECooperativa Multiactiva Interétnica Nuevo HorizonteCoordinadora Nacional de Desplazados – CNDFundaciones Afro y Cultura La EsperanzaOrganización Nacional de Población Desplazada Desarraigada Independiente - OPDDI
Apoyan
Asamblea Permanente de la Sociedad Civil por la PazConsultoría para los Derechos Humanos y el Desplazamiento -CODHESMovimiento Nacional de Víctimas de Crímenes de EstadoPlaneta PazREDEPAZ
Por todas las víctimas, contra todos los crímenes y por la Paz en Colombia
En reunión de su Comité Ejecutivo Nacional, el POLO DEMOCRÁTICO ALTERNATIVO aprobó por unanimidad:
1. Marchar en todo el país y en el exterior el próximo 6 de marzo en solidaridad con todas las víctimas y contra todos los crímenes cometidos por los distintos actores de la guerra: paramilitares, agentes del Estado y guerrillas.
2. Alertar sobre el hecho de que el paramilitarismo, que ha dejado cientos de miles de victimas y desplazados, lejos de haber desaparecido, se ha venido recomponiendo y sigue vigente como un enemigo de primer orden contra la democracia colombiana.
3. Repudiar una vez más el uso de la violencia como instrumento de acción política, el secuestro y los crímenes de lesa humanidad, vengan de donde vinieren, así como reafirmar la necesidad de lograr acuerdos humanitarios y una solución política negociada al conflicto armado que padece nuestro país.
4. Rechazar las declaraciones de altos voceros del Estado que pretenden estigmatizar la jornada del 6 de marzo y exigir a las autoridades, en particular al Presidente de la República, que brinden todas las garantías para que los colombianos y colombianas puedan ejercer su derecho a la movilización pacífica.
5. Invitar a los ciudadanos y ciudadanas que participaron en la multitudinaria marcha del 4 de febrero pasado para que se vinculen a la jornada del 6 de marzo. Y convocar a las organizaciones políticas y sociales, al movimiento obrero, estudiantil, campesino e indígena y a los gremios económicos y empresariales para que repudien todos los crímenes que desangran a Colombia y contribuyan a la gran tarea por la Verdad, Justicia, Reparación y Dignificación de las víctimas. http://www.ecoportal.net/
Comité Ejecutivo Nacional Polo Democrático Alternativo, Bogotá, febrero 25 de 2008
Algunos gritos que no truenan en los grandes medios:
- Los familiares de las 16 personas desaparecidas por grupos paramilitares en la vereda La Esperanza en 1996 marcharon para honrar la memoria de sus desaparecidos

Fuente: Ecoportal


http://youtube.com/watch?v=6eKixLRy0NM
- Las víctimas realizan una marcha en Medellín para exigir Verdad, Justicia y Reparación http://youtube.com/watch?v=9v17itlp1Hc
- Los desplazados marcharon el 18 de julio de 2007 por Tierra, Vida y Dignidad-
- Las víctimas del paramilitarismo en Antioquia dan inicio a la campaña "Memorias contra el silencio y la impunidad" - Audiencia de Versión libre del jefe paramilitar Salvatore Mancuso- http://youtube.com/watch?v=LPDlT1DXJOo
- Un Tribunal Internacional de Opinión, realizado el pasado mes de noviembre en Bogotá, señaló al Estado colombiano como responsable del desplazamiento forzado en Colombia http://youtube.com/watch?v=1NU9fXlWvOk
- 8 Estrategias para la Verdad, la Justicia y la Reparación - MOVICE - 2006
- Lo que provocan los medios y no nos lo muestran – Lo que no vimos de la marcha del 4 de febrero http://www.youtube.com/watch?v=cWxdlAu_BEk

miércoles, 27 de febrero de 2008

Sobre izquierdas y derechas en el proceso revolucionario venezolano


Rupturas y secuencias

Por: Homar Garcés (especial para ARGENPRESS.info)


Resulta ya un lugar común en Venezuela que se acuse de derechista (o de peón de la derecha) a quienes -ubicados en el bando de la revolución bolivariana- emitan algún juicio de opinión contrario a la verdad oficialmente admitida, máxime si es una denuncia sobre presuntos hechos de corrupción administrativa. Lo paradójico es que las víctimas estigmatizadas suelen ser luchadores revolucionarios que siempre demostraron una trayectoria abiertamente de izquierda y, aún más paradójico, es que quienes lanzan los dardos no provienen precisamente de la izquierda, sino de la derecha, habiendo sido militantes activos de los dos partidos políticos tradicionales, como lo son AD y COPEI. Además de ellos, hay un importante sector de militares en posiciones de gobierno y de dirección partidista, ajenos al pensamiento de izquierda (salvo Chávez y alguno que otro) formados ideológicamente en las Fuerzas Armadas bajo la doctrina de seguridad nacional implantada por Estados Unidos en nuestra América, la cual definía como enemigo principal a la población civil, especialmente a quienes juzgaban de subvertir el orden establecido al demandar de las elites gobernantes una mayor democracia y reivindicaciones socio-económicas, siendo reprimidos y ejecutados extrajudicialmente como algo de lo más normal.Esta heterogeneidad de caracteres ideológicos (si vale la frase) ha hecho del proceso revolucionario venezolano un caso singular en la historia clásica de las revoluciones, aunque -si se considera la personalidad de Hugo Chávez- no sería éste el único caso en que se pretenda hacer una revolución teniendo como líder fundamental a un militar populista y nacionalista, a semejanza de los generales Juan Domingo Perón, Omar Torrijos y Velasco en Argentina, Panamá y Perú. Tal heterogeneidad le ha restado a este proceso la posibilidad de disponer de una teoría revolucionaria unificadora, a pesar del proclamado socialismo del siglo XXI que todos recitan aceptar y defender, pero que no tiene una expresión práctica que lo defina exactamente, quedando todo en las directrices (a veces contradictorias) lanzadas por Chávez. De modo que, si sentáramos a una misma mesa de discusión para definir que es este socialismo del siglo XXI, a dirigentes formados en la socialdemocracia, la democracia cristiana, el materialismo histórico o científico, los institutos militares y la ultraizquierda, pasando por todos sus matices o variaciones, tendríamos puntos de vista disímiles que hacen imposible armar una revolución pretendidamente socialista, y eso sin ser ortodoxos. De modo que ésta es una explicación insoslayable a la hora de establecer las causas que obstaculizan -en uno y otro sentido- el avance, la caracterización y la consolidación de este proyecto revolucionario, no obstante el decidido respaldo popular del cual aún goza.Así que ahora, con el cambio de correlación de fuerzas a favor de las tendencias de signo izquierdista, ser de derecha es una mácula insoportable y excluyente para quienes se aplica. No como en el pasado cuando “ser de derecha no sólo era políticamente correcto -como refiriera Jorge Majfud en un artículo titulado, precisamente, Sobre izquierdas y derechas- sino, además, una necesidad de sobrevivencia”, dado que ser etiquetado como de izquierda era estar del lado del diablo en contra del status quo, de la Patria y de Dios. Hoy, ni la misma gente de derecha parece admitir abiertamente que es de derecha; por eso, instituciones milenarias como la Iglesia Católica, la cual siempre favoreció o bendijo los regímenes derechistas, tratan de eludir tal condición, aunque su conducta la delate. Esto, sin embargo, no es suficiente, al igual que la tradicional división surgida entre derecha e izquierda durante la Revolución Francesa. “El hecho de que jacobinos y girondinos se sentaran -dice Majfud- de un lado o en el otro de la Asamblea Nacional de la Francia revolucionaria fue meramente circunstancial”. Sin embargo, en descargo se podría mencionar que ello sería posible si se nutre ideológicamente, como antes se pretendió en el siglo XX, una posibilidad que muchos niegan, aduciendo que es parte del pasado.Lo cierto del caso es que el proceso revolucionario bolivariano, inversamente a las insistentes referencias de Chávez respecto al socialismo y a quienes ofrendaron sus vidas por su concreción en el mundo, se mantiene afincado sobre las estructuras y los comportamientos heredados de la derecha. Mientras no marche decididamente, dotado de una ideología verdaderamente socialista, en procura de un cambio estructural que invierta las relaciones de poder y de producción, haciendo realidad la democracia participativa y protagónica en todos sus aspectos, podría precipitarse su final, frustrándose así las expectativas populares. Lo otro es depurar con carácter de urgencia sus filas de los elementos de derecha que mantendrán su obstinada resistencia a los ideales socialistas, aunque los asuman de la boca para afuera. Esto le daría una mejor perspectiva y vigencia.

martes, 26 de febrero de 2008

¿Para dónde va la Revolución Bolivariana?


Algunos escenarios posibles


Luego de la derrota electoral de la Revolución Bolivariana el pasado 2 de diciembre, todo el proceso político que se vive en el país entró en un período de redefiniciones.Lo que estaba en juego en ese momento era algo muy importante, sin dudas: una reforma de la carta magna no es cosa de todos los días. De todos modos, la relevancia de esa elección no estuvo tanto en lo que la población elegía ese domingo en concreto. Si alguien pensó que la aprobación de la reforma sometida a escrutinio popular conducía al socialismo, se equivocó; el socialismo es un proceso infinitamente más complejo que un texto constitucional, es algo que no se decreta en un papel o en una sala parlamentaria. Por tanto, que hubiera ganado la propuesta del SI no nos llevaba en forma automática a cambios revolucionarios en la estructura socioeconómica de la sociedad ni en la conciencia de la población. Quizá ayudara, pero eso no es el socialismo. La profundización de la revolución podría hacerse, incluso, en los marcos de la actual constitución de 1999 vigente. Lo que define un cambio revolucionario en una sociedad son las relaciones de fuerza entre las clases, cosa que no se decreta por ley. La importancia tan grande de lo que sucedió ese 2 de diciembre estuvo dado en que la Revolución perdió esa batalla y en el significado político posterior de ese hecho.Fue la primera derrota electoral de todo el proceso encabezado por Hugo Chávez en nueve años, luego de diez triunfos consecutivos en distintas instancias: elecciones presidenciales, legislativas, de gobernadores, de alcaldes, referéndum revocatorio; pero esa única derrota tuvo un impacto enorme.La Revolución Bolivariana prosigue más allá de este hecho: no se perdió el control político del Estado. Pero fue una prueba de fuego -seguramente inesperada- de cómo están las correlaciones de fuerza en Venezuela. Y ello abrió la necesidad de replanteamientos urgentes desde el discurso del gobierno. El resultado del referéndum mostró que, en alguna medida, había un triunfalismo excesivo en el campo del bolivarianismo, había algo de 'castillo de naipes' en la construcción del proceso revolucionario. Mostró también que la población siempre está divorciada del Estado en una sociedad de clases, que los 'políticos profesionales' tienen una lógica distinta -enfrentada incluso- a las masas. Y mostró una vez más, de forma inequívoca, que la lucha de clases está al rojo vivo en este momento de la historia del país, porque cada vez que se pretende avanzar en reivindicaciones populares, las fuerzas conservadoras (oligarquía nacional o imperialismo de Estados Unidos -a lo que se podría agregar: ¿también 'nuevos ricos' bolivarianos?-) reaccionan de modo feroz. Eso se vio en la campaña monumental que se hizo para contrarrestar la reforma (que se suponía abría caminos hacia el socialismo), pero más aún, se vio en lo que pasó a partir del 3 de diciembre: habiendo ganado este round (sólo una de once elecciones, muy poco porcetualmente si se quiere, pero muy importante en otro sentido), la derecha se sintió retomar la iniciativa política, y el ataque durante los meses inmediatamente siguientes al referéndum arreció, mostrando que, sin dudas, seguirá arreciando durante todo el 2008, por cierto año con decisivas elecciones en alcaldías y gobernaciones en el próximo diciembre.De alguna manera esa elección del 2 de diciembre ha quedado como una divisoria de aguas: marcó el momento hasta donde llegó el mayor avance del movimiento bolivariano y el experimento de 'revolución bonita' del presidente Chávez -revolución, o mejor aún: proceso político multiclasista con un horizonte socialista- y un punto crucial de inflexión: desde el punto al que se llegó o se avanza realmente hacia el socialismo, o se comienzan a perder los avances logrados estos años.Mucho se ha dicho ya sobre las causas de estos resultados en el referéndum. Sin ánimo de repetir eso, partiendo sólo de la base que lo sucedido se debe a una sumatoria compleja de factores (guerra mediática sin par de la derecha, ataque de la contrarrevolución por medio de mecanismos como el sabotaje económico con desabastecimiento e inflación, ideología capitalista hondamente arraigada aún en la población, burocratización en las estructuras del Estado que dan como resultado un pobre rendimiento en la gestión de gobierno al que las bases le pasaron factura, falta de vanguardia revolucionaria, más allá del líder carismático, y ausencia de partido político con clara ideología de cambio -el PSUV no lo es, y como van las cosas muy probablemente nunca lo sea-, proceso político basado sólo en una persona sin participación real de las masas en la toma de decisiones, etc. etc.), todo ello abre varios posibles escenarios a partir de ahora.Como mínimo, podrían delinearse estos tres: 1) el proceso se radicaliza y se construye un verdadero poder popular con un Estado revolucionario que comienza a emprender tareas socialistas pendientes hasta ahora, con la figura del líder histórico encabezando esa radicalización; 2) el proceso se estanca, se burocratiza más aún y la llamada 'derecha endógena' (empresarios bolivarianos) pasan a controlar tanto el aparato de Estado (con el manejo del petróleo) como el PSUV. Hugo Chávez es parte de esa involución también; 3) la Revolución Bolivariana es desplazada del poder y la derecha tradicional, apoyada por Washington, retoma su protagonismo político. Ello podría ocurrir en las próximas elecciones presidenciales en el 2012, pero todo indicaría que la estrategia del imperio es volver a manejar lo más rápidamente posible estas reservas petroleras y cortar de raíz las iniciativas integracionistas que se están dando con el ALBA y con una Venezuela 'molesta', por lo que buscarían terminar antes el actual proceso sin esperar esos futuros comicios. Descartando en principio una intervención militar directa de Estados Unidos, o incluso un golpe de Estado cruento por sectores de las fuerzas armadas no-chavistas, la estrategia podría ser jugar al desgaste y a la implosión de la Revolución Bolivariana. Instrumentos para lograrlo no le faltan, y de hecho esa estrategia ya está funcionando a toda máquina.Escenarios posibles1) El pueblo al poder: ¿socialismo del siglo XXI?La primera reacción de una buena parte de la población chavista en el mismo momento de conocerse los resultados del referéndum fue pedir 'limpieza'. Limpieza de tantos cuadros en la dirección del aparato de Estado disfrazados de revolucionarios, de tantos burócratas que frenan los cambios, de tantos oportunistas que vienen obstruyendo el verdadero avance de la revolución, causantes -para el sentir popular- de esa derrota. Ese sentir popular espontáneo -que sin dudas no se equivocaba- fue buscar promover una transformación de raíz en una maquinaria que se descubre ineficiente por todos lados, cada vez más, con un tufillo a corrupción que ya no se hace posible ocultar. La reacción del presidente Chávez fue reconocer que 'por ahora' no se había podido triunfar con la reforma, pero que la lucha revolucionaria seguía. Como parte de la misma, rápidamente entonces apareció la necesidad de revisar, de evaluar críticamente lo hecho hasta ahora para reorientar el proceso en marcha. De ahí surge su propuesta de las 3R (revisión, rectificación y reimpulso). Pero junto a ello también vino el llamado a detener un poco la velocidad en la marcha de los cambios, en el entendido que se estaba yendo demasiado rápido. Congruentemente con ello vino también su llamado a buscar alianzas con otros sectores sociales y su invitación a la 'burguesía nacional' a sumarse a este proceso. En ese marco 'reconciliatorio' apareció su no muy oportuna ley de amnistía para muchos de los golpistas del 2002 y la liberación de los precios de muchos productos de la cesta básica. Dado su gigantesco peso moral en la población, si bien en algunos pueden haber causado escozor estas declaraciones y medidas concretas, su figura no se empañó por ello y la amplia mayoría popular no dejó de tenerlo como su líder intocable. Podría pensarse que esas maniobras hayan sido parte de una movida que Chávez se permitió teniendo en cuenta su enorme olfato -que hasta ahora, sin ser marxista declarado como él mismo lo dice, lo llevó siempre a tomar las medidas más acertadas desde el punto de vista del campo popular-, con lo que podría dársele el beneficio de la duda ante ellas y pensar que la fuerza revolucionaria del pueblo sigue aún fresca, viva, y apoyándose en él, puede efectivamente reorientarse esta revolución hacia un rumbo socialista.Como escenario, no hay dudas que esto sería posible. Hay diversos indicios que muestran que eso no es lo más cercano, que la revolución no está marchando a toda vela hacia la izquierda, pero por supuesto que la posibilidad existe. Hay diversos sectores de base en el pueblo chavista que siguen pidiendo la 'limpieza' de toda la burocracia y la profundización del proceso hacia posiciones francamente de cambio. Hay sectores populares organizados -en los barrios de las principales ciudades, en el ámbito sindical, en el movimiento campesino, entre los estudiantes, en los medios de comunicación alternativos- que siguen trabajando por un horizonte socialista. Y muchos de esos sectores son, hoy por hoy, aspirantes a militantes en el PSUV. Desde la base, desde la discusión en el seno de sus batallones, todo ese potencial revolucionario no ha bajado ninguna bandera de lucha, y ahí está la posibilidad de seguir profundizando el proceso.Ese movimiento popular aún espera mucho de su comandante, y sin dudas está moralmente en condiciones de repetir otro 13 de abril de ser necesario. Ante la actual coyuntura de elecciones en gobernaciones y alcaldías para fin de año, todo este potencial transformador puede robustecerse. Con el hecho de elegir desde la base los candidatos para las elecciones a todos estos cargos, dando la discusión en el seno mismo del partido, podrán retomarse las consignas de lucha socialista, de democracia participativa, de radicalización de las medidas hacia las cuales la reforma propuesta podía servir como trampolín.Como ha pasado en otras oportunidades, la coyuntura ha empujado hacia delante a los dirigentes revolucionarios, las masas superaron a sus conductores. El clamor de las bases -luego de los ataques de la derecha en el golpe de Estado, el sabotaje petrolero o el paro patronal- llevó a Chávez a radicalizarse en relación a su programa originario con el que ganara las primeras elecciones en 1998. La presión popular, la movilización de calle fue llevando todo el proceso hacia nuevas definiciones, y es así que aparece el horizonte socialista. 'Socialismo del siglo XXI' se lo llamó, con lo que se tomó distancia de la vieja burocracia de los partidos comunistas fosilizados de Europa del Este. Si Chávez introduce la idea y vuelve a hablar de socialismo -luego de años de liberalismo feroz en que su sola mención estaba prohibida- es porque la dinámica de movilización social lo fue llevando a eso. Si bien luego de la derrota del 2 de diciembre ha habido un cimbronazo en el avance hacia la perspectiva socialista, en ningún momento se prescindió de la misma. La vitalidad de la movilización popular aún está ahí. Por lo pronto muchos sectores de base hasta han pedido al gobierno la conformación de milicias populares armadas de defensa revolucionaria, con lo que la marcha de la revolución podría fortalecerse aún. Es decir: en buena parte de la base existe intocable la convicción de cambio, de profundización de las transformaciones que se acometieron en los primeros años de la revolución, cuando nacen las misiones, cuando se logra terminar con el analfabetismo, cuando surge el ALBA.Es cierto que cerca de tres millones de personas que habían votado por Chávez en las elecciones de diciembre del 2006, ante el llamado a refrendar la propuesta de reforma constitucional en diciembre del 2007, no asistieron a las urnas. Sin dudas no hay allí una masa de oligarcas contrarrevolucionarios. En todo caso toca a la dirigencia de la revolución ver qué pasó exactamente ahí con esas bases chavistas, buscando los correctivos adecuados: si fue que la propaganda de la derecha surtió efecto, habrá que buscar una nueva política comunicacional más efectiva. Si la burocratización de parte del aparato de gobierno desmotivó a buena parte del electorado, se impone la limpieza solicitada. Pero en todos los casos los correctivos se imponen. Y es la movilización desde abajo el único garante de que ello ocurra. Por eso juega un papel decisivo en esto la militancia fecunda, comprometida, convencida de los valores socialistas, para poner de nuevo en movimiento a esa población chavista que hoy parece algo desorientada, que sigue creyendo en su líder pero que se siente defraudada por la amplia mayoría del equipo de gobierno.La marcha hacia el socialismo nadie dijo que se haya descartado, aunque en este momento los efectos de la derrota electoral aún se sientan. Pero justamente con las nueva contienda electoral ya a la vista hacia fin de año, es ahora un momento oportuno para volver a encender la llama revolucionaria con elecciones democráticas y transparentes de los candidatos del movimiento bolivariano desde abajo, achicándole el campo a la derecha endógena, burocrática y corporativa que fue enquistándose en la revolución.En otros términos: el escenario de una repotenciación hacia la izquierda está vigente. Para concretar esa vía, es hora de movilización, de mayor diálogo de ida y vuelta con el líder, de no retomar la totalidad de la recién fracasada propuesta de reforma sino de impulsar sólo algunos puntos, los más importantes desde la perspectiva del campo popular: reducción de la jornada laboral, leyes sociales para los trabajadores informales, democratización de las universidades, reforzamiento de los consejos comunales. Esa movilización, además, podría despertar en Chávez la convicción que o hay rectificación de verdad, o no hay camino socialista, incluso haciéndole ver que el excesivo presidencialismo vivido hasta ahora no es una fortaleza sino, por el contrario, una debilidad para todo el proceso. El escenario de una marcha hacia la radicalización de la revolución está abierto, con un poder popular vivo del que podrían salir nuevos cuadros dirigenciales para superar la actual casta burocrática que pareciera no estar a la altura de lo requerido.Aunque nunca se terminó de definir con exactitud qué es el socialismo del siglo XXI (¿la Cuba de Fidel?, ¿el experimento chino con capital privado?, ¿una versión bolivariana a la venezolana?), su viabilidad aún es posible. De la movilización popular, de la organización y el auténtico poder de las bases protagónicas depende la concreción de ese escenario. El problema que se plantea es que no hay partido revolucionario conformado aún, por lo que la tarea urgente es darle forma a esa vanguardia, trabajar en su seno, abrir cada vez más el debate.2) La derecha endógena al poder: ¿la Nicaragua de Daniel Ortega post piñata?
'Si algo puede echar atrás una revolución, ese algo es la corrupción'Fidel Castro
Este otro escenario se muestra como el más posible porque, pareciera, es el que hoy por hoy se está consolidando. El olfato popular no se equivocaba cuando, inmediatamente después de conocida la derrota del 2 de diciembre, pedía 'limpieza'. Es ese grupo de funcionarios sin ideología revolucionaria, ajeno a un proyecto de transformación económico-social y cultural, que ha ido ocupando en forma creciente distintos cargos en el aparato de Estado, el que con su insolvencia -más ética que técnica- contribuyó en mucho a la pérdida del referéndum. Es ese grupo al que se le ha dado en llamar 'derecha endógena' el que debe ser limpiado, removido. Si no, la revolución peligra.Pero la existencia de esa derecha, pareciera que con un poder creciente en el juego político actual, denuncia un límite de todo el proceso bolivariano: esto no nació como revolución popular desde abajo, y aunque ha empezado a moverse hacia un horizonte socialista, aún está muy lejos de alcanzarlo. Esta burocracia sin conciencia revolucionaria -aunque repita hasta el hartazgo consignas chavistas y se vista con una franela roja para cada movilización a la que asiste puntual- no tiene nada que ver con un planteo socialista. Digamos, de paso, que revolución no es -o no es sólo- la plaza llena de chavistas, la 'marea roja'. Estos nueve años las plazas se llenaron de franelas rojas y consignas, y se ganaron elecciones una tras otra con un Hugo Chávez casi heroico, pero eso no alcanza para cambiar revolucionariamente una sociedad. Esta burocracia dominante es su patética demostración.Cambiar una sociedad es transformar las relaciones de poder entre las clases a partir de una nueva organización del proceso de producción, cambiando además la ideología, la conciencia, la cultura dominante. Sin dudas en estos años se dieron pasos importantes en la forma en que se repartió la renta generada por el petróleo haciéndola llegar a la gran mayoría de la población por medio de los nuevos programas sociales; lo cual tuvo un valor extraordinario. De ahí que la derecha puso el grito en el cielo, porque los históricamente excluidos comenzaron a ser tenidos en cuenta (mal ejemplo que puede cundir por otros países, por eso se lo buscó detener de raíz). Pero la forma de la propiedad de los medios de producción no cambió. Y si bien se inició un proceso de fomento de nuevos valores socialistas, la cultura general no sufrió mayores cambios. Permaneció el individualismo, se mantuvo el consumismo grosero así como una chabacana cultura de la ostentación. Por tanto, el reforzamiento de esas tareas de movilización ideológico-cultural es definitorio. Si no, es imposible avanzar de verdad hacia la justicia social.Sabiendo que el hecho cultural es más difícil de cambiar que ninguna otra cosa, podría decirse que ahí es donde más débil está aún la revolución. La gran mayoría de los funcionarios de gobierno, los cuadros de dirección y cuadros medios de la estructura del Estado, lejos de cambiar -aunque se declarasen chavistas- siguieron con la lógica capitalista de la que son herederos. La búsqueda de beneficio económico inmediato, el individualismo, el consumismo, la figuración ante todo, siguieron vigentes como patrones dominantes en la práctica ideológica del día a día. Lo cual demuestra algo, quizá de un modo trágico, o grotesco: no se le pueden pedir peras al olmo. Si no hubo un proceso revolucionario, ¿por qué todos esos funcionarios iban a ser ahora, casi de la noche a la mañana, inquebrantables militantes con una ética socialista blindada e incorruptible? Y la corrupción se mantuvo, herencia de una larga tradición de país rentista.Esa derecha clasemediera sin conciencia revolucionaria, más apegada al lujo banal, al whisky escocés y al automóvil de lujo como marca de 'triunfo' personal que a los valores de transformación social y a la solidaridad, fue la que lentamente ocupó la cotidianeidad de los cuadros dirigenciales. Y esa misma conciencia individualista es la que comenzó a imponerse en la conformación del nuevo partido socialista, engendro raro sin línea política precisa, sin proyecto revolucionario definido. Como cualquier formación político-social, esa derecha buscó su expansión y fue ocupando 'naturalmente' los espacios claves de la revolución. Hoy, en buena medida es el nuevo empresariado 'bolivariano' que, con un discurso ambiguo, hasta en apariencia socialista en algún caso, termina funcionando como freno a los cambios que se venían produciendo estos años pasados, cambios que, de continuarse y radicalizarse, efectivamente podrían llevar al socialismo.El escenario no difiere mucho de lo que sucedió en la Nicaragua sandinista cuando la revolución fue desalojada del poder: un sector -los seguidores de Daniel Ortega- terminó adueñándose del partido, y con un discurso ambiguo disfrazado de izquierda, se dedicó a sus negocios (la famosa 'piñata' en que se repartieron los bienes del Estado antes de entregar la administración a Violeta Barrios de Chamorro en 1990). 'Nuevos ricos', empresarios en el más cabal sentido de la palabra -explotadores de la mano de obra de sus asalariados, así de simple- que terminaron siendo un freno a un auténtico proyecto revolucionario, desde la oposición en aquel caso, de nuevo en el gobierno en la actualidad. La homologación puede ser útil, porque empresario -más allá del calificativo: sandinista, o peronista como lo fue en Argentina, o bolivariano- es, ante todo, explotador, aunque tenga tintes nacionalistas (¿puede haber empresarios 'buenos'? ¿Qué podría tener de 'revolucionaria' para el pobrerío una burguesía nacional?).Hoy, el escenario que se dibuja luego de la derrota en el referéndum de diciembre pasado, es el de una clase de nuevos empresarios bolivarianos que, a la sombra del Estado y manejando el recurso petrolero, no pareciera estar muy dispuesta a impulsar un proceso revolucionario hacia el socialismo. Por eso retrasó y complicó la organización popular con vistas al pasado referéndum llevando a la derrota en la contienda electoral. Por eso también está maquinando con todo su poder para terminar manejando el naciente PSUV, donde antes de que el mismo esté constituido como fuerza política, ya maneja el tribunal disciplinario, listo para taparle la boca a cualquiera que ose levantar críticas contra este proceso de involución que pareciera se está viviendo ahora. Burocracia empresarial -'boliburguesía' como se le dice por allí- que intentará mantener sus cuotas de poder disputándole espacios a la oligarquía tradicional, por lo que se preparará para ganar las próximas elecciones de fin de año, pero que, aunque triunfe, ya ha sacado de su mira la profundización de la revolución. Y que, por otro lado, tiene las maletas preparadas para salir huyendo si la derecha tradicional regresa con ánimos revanchistas. O que, probablemente también, pueda terminar conviviendo en un clima de armonía con ella (pacto de por medio, claro está, sin pueblo).Es imposible decir con rigurosa certeza qué papel juega el presidente Chávez en este escenario. ¿Esa derecha endógena lo tiene secuestrado? ¿Qué pasa con el declarado proceso de revisión que se emprendió: va en serio y habrá 'limpieza', o es pura retórica? ¿Cuál es la relación establecida entre esta burocracia de Estado y de partido y el líder: quién sostiene a quién?Más allá de tener respuestas para cada uno de estos interrogantes, lo cierto es que este escenario pareciera el que se va prefigurando hoy. De fortalecerse, la revolución habría perdido su carácter transformador para terminar siendo un proceso reformista, nacionalista en el mejor de los casos pero sin contenido clasista, y muy probablemente pasando a tener características populistas, mas no socialistas.3) La derecha tradicional y 'la embajada gringa' al poder: ¿de nuevo la Venezuela Saudita?Venezuela, durante todo el siglo pasado, fue el país más codiciado de Latinoamérica para la geoestrategia de Washington por sus fabulosas reservas petroleras. Ante el consumo desbordado de energéticos que la gran economía del norte sigue teniendo, en sus planes no entra la posibilidad de perder esas reservas del país caribeño. La aparición de este gobierno 'molesto' de Hugo Chávez vino a complicarle sus planes imperiales: ahora el petróleo no es de las grandes multinacionales y ya no pueden llevarlo con absoluta impunidad como fue durante décadas. Por otro lado, este gobierno popular es un 'mal ejemplo' dentro del área. Ahí está la iniciativa del ALBA descuadrando también la lógica imperial de un Tratado de Libre Comercio que la Casa Blanca no pudo implementar a su gusto, y es Chávez el principal motor de esa propuesta contrahegemónica. Conclusión casi forzosa entonces para la estrategia de las clases dominantes de Estados Unidos: ¡quitar a Chávez de en medio!Lo intentaron muchas veces hasta ahora, siempre sin éxito. Pero lo sucedido el pasado 2 de diciembre revitaliza la estrategia contrarrevolucionaria. Como se ha dicho ya reiteradamente: no ganó la propuesta del NO sino que no triunfó el SI. Más allá del aparente juego de palabras, eso tiene un sentido: la derecha se encontró con un triunfo que no esperaba. Y ello abrió un nuevo escenario. Lo cual la envalentona y permite apurar los tiempos. Viendo que efectivamente sí es posible vencer a Chávez en una elección, ahora todas las armas se dirigen a seguir golpeando allí donde la revolución se muestra más vulnerable. Y la primera vulnerabilidad -quizá imperdonable desde una posición revolucionaria- es que todo el proceso se apoya en la figura de una sola persona. Eso es una debilidad peligrosa, porque desbancando a esa figura todo indicaría que cae el proceso en su totalidad (tan distinto al caso de Cuba, donde la revolución pudo establecer una conciencia mucho más generalizada y hay hoy, tras la desaparición de Fidel como conductor, una red de recambio que garantiza la continuidad del proyecto).La estrategia básica de la derecha (venezolana y externa, más aún la externa, verdadera conductora de esos planes) es ir minando el proceso, creándole obstáculos, tornándolo ingobernable por medio de infinidad de métodos: desabastecimiento, mercado negro, guerra mediática, provocación militar por medio del paramilitarismo, promoción de grupos 'democráticos' de oposición que juegan en forma continua a la desestabilización, campañas internacionales de desprestigio, etc., etc. Ahí están los casos de Chile en los 70 y Nicaragua en los 80 para ejemplificar cómo esos planes de desgaste terminan dando resultados. ¿Por qué allí se impusieron y en Cuba no? No es el objetivo de este breve escrito entrar en esas consideraciones, pero no hay dudas que, sabiendo de lo todavía poco afianzado de la revolución y de la fuerza del ataque, el escenario a futuro no deja de ser preocupante: no es imposible voltear este proceso. La derecha lo sabe y parece haber diseñado el plan adecuado.La estrategia consiste en ir dejando sólo a Chávez, aislado, buscando la desmovilización, el desencanto en la población, en esa masa chavista que salió a defenderlo a muerte en aquel 13 de abril del 2002 cuando el golpe de Estado. Si ese proyecto de desmovilización popular, de desencanto y cansancio se logra, la derecha tendría el camino expedito para continuar ganando terreno. El tema corrupción juega un papel muy grande en ello, y en verdad la dirigencia revolucionaria no ha tenido un papel irreprochable en cómo manejó este tema hasta ahora (por ejemplo -y valga sólo esto como ejemplo paradigmático- ¿qué pasó con la valija con los 800.000 dólares del caso Antonini?). La suma de tantos errores, inconsecuencias, debilidades o como se les quiera llamar, potenciada por el manejo mediático descomunal de la derecha, sienta las bases para un clima de desazón que abre las puertas a la resignación. Y de ahí a la reversión de la revolución: un paso.La derecha está apurada en terminar este experimento; pero más aún que la oligarquía venezolana no-petrolera -que en realidad no ha perdido nada en estos años sino que, por el contrario, se ha seguido enriqueciendo- son las clases dirigentes estadounidenses las que tienen especialmente las alarmas encendidas. Sin dudas también la gran burguesía nacional tiene profundo interés en terminar esto: la presencia del 'populacho' no deja nunca de espantarle, pues sabe que ahí está su enemigo de clase y que, tarde o temprano, ese pueblo puede despertar. Pero el verdadero artífice de las campañas contrarrevolucionarias es Washington, por dos motivos: porque no va a dejar perder esta reserva petrolera, y porque el 'mal ejemplo' del socialismo del siglo XXI está resultándole ya demasiado molesto. Por lo pronto, a instancias de este gobernante no alineado que es Hugo Chávez, más la movilización popular continental que también lo adversó, no pudo entrar en vigencia el Tratado de Libre Comercio el 1° de enero del 2005 tal como estaba previsto. Y gracias a este 'mal ejemplo' de una Venezuela bolivariana fue tomando forma la iniciativa del ALBA, propuesta de integración que denuncia y supera los mecanismos mercantiles. Es decir que para la lógica imperial hay sobrados motivos para intervenir.Nada indica que intervendrá directamente con sus tropas. Eso abriría las posibilidades de repetir un Vietnam, o un Irak, y el costo político de ello le sería demasiado alto. Por eso la estrategia es buscar el desgaste por otros medios, sin intervención directa. El Plan Patriota en Colombia es su base de operaciones para el caso -base militar, por cierto, que va más allá de la desestabilización contra Venezuela y que sirve a la Casa Blanca como enclave para controlar toda Latinoamérica-. La creciente penetración de paramilitares desde Colombia puede ser la nueva Contra que, al igual que en Nicaragua décadas atrás, sirva para minar el proceso, para desgastar a Chávez, para buscar la caída 'natural' de su gobierno.Si esa estrategia se va consolidando, ni siquiera habrá que esperar a las elecciones presidenciales del 2012. Quizá antes las condiciones están preparadas para promover la remoción de Chávez (vía referéndum revocatorio, golpe de Estado de sectores militares descontentos, o incluso, con movilizaciones anticorrupción o algunos artilugios que los diseñadores sociales del imperio podrían dibujar). Y lo más trágico podría ser que el mismo pueblo que lo defendió en el 2002 a costa de su vida, ante toda esta diabólica campaña de desmovilización y descrédito -y terror: ¡para eso están los paramilitares posicionándose en los barrios!-, en este nuevo escenario quizá no saldría a defender nada. Y no sólo eso: se podría dar el caso trágico de que hasta se vería casi como una salvación salir de un 'régimen corrupto' y 'hambreador'. Los estrategas del Departamento de Estado, verdaderos hacedores de buena parte de la política en América Latina, saben mucho de esto. Y si eso triunfara -¡cosa que tenemos que impedir en forma absoluta!- los sectores populares no sólo en Venezuela sino en todo nuestro continente una vez más quedarían golpeados y con las esperanzas cortadas.ConclusiónLa nueva derecha endógena, esta que se enriqueció a la sombra del Estado chavista, que ni es ni pretende ser revolucionaria, no tiene proyecto político como nación. Por lo tanto, es muy difícil que pueda perpetuarse en el tiempo. Incluso es difícil que pueda sobrevivir a la figura misma de Chávez, que es, en definitiva, su única garantía de existencia. Supuesto el caso que en las próximas elecciones de alcaldes y gobernadores no salga tan mal parada, no tiene -fuera de lo que pueda haber rapiñado, y que en términos económicos no es algo verdaderamente significativo como acumulación capitalista- ni la fuerza política con la que defender un proyecto político, ni la fuerza moral ante la población con la que presentarse como alternativa. Por tanto, esta es una vía muerta como propuesta para las masas. Podría, quizá, mantener cuotas de poder (el caso del 'danielismo' sandinista de Nicaragua), pero totalmente despegada de propuestas populares.Por otro lado, el retorno de la derecha tradicional al poder político no haría sino retroceder todas las conquistas populares conseguidas estos años de alza en la movilización. Podría desatarse, incluso, una represión feroz ante todo lo que huela a 'chavismo'. El petróleo quedaría una vez más bajo control absoluto de las grandes corporaciones internacionales -hoy día manejan cuotas marginales- por medio de la tecnoburocracia venezolana (que, preciso es decirlo, nunca desapareció completamente de PDVSA durante este proceso), y se buscaría por todos los medios mantener a raya la organización popular lograda en estos años. Para ello podría irse desde el clientelismo político y la repotenciación de la vieja cultura corrupta del partidismo tradicional, a la represión abierta (para algo están entrando y posicionándose los paramilitares colombianos, nuevo ejército de ocupación 'de baja intensidad'). Venezuela volvería a ser el 'paraíso tropical' de Miss Universos … y petróleo barato para el Norte, porque hasta inclusive los precios del barril podrían retroceder.Ante estos escenarios vemos que la única manera de poder seguir garantizando el avance de planteos progresistas que favorezcan a las grandes mayorías y avanzar en metas socialistas es potenciando las mejoras conseguidas en los primeros años del proceso bolivariano. Y sólo con la movilización popular, desde dentro o, llegado el caso, desde fuera del PSUV, ello será posible. Como suele decirse: 'sólo el pueblo salva al pueblo'. Pero movilización popular no es sólo ponerse una franela roja y asistir a una marcha multitudinaria con el líder -eso, incluso, hasta puede ser secundario, anecdótico si se quiere-; es participar activamente en las decisiones del día a día, es involucrarse en los asuntos político-sociales que nos tocan a todas y a todos, es no cerrar nunca la boca ante ninguna injusticia. Es, en última instancia, mantener una actitud crítica continua, constructiva y propositiva. Y eso es el poder popular. Sin eso, no es posible el socialismo.




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lunes, 25 de febrero de 2008

Formación ideológica y praxis revolucionaria (IV)



PARTICULARIDADES DE LA CUBA SOCIALISTA
entre praxis revolucionaria y formación ideológica. Ya tendremos tiempo para contrastar, estas afirmaciones, con el liderazgo de Raúl al mando colectivo de la Revolución Cubana.

Los anteriores artículos versaron sobre Venezuela. Este lo dedico –como todo buen amante del ALBA- a precisar algunos elementos de la dinámica entre la "praxis revolucionaria" y la "formación ideológica" en Cuba, a mi juicio, muy importantes para contrastar con la marcha de cualquier proceso revolucionario. En las particularidades de Cuba, con toda esa larga historia de batalla tras batalla durante cincuenta años, en la construcción de una sociedad más justa, humana y soberana, lo que está ocurriendo en estas primeras semanas del 2008 resulta muy sintomático en la construcción socialista y en este cambio de época en que estamos inmersos. Las recientes elecciones en Cuba, la mejoría de la salud de Fidel con su activa presencia en "la batalla de ideas" mundial, el anuncio de su decisión de no aceptar de la Asamblea Nacional sus anteriores cargos si estos les fueran propuestos por los diputados, y la elección de Raúl Castro como nuevo Presidente de Cuba son cuatro hechos muy íntimamente imbricados.

Con mucho regocijo revolucionario e innegables y gratos recuerdos personales, hemos recibido todas las noticias sobre la participación y los resultados de las elecciones nacionales, del domingo 20 de enero, en la Cuba que transita desde 1959 por un proceso de construcción socialista, conocido mundialmente como la Revolución Cubana. Y ese gran triunfo se lo auguré y manifesté ese mismo domingo a las 10 de la mañana a la reportera de ANTV cuando estaba concluyendo en la Plaza Bolívar el Acto Aniversario de la Llegada de José Martí a Venezuela. Horas después conocí por la web que a las 10 am ya habían votado casi un millón de inscriptos ante la Comisión Electoral de Cuba (Consejo Electoral). Cualquiera persona sensata, cuerda y estudiosa del proceso cubano podría haberlo augurado también.

Nuestras convicciones sobre la superioridad del socialismo, como sistema social, político y económico, se fortalecen más cuando conocemos, por ejemplo, que fueron a votar más del 95% de los registrados electoralmente, unos 8 millones de ciudadanos y ciudadanas, y que más del 91% asumió como decisión propia el llamado hecho por Fidel a optar por el Voto Unido, estrategia revolucionaria victoriosa de la última década, ante la potente fuerza imperialista contrarrevolucionaria que trata de socavar la unidad del pueblo cubano, construida con sacrificio, heroicidad y también con alegría revolucionaria en los casi cincuenta años de revolución social. Los resultados son una forma de expresarse esa relación dialéctica entre praxis revolucionaria y formación ideológica a la que anteriormente hemos dedicado dos artículos.

Sin dudas de ningún tipo, para que esa relación dialéctica pueda expresarse de forma positiva o coadyuvante al proceso se deben crear ciertas condiciones subjetivas en toda la población, muchas de ellas de forma gradual, aunque casi siempre al unísono, es decir, paralelamente van creándose dichas condiciones subjetivas. Veamos.
Votar es una acción individual, fruto de una decisión personal ante tres alternativas posibles: aceptar la propuesta, rechazarla o abstenerse. Cualquiera de las tres alternativas debe requerir el amplio conocimiento de la propuesta por parte de los electores. Eso es lo lógico en una persona normal, apta para votar. En Cuba –como en cualquier otro país democrático donde el voto no es obligatorio- se dan las tres alternativas. A diferencia de otro país, la inmensa mayoría, al expresarse en la urnas, lo hace como una sola voz libre y soberana, la del pueblo unido, ante la arrogante y agresiva voz imperial. El Voto Unido simboliza el poderío popular antimperialista y hace realidad ante las urnas la tradicional consigna de "el Pueblo, Unido, Jamás será Vencido" . No comprender esa relación dialéctica al analizar los resultados de las elecciones en Cuba es pecar de ignorante.

Si la propuesta es surgida de las entrañas del pueblo y los candidatos son ciudadanos dispuestos a echar adelante los proyectos en beneficio del pueblo, ampliamente demostrado y comprobado, se dan entonces las principales garantías para que en cualquier resultado electoral en Cuba, hayan verdaderos líderes de base asumiendo las riendas del "Poder Popular", nombre con el que se conoce el sistema de dirección político-administrativo y social de la mayor isla de las Antillas.

Entonces,.desde el exterior podrían surgir las preguntas: ¿cómo surgen de las entrañas del pueblo las propuestas de postulaciones a ser candidatos? ¿cómo los electores pueden corroborar la autenticidad de las conductas ciudadanas y verdaderamente patrióticas de los postulados a candidatos? Estas preguntas no podrían contestarse adecuadamente si antes no se reflexiona sobre otro aspecto crucial en las elecciones de Cuba: el nivel de educación de las grandes mayorías del pueblo cubano y en particular la educación científica, patriótica y ecológica desde los primeros grados que le ha dado la base para la profunda formación ideológica-ambiental comenzada en la secundaria y ampliada en la universidad. Este nivel de educación tan extendido y amplio socialmente, como en pocos países, facilita la organización, los debates y las decisiones colectivas acerca de las postulaciones, y luego de las elecciones, tanto a nivel de comunidad como a nivel de Asambleas (municipal, provincial y nacional)

Si todo este avance de la conciencia social ha sido posible por la educación seríamos también muy ingenuos si no reconocemos que no ha sido cualquier educación. No es una educación determinada por corrientes pasajeras, como el eclecticismo "teorizante" de los postmodernistas, ni resultado de paradigmas dogmáticos, sino que ha sido una educación basada en la filosofía marxista, explicada, aplicada y recreada muy creativamente por los líderes cubanos, encabezados por los pensamientos de Fidel y el Che a las condiciones de la práctica revolucionaria cubana, la cual está estrechamente vinculada al conflicto mundial entre el imperialismo/capitalismo y el socialismo.

En la construcción de una revolución socialista, el nivel de educación dialéctica e histórica, las dos claves de la filosofía marxista, constituye el "eje transversal" imprescindible para garantizar la consolidación de las capacidades organizativas del pueblo. Sin ese tipo de educación, un proceso revolucionario puede avanzar mejorando el nivel de vida o proporcionando más felicidad a algunos sectores sociales de pobreza extrema o de pobreza general pero la velocidad con que lo puede hacer nunca se colocaría al nivel de la velocidad de crecimiento de las necesidades del pueblo, y pasados unos años, vuelven a darse contradicciones y frustraciones que inciden en la desorganización del pueblo y lo mantienen vulnerable ante las fuerzas contrarrevolucionarias o actores sistémicos capitalistas para avanzar en las transformaciones. Y sin capacidades organizativas en el pueblo no hay posibilidades de construcción política y organizaciones revolucionarias al nivel masivo como lo demanda una revolución socialista.

En Cuba, con el impulso de la educación dialéctica e histórica, a partir de la formación de cuadros y profesionales de las ciencias sociales, y paralelamente en todas las carreras y estudios, para ubicar en todas las instituciones, asociaciones, organizaciones del movimiento social y político revolucionario, también se van consolidando paralelamente las necesarias capacidades organizativas del pueblo, desde el primer y principal acto revolucionario: reunirse en colectivo y concluir con acuerdos, hasta realizar un gran acto de masas o ejecutar un proyecto de alta complejidad productiva para satisfacer necesidades sociales o incluso, realizar un balance autocrítico y crítico de todo un período de trabajo revolucionario. Para lo uno y para lo otro, la educación basada en los paradigmas socialistas agilizará los debates y direccionará las acciones por cuanto no empleará términos ambiguos para explicar el mundo, ni los complejos procesos sociales y politicos que en él se suceden, y orientará a todos los educandos a buscar las causas, las raíces de los males y las consecuencias dañinas a los fines colectivos.

El eclecticismo posmodernista –arma utilizada para desorganizar a los pueblos a partir de los intelectuales orgánicos al capitalismo- niega la existencia de las causas y lleva a sus simpatizantes a actitudes y conductas evasivas y no comprometidas por no reconocer las razones, las causas de los hechos o de las propuestas políticas. "El hombre verdadero -decía José Martí- es el que va a las raíces", y en varias ocasiones nos lo ha recordado Fidel y Chávez.

De manera que –en el caso de Cuba- las garantías más profundas para alcanzar una conducta ciudadana como la manifestada el 20 de enero pasado en que votó más del 90% del pueblo en forma secreta y directa por sus líderes, se encuentran en el nivel de conocimiento o de educación dialéctica e histórica, alcanzado y mantenido por la inmensa mayoría del pueblo cubano, que ha garantizado un alto nivel de formación comunitaria, como síntesis de la solidaridad y colectivismo revolucionario, que le ha permitido ejercer un poder popular más eficiente y eficaz en todas las fases de la gestión: desde el diseño y la planeación estratégica hasta la organización, el control y la evaluación de las tareas y los objetivos cumplidos o no alcanzados.

Sin dudas de ningún tipo, resulta verdaderamente imposible que en el sistema del Poder Popular en Cuba, ante unos electores masivamente preparados en el ejercicio de la política y conscientemente dispuestos a desempeñar el papel de dirigente social, puedan infiltrarse ciudadanos que aspiren a colocar a Cuba, otra vez, bajo el dominio yanqui, ni incluso, bajo el dictamen de un capitalista disfrazado de socialista. Y cuando alguno se ha infiltrado, su permanencia en los cargos es efímera pues el pueblo organizado es celosamente vigilante de sus obras y en cualquiera de los cinco o seis espacios (CTC, PCC, UJC, CDR, FEU, FEEM, FMC, ANAP, entre otras) de intercambio de opiniones y de acciones conjuntas, los ciudadanos(as) y sus autoridades populares toman medidas adecuadas. No obstante, de muchas formas, hay influencias provenientes de estructuras aún mercantilistas en Cuba que generan ideas contradictorias a la educación dialéctica e histórica, y constantes ataques mediáticos radiales y televisivos desde "el norte revuelto y brutal" que también ejercen influencia en actitudes y ciertas conductas no socialistas.

Reflexionando sobre todo lo anterior, las recientes palabras de Fidel en su crónica sobre la visita de Lula, me vinieron "como anillo al dedo" al momento de preparar este papel de trabajo, pues entre revolucionarios, los sentimientos triunfalistas, producto del optimismo revolucionario, no pueden omnubilarnos, ni producir abstracciones que generen esa idea de linealidad en la lucha revolucionaria, cuando lo cierto es que todo el avance de una revolución social se va alcanzando con mucho esfuerzo, sacrificio, riesgo y hasta sangre debido a las poderosas fuerzas y acciones reaccionarias con que se debe enfrentar el pueblo constructor de la revolución. Por algo fue que el manifiesto de Lenin "Dos pasos adelante y uno hacia atrás" siempre alcanzó tanta fama en Cuba y en el mundo. Quienes obvien esa enseñanza deberán asumir las consecuencias y quizás obtengan, como resultado, dar dos pasos hacia atrás en vez de uno, como sostenía Lenin.

El pasado 19 de febrero, recibimos la Reflexión de Fidel, referida a su histórica decisión. Es toda una obra maestra para concluir estas ideas. Les invito a leerlas, como lo ha hecho Raúl, su gran compañero, amigo y hermano, ahora el 24 de febrero elegido por los diputados cubanos, quienes expresan la voz del pueblo, para el más alto cargo del país.

La elección fue martiana, justa y merecida. Raúl ha estado más de 60 años luchando, primero contra la dictadura de Batista siendo joven comunista, luego en la Sierra Maestra y más tarde junto a Fidel contra el imperialismo yanqui. Dirigiendo a los oficiales militares y milicias de la lucha contra bandidos en Cuba, a los generales cubanos victoriosos contra el ejército racista sudafricano en Angola y contra los invasores de Etiopía. Y sobre todo, dando las más grandes muestras de humildad y sencillez, ante el pueblo, en la educación de sus hijos y de sus compañeros de trabajo. Raúl es un ejemplo de padre proletario, de jefe militar y de estadista. En Raúl Castro, hijo del pueblo de Cuba, se expresa fielmente esa gran dialéctica


[Ver Formación ideológica y praxis revolucionaria en el socialismo bolivariano (III)]
[Ver Praxis revolucionaria y formacion ideologica en el socialismo bolivariano (II)]
[Ver Praxis revolucionaria y formacion ideologica en el socialismo bolivariano (I)]

Ernesto Wong Maestre - wongmaestre@gmail.com
Profesor del Seminario de África de la Escuela de Estudios Internacionales de la UCV y del Instituto de Altos Estudios Diplomáticos "Pedro Gual" y Coordinador Asistente de la Revista Latinoamérica y el Caribe hacia la Integración
http://www.parlatino.org.ve/

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MAGEC 2008

"La Revolución es obra de mujeres y hombres libres y ha estado permanentemente abierta al debate, pero nunca ha cedido un ápice ante las presiones"


Discurso pronunciado en las conclusiones de la sesión constitutiva de la VII Legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular



Compañeras y compañeros:
Es claro el mandato del pueblo a esta Legislatura: continuar fortaleciendo la Revolución en un momento histórico que exige ser dialécticos y creadores, como nos alertó el compañero Fidel en su medular Reflexión del pasado 14 de enero.
Muchas expectativas se generaron, tanto en Cuba como en el extranjero, en torno a la integración del Consejo de Estado que acaba de elegir la Asamblea. La fundamental fue despejada por el compañero Fidel en su Mensaje del 18 de febrero. Poco puedo agregar a lo expresado por él, salvo reconocerle a nuestro pueblo, en nombre de la Dirección de la Revolución, las innumerables muestras de serenidad, madurez, confianza en sí mismo y la combinación de genuinos sentimientos de tristeza y firmeza revolucionaria.
Asumo la responsabilidad que se me encomienda con la convicción de que, como he afirmado muchas veces, el Comandante en Jefe de la Revolución Cubana es uno solo.


Fidel es Fidel, todos lo sabemos bien. Fidel es insustituible y el pueblo continuará su obra cuando ya no esté físicamente. Aunque siempre lo estarán sus ideas, que han hecho posible levantar el bastión de dignidad y justicia que nuestro país representa.
Sólo el Partido Comunista, garantía segura de la unidad de la nación cubana, puede ser digno heredero de la confianza depositada por el pueblo en su líder. E s la fuerza dirigente superior de la sociedad y el Estado y así lo establece el Artículo 5 de nuestra Constitución, aprobada en referendo por exactamente el 97,7% de los votantes.
Esa convicción tendrá particular importancia cuando por ley natural de la vida, haya desaparecido la generación fundadora y forjadora de la Revolución.
Afortunadamente no es ese el momento que hoy vivimos. Fidel está ahí, como siempre, con la mente bien clara y la capacidad de análisis y previsión, más que intacta, fortalecida, ahora que puede dedicar al estudio y el análisis las incontables horas que antes empleaba en el enfrentamiento a los problemas cotidianos.
A pesar de la paulatina recuperación, sus condiciones físicas no le permitirían aquellas interminables jornadas, con frecuencia separadas por escasas horas de descanso, que caracterizaron su trabajo prácticamente desde que emprendió la lucha revolucionaria y aún con mayor intensidad durante estos largos años de período especial, en que no se permitió siquiera un solo día de vacaciones.


La decisión del compañero Fidel es una nueva contribución, con su ejemplo que lo enaltece, en aras de asegurar desde ahora la continuidad de la Revolución, consecuente en quien ha tenido siempre como guía el precepto martiano: “Toda la gloria del mundo cabe en un grano de maíz”.
Igualmente es inconmovible su decisión de continuar, mientras tenga fuerzas para hacerlo, aportando a la causa revolucionaria y a las ideas y propósitos más nobles de la humanidad.
Por tanto, seguro de expresar el sentir de nuestro pueblo, solicito a esta Asamblea, como órgano supremo del poder del Estado, que las decisiones de especial trascendencia para el futuro de la nación, sobre todo las vinculadas a la defensa, la política exterior y el desarrollo socioeconómico del país, me permita continuar consultándolas al líder de la Revolución, el compañero Fidel Castro Ruz.
Por esta y otras muchas razones, en mis palabras de hoy citaré, no pocas veces, algunas de las ideas y conceptos esenciales expresados en sus Reflexiones, que aprovecho para decir que debemos estudiar, por sus enseñanzas y capacidad de previsión. Tener presente siempre algo que gustaba repetir Raúl Roa a sus íntimos: “Fidel oye la hierba crecer y ve lo que está pasando al doblar de la esquina”.

Compañeras y compañeros diputados:
Estoy consciente de la responsabilidad que entraña ante el pueblo la tarea que se me encarga, y a la vez convencido de contar, como hasta hoy, con el apoyo de quienes desempeñan responsabilidades de dirección a los diferentes niveles y más importante aún, con el de mis compatriotas, sin el cual no hay éxito posible en una sociedad como la nuestra.
La Asamblea , en plena concordancia con la opinión del Buró Político del Partido, eligió Primer Vicepresidente del Consejo de Estado al compañero José Ramón Machado Ventura y posteriormente aprobó su designación como Primer Vicepresidente del Consejo de Ministros.
Como expliqué en mi propuesta para dicho cargo, en las actuales circunstancias es conveniente que el mismo compañero desempeñe, como hasta ahora, estas dos importantes responsabilidades del Estado y el Gobierno.
No hay dudas de que Machado Ventura, por su trayectoria y convicciones revolucionarias, experiencia, preparación, cualidades como dirigente y ser humano, reúne los requisitos para desempeñar esos altos cargos.
Igualmente la Asamblea acordó, en cumplimiento de lo establecido en el Artículo 75 de la Constitución, considerar la composición del Gobierno en una futura sesión en el transcurso del presente año. Es una decisión oportuna, pues no se trata únicamente de nombramientos, sino de determinar qué cambios resulta necesario realizar en el sistema de organismos de la administración central del Estado, algo que requiere un poco más de tiempo.


En los primeros 15 años de la Revolución, se fueron ajustando desde la marcha las estructuras estatales heredadas del capitalismo para asumir las tareas que imponían los radicales cambios económicos, políticos y sociales.
El proceso de institucionalización de los años setenta, con sus imperfecciones, permitió estructurar un sistema coherente y ajustado a aquellas circunstancias, alcanzándose cierta equiparación con el de los países socialistas, incluidas las buenas y también las malas experiencias.
Por último, en 1994, en el momento más agudo del período especial, se hicieron considerables ajustes que conllevaron reducciones y fusiones de organismos, así como redistribución de las tareas de algunos de ellos. No obstante, fueron realizados con la premura impuesta por la necesidad de adecuarnos de manera rápida a un escenario radicalmente distinto, muy hostil y sumamente peligroso.
Desde entonces han transcurrido 14 años, en los cuales ha cambiado considerablemente el panorama nacional e internacional. Hoy se requiere una estructura más compacta y funcional, con menor número de organismos de la administración central del Estado y una mejor distribución de las funciones que cumplen.
Lo anterior permitirá reducir la enorme cantidad de reuniones, coordinaciones, permisos, conciliaciones, disposiciones, reglamentos, circulares, etcétera, etcétera. Contribuirá además a concentrar algunas actividades económicas decisivas hoy dispersas en varios organismos, y hacer un mejor empleo de los cuadros.


En resumen, tenemos que hacer más eficiente la gestión de nuestro Gobierno.
La Asamblea ha sido renovada en una mayor proporción que en la anterior Legislatura; el número de mujeres crece más de siete puntos porcentuales y ya se aproxima a la mitad de los diputados, algo más del 43%; aumentan de 23 a 36 los que tienen entre 18 y 30 años, o sea los más jóvenes, aunque también son más los que superan los sesenta.
Algo muy importante, crece el número de los vinculados directamente a la producción o los servicios, es decir, de los obreros, campesinos y otros trabajadores; también de los miembros de las instituciones armadas, los deportistas, artistas, escritores, periodistas y de otras profesiones, que unidos a los dirigentes estudiantiles y compañeros que se desempeñan en los consejos populares, constituyen más de la mitad de los diputados.
Datos como estos, junto a la simple relación de las tareas que cumplen cada uno de ustedes, desde dirigentes nacionales hasta jubilados y líderes religiosos, permiten afirmar que los aquí reunidos son una muestra en pequeña escala de la sociedad cubana.
Lo anterior constituye una premisa básica, pero no asegura por sí sola el cumplimiento de la misión del Parlamento. Se requiere además, y sobre todo, la actuación inteligente, organizada, creativa y enérgica de sus integrantes, en particular durante el trabajo de las comisiones, donde se dispone de más tiempo, pues al centrarse en determinados asuntos permite estudiarlos mejor y pueden intervenir más compañeros.


En la visita que hice en diciembre pasado al Distrito de Santiago de Cuba donde fue electo diputado el compañero Fidel, afirmé que el apoyo masivo a la Revolución exige cuestionarnos cuanto hacemos para mejorarlo.
Y añadí que si el pueblo está firmemente cohesionado en torno a un único partido, éste tiene que ser más democrático que ningún otro, y con él la sociedad en su conjunto, que desde luego, como toda obra humana, se puede perfeccionar, pero sin dudas es justa y en ella todos tienen oportunidad de expresar sus criterios, y más importante aún, de trabajar para hacer realidad lo que en cada caso acordemos.
No hay por qué temer a las discrepancias en una sociedad como la nuestra, en que por su esencia no existen contradicciones antagónicas, porque no lo son las clases sociales que la forman. Del intercambio profundo de opiniones divergentes salen las mejores soluciones, si es encauzado por propósitos sanos y el criterio se ejerce con responsabilidad.
Así ha actuado la inmensa mayoría de los cubanos, desde nuestros mejores científicos, intelectuales, obreros, campesinos y estudiantes, hasta la más sencilla ama de casa.
Todos ellos, en diferentes momentos de la Revolución, incluido el actual, han brindado una ejemplar demostración de madurez política y conciencia de la realidad, al valorar con objetividad tanto los asuntos de alcance estratégico como las dificultades de la vida cotidiana, y sobre todo crece la convicción de que la única fuente de riquezas de la sociedad está en el trabajo productivo, sobre todo cuando emplea con eficiencia los hombres y recursos.


Los agoreros internacionales de la muerte de la Revolución intentaron presentar a su favor las críticas surgidas durante el estudio y reflexión del discurso del 26 de julio en Camagüey, sin comprender que se trataba de un debate crítico dentro del socialismo. Así lo confirmaron con creces, pocos meses después, los resultados de nuestras elecciones, que concluyeron el pasado 20 de enero.
Es cierto que también hay personas que hablan antes de informarse; que demandan sin valorar si dicen algo racional o descabellado. Coinciden, como norma, con quienes reclaman derechos sin jamás mencionar deberes. Como dijo Fidel en su reflexión del 16 de enero: “esperan milagros de nuestra porfiada y digna Revolución”, concluyó.
No les negamos el derecho a expresarse, siempre que sea en el marco de la ley. Ante un planteamiento de ese tipo no podemos ser extremistas, pero tampoco ingenuos.
Cuando lo motiva el desespero ante una dificultad personal o es provocado por la falta de información, debemos ser pacientes y brindar los argumentos necesarios.
Pero si alguien lo que pretende es presionar con afán de protagonismo o animado por la ambición, la demagogia, el oportunismo, la simulación, la autosuficiencia u otra debilidad humana de similar carácter, hay que enfrentarlo resueltamente, sin ofensas, pero llamando las cosas por su nombre.


Nunca olvidar que el enemigo sigue al acecho, permanentemente dispuesto a aprovechar el menor descuido para hacernos daño, aunque haya quien se empeñe en ignorarlo.
No vamos a dejar de escuchar la opinión honesta de cada cual, que tan útil y necesaria resulta, por la algarabía que se arma, a veces bastante ridícula, cada vez que un ciudadano de nuestro país dice algo a lo que esos mismos promotores del espectáculo no harían el menor caso, si lo escucharan en otro lugar del planeta.
Sabemos que esos mensajes van dirigidos a engañar o al menos crear confusión, pero si alguien ha tenido la peregrina idea de asustarnos con ellos, le recuerdo que la principal razón de que sigamos aquí -y seguiremos estando-, es que nuestro pueblo y su Revolución han dado siempre el frente, sin la menor muestra de temor y enarbolando la verdad, a las agresiones de todo tipo de la mayor potencia militar y económica del mundo.
Infinidad de ejemplos pudieran citarse, basta mencionar la inconmovible dignidad de nuestros cinco héroes, frente a cada intento de doblegarlos durante una década de injusto encarcelamiento.
Aprovecho la ocasión para agradecer, en nombre de nuestro pueblo, las incontables expresiones

de solidaridad, respeto, cariño, aliento y legítima preocupación para con el líder de la Revolución que emitieron jefes de Estado y de Gobierno, partidos políticos, organizaciones no gubernamentales, destacados intelectuales y simples ciudadanos de todos los confines del mundo tras la publicación de su Mensaje el pasado martes. No fallaremos jamás a la confianza que ellos depositan en nosotros.
Al propio tiempo, hemos tomado debida nota de las declaraciones ofensivas y abiertamente injerencistas del imperio y algunos de sus más cercanos aliados.
Como era de esperar, el Departamento de Estado se apresuró a anunciar la continuación del bloqueo en correspondencia con la política de la actual administración.
Otros, con matices, se empeñan en condicionar las relaciones con Cuba a un proceso de “transición” dirigido a destruir la obra de tantos años de lucha.
¡Qué poco conocen a nuestro pueblo, tan orgulloso de su plena independencia y soberanía!
La Revolución es obra de mujeres y hombres libres y ha estado permanentemente abierta al debate, pero nunca ha cedido un ápice ante las presiones ni se ha dejado influir por ellas, ni por las grandes ni por las pequeñas.

Solo añadiré que las Reflexiones de Fidel, publicadas el viernes, son una magistral respuesta a todas ellas.
En relación con las dificultades que el país enfrenta en el plano interno, la determinación de las prioridades y el ritmo de su solución partirá invariablemente de los recursos disponibles y del análisis profundo, racional y colegiado, por los órganos competentes del Partido, el Estado o el Gobierno, y en los casos que sea necesario, previa consulta directa a los ciudadanos que corresponda de cualquier sector de la sociedad e incluso a todo el pueblo, si fuera un asunto de gran trascendencia.
Existen cuestiones cuyo estudio requiere tiempo, ya que un error motivado por la improvisación, la superficialidad o el apresuramiento, tendría consecuencias negativas considerables. Hay que planificar bien, pues no podemos gastar más de lo que tenemos, después organizar y trabajar con orden y disciplina, que son fundamentales.
Al abordar estos asuntos es preciso tener siempre presente la profunda convicción de Fidel, reiterada en su Mensaje del 18 de febrero, de que los problemas actuales de la sociedad cubana requieren más variantes de respuestas para cada problema concreto que las contenidas en un tablero de ajedrez. Que ni un solo detalle se puede ignorar, y no se trata de un camino fácil, si es que la inteligencia del ser humano en una sociedad revolucionaria ha de prevalecer sobre sus instintos.

Insisto en la importancia de la disciplina. Todos tenemos que ser exigentes y respaldar a quienes lo son. Si es necesario, ayudarlos a mejorar sus métodos y apoyarlos resueltamente ante el colectivo.
Entiéndase que no hablo de extremismos ni de aceptar abusos de autoridad o injusticias, sino de que todos hagamos correctamente la parte que nos corresponde en el fortalecimiento de la disciplina y el orden social. De lo contrario, las consecuencias las paga nuestro pueblo.
Es verdad que hay limitaciones objetivas –las conocemos bien y sufrimos diariamente tratando de resolverlas cuanto antes. Somos conscientes de los enormes esfuerzos que requiere fortalecer la economía, premisa imprescindible para avanzar en cualquier otro ámbito de la sociedad, frente a la verdadera guerra que libra el gobierno de los Estados Unidos contra nuestro país.
La intención es la misma desde el triunfo de la Revolución: hacer sufrir todo lo posible a nuestro pueblo hasta que desista de la decisión de ser libre.
Es una realidad que lejos de amilanarnos debe seguir haciendo crecer nuestra fuerza. En lugar de utilizarla como excusa ante los errores, debe ser acicate para producir más y brindar mejor servicio, para esforzarnos por encontrar los mecanismos y vías que permitan eliminar cualquier traba al desarrollo de las fuerzas productivas y explotar las importantes potencialidades que representan el ahorro y la correcta organización del trabajo.


Nuestra historia enseña, desde las guerras de independencia hasta el presente, que mientras mayores sean las dificultades, más exigencia, disciplina y unidad se requieren. El desorden, la impunidad y la falta de cohesión han estado siempre entre los peores enemigos de un pueblo que lucha.
Reitero que el país tendrá como prioridad satisfacer las necesidades básicas de la población, tanto materiales como espirituales, partiendo del fortalecimiento sostenido de la economía nacional y de su base productiva, sin lo cual, repito una vez más, sería imposible el desarrollo.
Un ejemplo es la propuesta de medidas dirigidas a incrementar las producciones agropecuarias y perfeccionar su comercialización, las cuales se han analizado, provincia por provincia, con una amplia representación de los encargados de llevarlas a la práctica, incluidos los propios productores.
Así se continuará haciendo en cada asunto de importancia cardinal para el país.
Estamos examinando, por ejemplo, todo lo relacionado con la implementación oportuna de las ideas del compañero Fidel sobre la “progresiva, gradual y prudente reevaluación del peso cubano”

-son los términos exactos que empleó en marzo del 2005-. Al propio tiempo, profundizamos en el fenómeno de la doble moneda en la economía.
Estas cuestiones son realmente sensibles y complejas, cuando, como es nuestro caso, existe la firme voluntad de proteger e ir incrementando de modo paulatino los ingresos y ahorros de la población, en especial de quienes reciben menos.
Para evitar efectos traumáticos e incongruencias, cualquier cambio referido a la moneda debe hacerse con un enfoque integral en el que se tengan en cuenta, entre otros factores, el sistema salarial, los precios minoristas, las gratuidades y los millonarios subsidios que actualmente suponen numerosos servicios y productos distribuidos de una forma igualitaria, como los de la libreta de abastecimiento, que en las actuales condiciones de nuestra economía resultan irracionales e insostenibles.
Constituye hoy un objetivo estratégico avanzar de manera coherente, sólida y bien pensada, hasta lograr que el salario recupere su papel y el nivel de vida de cada cual esté en relación directa con los ingresos que recibe legalmente, es decir, con la importancia y cantidad del trabajo que aporte a la sociedad.
Como nos dijo Fidel en su Reflexión del 16 de enero: “Tampoco debe regalarse nada a los que pueden producir y no producen o producen poco. Prémiese el mérito de los que trabajan con sus manos o su inteligencia”, sentenció.


Se estudian simultáneamente otros temas siguiendo una prioridad y el ritmo de avance dependerá de la complejidad y los recursos.
Tenemos lo fundamental para encontrar las mejores soluciones al alcance de las posibilidades materiales y las capacidades organizativas, que deben irse incrementando: un pueblo instruido, de elevada cultura política y firmemente unido bajo los principios que resumió el compañero Fidel en su reflexión del 24 de enero, cuando dijo:
“Unidad significa compartir el combate, los riesgos, los sacrificios, los objetivos, ideas, conceptos y estrategias, a los que se llega mediante debates y análisis. Unidad significa la lucha común contra anexionistas, vendepatrias y corruptos que no tienen nada que ver con un militante revolucionario”, fin de la cita.
Insisto en lo expresado aquí durante la anterior sesión de esta Asamblea: para que las enormes posibilidades de esa unidad se conviertan en resultados tangibles, es imprescindible que todos los organismos y organizaciones trabajen con la necesaria integración.
La institucionalidad, repito el término: la institucionalidad, es importante sustento de ese decisivo propósito y uno de los pilares de la invulnerabilidad de la Revolución en el terreno político, por lo que debemos trabajar en su constante perfeccionamiento. No creernos nunca que lo que hemos hecho es perfecto.


Nuestra democracia es participativa como pocas, pero debemos estar conscientes de que el funcionamiento de las instituciones del Estado y del Gobierno aún no alcanza el nivel de efectividad que nuestro pueblo exige con todo derecho. Es un tema en que debemos pensar todos.
En diciembre hablé del exceso de prohibiciones y regulaciones, y en las próximas semanas comenzaremos a eliminar las más sencillas. Muchas de ellas tuvieron como único objetivo evitar el surgimiento de nuevas desigualdades, en un momento de escasez generalizada, incluso a costa de dejar de percibir ciertos ingresos.
La supresión de otras regulaciones, aunque a algunos pueda parecer sencillo, tomará más tiempo debido a que requieren un estudio integral y cambios en determinadas normativas jurídicas, además de que influyen en algunas de ellas las medidas establecidas contra nuestro país por las sucesivas administraciones norteamericanas.
Pasando a otro tema, también está la tendencia a aplicar la misma receta en todas partes. Como resultado de ello y quizás su peor consecuencia, muchos piensan que cada problema exige medidas de alcance nacional para resolverse.
La iniciativa local es efectiva y viable en muchas cuestiones, así lo ha demostrado la distribución directa de la leche, como expliqué el pasado 26 de julio. Ya la experiencia abarca a 64 municipios de 13 provincias del país, 40 de ellos totalmente cubiertos. En los restantes y en la propia industria láctea también se avanza.


Además de garantizar con puntualidad y calidad este esencial producto, que es el objetivo fundamental, en los últimos meses del pasado año este programa permitió ahorrar más de 6 mil toneladas de leche en polvo cuya adquisición hubiera excedido los 30 millones de dólares, considerando el precio promedio en el período de 5 mil cincuenta dólares la tonelada.
Adicionalmente se redujeron gastos en divisas por un valor de 2,6 millones, incluidos en esta cifra unos 600 mil litros de combustible.
Y pudieran citarse otros casos de diversos sectores, por lo que hay que continuar pensando en soluciones similares en todos los niveles de la administración.
Compañeras y compañeros:
Un día como hoy, en 1895, al llamado de Martí, los Pinos Viejos y Nuevos reiniciaron la lucha por la independencia, frustrada por la intervención militar de los Estados Unidos. Medio siglo después logramos unirnos nuevamente y presentar combate al mismo enemigo de siempre.
No fue casual que se escogiera esta fecha, hace 50 años, para la primera transmisión de Radio Rebelde en la Sierra Maestra, ni que fuera el día en que proclamamos nuestra Constitución socialista en 1976.


En este aniversario 113 del inicio de la Guerra Necesaria, son realmente muchos y difíciles los retos. Ante ellos, tengamos presente lo expresado por Fidel en su Reflexión publicada el pasado 10 de diciembre, cuando nos alertó:
“El rostro ceñudo de Martí y la mirada fulminante de Maceo señalan a cada cubano el duro camino del deber y no de qué lado se vive mejor”.
Muchas gracias.

Raúl Castro Ruz
Rebelión