martes, 30 de junio de 2009

Obama deplora golpe en Honduras, pero su gobierno mantiene asistencia militar a golpistas

David Brooks (Corresponsal de La Jornada)

El gobierno de Barack Obama denunció el golpe en Honduras como acto "ilegal", y afirmó que el presidente constitucional, Manuel Zelaya, es el único mandatario democráticamente electo, pero no pidió de manera explícita su restitución ni suspendió por ahora la asistencia militar al país centroamericano, como marca la ley en caso de golpe de Estado.

"El presidente (Manuel) Zelaya fue electo democráticamente. Aún no había cumplido su período. Creemos que el golpe no fue legal y que Zelaya sigue siendo el presidente de Honduras, democráticamente electo", declaró Obama en la tarde de este lunes.

Agregó que será un "precedente terrible si nos empezamos a mover hacia atrás, a una era en la que vemos golpes militares como medio de transición política, en lugar de elecciones democráticas. La región ha logrado enormes avances a lo largo de los últimos 20 años en instaurar tradiciones democráticas en Centroamérica y América Latina. No queremos regresar a un pasado oscuro".

La secretaria de Estado pide atender la "polarización política"

En comentarios hechos durante una reunión bilateral con su colega de Colombia, Álvaro Uribe, en la Casa Blanca, Obama reiteró que su gobierno trabaja con la Organización de Estados Americanos (OEA) y otros mecanismos multilaterales para buscar una solución pacífica a la crisis.

Pero no demandó de modo explícito la restitución del Ejecutivo expulsado; tampoco lo hizo la secretaria de Estado, Hillary Clinton, en comentarios sobre la situación hechos horas antes.

Se le preguntó por qué no había un reclamo más preciso. Clinton respondió: "no hemos presentado demandas sobre las cuales estamos insistiendo, porque estamos trabajando con otros a nombre de nuestros objetivos finales, los cuales son ampliamente compartidos".

Abundó: "pensamos que el arresto y la expulsión de un presidente ciertamente son preocupantes y tiene que ser abordados".

En otro momento declaró que "todas las partes tienen una responsabilidad de abordar los problemas de fondo que llevaron a los eventos de ayer" y proceder "de una manera que mejore la democracia y el régimen de ley en Honduras".

Los objetivos que enumeró fueron, además de la restauración del orden democrático, "abordar los serios problemas de la polarización política en Honduras, restaurar la confianza en sus instituciones de gobierno y asegurar que Honduras procede exitosamente hacia sus elecciones presidenciales programadas para noviembre de este año".

Poco después, sin embargo, su vocero, Ian Kelly, trató de argumentar que el gobierno estadunidense, al sumarse a la declaración de la OEA presentada anoche, sí demanda la restauración de la presidencia de Zelaya.

Y aunque Clinton denominó "golpe" lo ocurrido en Honduras, se negó a pronunciarlo así legalmente, ya que hacerlo obligaría a Washington a suspender toda la asistencia militar y económica a Tegucigalpa.

"Pensamos que esto ha evolucionado a ser un golpe", afirmó Clinton, pero cuando se le preguntó si consideraba suspender la asistencia militar, indicó que no.

Reconoció que "gran parte de nuestra asistencia está condicionada a la integridad del sistema democrático", pero "estamos aplazando cualquier determinación legal formal" de que esto sea un "golpe".

Argumentó que aunque se está evaluando esa determinación, por ahora lo que se busca restablecer es "el régimen de derecho y el orden constitucional dentro de un periodo de tiempo relativamente corto. Creo que eso sería un buen resultado".

Según la ley estadunidense, ninguna asistencia militar y económica puede ser otorgada a un país cuyo jefe de Estado ha sido derrocado por un golpe de Estado.

30/6/09

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