Entrevista a Ahmed Boukhari, representante saharaui en Naciones Unidas
Gilberto Lopes
Se trata de un nuevo capítulo de la lucha por la independencia desde que, en 1976, España, entonces su potencia administradora, se retiró del territorio. Las cerca de 7.500 jaimas, o tiendas de campaña de los nómades, fueron quemadas. Se desconoce aún el número de muertos, heridos o detenidos.
El ataque de la semana pasada desató nuevas protestas en la capital saharauí, El Aaiún, sometida a un virtual estado de sitio por las autoridades marroquíes, y coincidió con la reanudación, en Nueva York, de las negociaciones entre Marruecos y el Frente Polisario, la organización que gobierna la República Árabe Saharaui. Pese a las especulaciones, el Polisario decidió mantener la cita para evitar caer en lo que se estimó como una provocación del gobierno marroquí.
El objetivo de esta nueva reunión era avanzar en la preparación de una quinta ronda del proceso de negociación que se inició en 2007, bajo la supervisión del Consejo de Seguridad de la ONU, pero que desde hace dos años permanece estancado.
El gobierno de Rabat no acepta realizar un referéndum sobre el destino del Sahara, al que ofrece solo “autonomía”. Los saharauis, que aspiran a la independencia, exigen la realización de la consulta, pero su posición no ha contado con el apoyo de las potencias involucradas en este conflicto, en especial Estados Unidos, Francia y España.
El territorio del Sahara Occidental está dividido por muros de casi 2.800 km de extensión, vigilado por 150.000 soldados del ejército marroquí, una red de radares y protegido por minas antipersonas y anticarros.
El representante saharauí en las Naciones Unidas, Ahmed Boukhari, habló de la “masacre” provocada por las tropas marroquíes en el Sahara, sobre la situación en el territorio y los resultados de esta ronda de negociaciones.
GL - ¿Cuál es la situación actual en el Sahara y en su capital, El Aaiún? Se habla de terror, de una represión intensificada y de un número aún no determinado de muertos, heridos, desaparecidos y detenidos. ¿Cuáles son las cifras que manejan ustedes?
AB - El asalto de las tropas marroquíes ha sido brutal y lo hicieron tras asegurarse de que no habría ningún medio de información internacional presente y tras cortar las comunicaciones telefónicas de la red celular. Pero van llegando ya noticias sobre la dimensión de la tragedia que permiten hablar de que estamos ante una masacre. Más de 4.000 heridos, 2.000 detenidos y se habla de decenas de muertos. La gente herida suele no ir a los hospitales porque allí les espera la policía marroquí. Puede que gente a la que se considera muerta esté todavía en las cárceles marroquíes, que no quieren informar a las familias. Marruecos dice que tiene a 165 detenidos saharauis, pero no habla de heridos ni de muertos en las filas saharauis. Dice que hubo 11 soldados marroquíes muertos y más de 65 heridos. Si estas cifras son ciertas, ello quiere decir que las fuerzas marroquíes, armadas y en gran número, han podido causar una masacre ya que las victimas saharauis eran civiles.
GL - El representante del Polisario en España, Bucharaya Beyún, dijo que “nunca hemos estado más cerca de la guerra si no hay una intervención internacional para poner fin a esta masacre que está cometiendo Marruecos”. ¿Comparte esa apreciación?
AB - Es correcta la apreciación. Si la ONU no hace nada para parar esto, significa que Marruecos se esta arrogando una especie de derecho a la impunidad. Ello implicaría el fin de la vía diplomática en la que hemos creído hasta ahora para resolver el conflicto.
GL - ¿Cómo evalúa los resultados de la reunión de ayer en Nueva York y las perspectivas de las negociaciones, que continúan en diciembre?
AB - Hemos acudido a la ronda negociadora para responder positivamente a los esfuerzos que llevaba a cabo la ONU para que el proceso de paz pudiese continuar en la dirección correcta. Pero la decisión marroquí de llevar a cabo el asalto contra la población civil saharaui el día preciso en que iba a comenzar la ronda nos llevó a pensar seriamente en que no valía la pena participar. Aun así, decidimos participar, porque somos gente civilizada que quiere la paz, rechaza la violencia, la guerra. La ronda no supuso ningún avance sustancial porque Marruecos no quiere que esto avance en la dirección correcta y sobre ella planeó el terrible espectro de la brutal intervención de las fuerzas marroquíes contra nuestra población civil.
GL - ¿Qué propuestas están sobre la mesa? ¿Cuál es la posición actual del Frente Polisario en esta etapa de las negociaciones? ¿Sigue defendiendo la opción del referendo?
AB - El referéndum es la única vía posible, practicable y reconocida por la ONU para preguntar a un pueblo en un proceso de descolonización sobre qué quiere para su futuro. Éste es el significado de la autodeterminación en una cuestión de descolonización. Las opciones son y fueron siempre la de elegir entre la independencia o la integración en la potencia ocupante. No hay otra salida, pacifica por lo menos. Marruecos se opone ahora a esta vía tras haberla, sin embargo, aceptado por muchos años en el pasado y se opone a ella porque teme los resultados de un posible referéndum, como había reconocido, en su tiempo, el ex Secretario de Estado estadounidense James Baker, mediador ente 1997 y 2004 en el conflicto.
GL- Todos sabemos el papel decisivo que juegan Estados Unidos, Francia y España en la solución de este problema. ¿Ha cambiado la posición de Estados Unidos con el gobierno de Obama?
AB - Hay un cambio con respecto a la posición de la administración anterior, pero no basta para que pueda verse como un cambio de suficiente peso para hacer cambiar la posición intransigente de Marruecos. Tenemos contactos regulares con el Departamento de Estado que nos permiten seguir informándoles de todos los pormenores de este conflicto .
GL - ¿Francia sigue apoyando las propuestas de Marruecos?
AB - Ciegamente. Es una pena que exhiba apoyo a una causa colonial injusta hasta el límite de ser, en el Consejo de Seguridad, el obstáculo fundamental para el establecimiento de un mecanismo de protección de los derechos humanos en el Sahara occidental.
GL - ¿Qué se puede esperar de España?
AB - La opinión pública española así como sus medios de información y la mayoría de los partidos políticos son muy solidarios con la causa saharaui. Pero el Gobierno está en una posición bastante rezagada ante el efecto de la presión que ejerce Marruecos sobre este país.
GL - ¿Cuál ha sido la posición de América Latina en estas negociaciones?
AB - Ha sido muy noble. Coincidimos en que somos la única nación afroárabe que fue colonia española y coincidimos en el valor del derecho de los pueblos colonizados a recuperar su libertad e independencia. La mayoría de las naciones latinoamericanas reconocieron a la República Saharaui. Algunas, tras haberlo hecho, decidieron, no se sabe por qué razón, apoyar a Marruecos, congelando a petición de este país agresor la relación diplomática con nuestro país. Entre ellos Costa Rica. Es lamentable, pero son hechos. Costra Rica, por historia y por coherencia, debería seguir siendo la fiel hermana de la República Saharaui.
GL - ¿Cuánto le cuesta a Marruecos este conflicto? Hace unos años se hablaba ya de 150.000 millones de dólares en el esfuerzo militar en el Sahara.
AB - Le cuesta mucho más porque el presupuesto de la guerra y de todo el esfuerzo propagandístico y diplomático que hacen es secreto.
GL - Finalmente, ¿cómo vislumbra el futuro y el final de esta disputa?
AB - La lucha continúa . Llegaremos a lograr nuestro objetivo nacional de paz y libertad tarde o temprano. Nuestros hermanos latinoamericanos, que entienden el costo de ese sacrificio nacional, deben estar más que nuca a nuestro lado.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.
rCR
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