miércoles, 2 de septiembre de 2009

Cumbre de UNASUR en Bariloche: temores justificados
Moisés Pérez Mok (Prensa Latina)Buenos Aires, (PL)

La tímida declaración adoptada por la cumbre extraordinaria de UNASUR en Bariloche, Argentina, dejó intacto el peligro que representa el despliegue de por lo menos mil 400 militares estadounidenses en siete bases colombianas. El encuentro dejó de lado los reclamos de rechazo a la ampliación de la presencia norteamericana - llamándola por su nombre - en la región, y se limitó a advertir que fuerzas extranjeras no pueden amenazar la soberanía e integridad de cualquier nación suramericana.
La inmunidad con que suelen operar los efectivos del pentágono más allá de sus fronteras "son una bomba de tiempo" y esto resulta extremadamente peligroso, advirtió en la cita cimera del 28 de agosto el presidente ecuatoriano, Rafael Correa.

Correa y su par venezolano, Hugo Chávez, se encargaron de desnudar la fragilidad de los argumentos sostenidos por Colombia para ceder el uso de siete bases a militares estadounidenses, un hecho que según el mandatario de esa última nación está ya consumado.

El gobierno de Bogotá ha alegado que el despliegue de fuerzas norteamericanas en su territorio resulta "una ayuda práctica y eficaz" en la lucha contra el narcotráfico y el terrorismo, y que en esto no supone "renuncia, ni abdicación de soberanía".

La necesidad de semejante "ayuda" fue cuestionada por el propio Correa, quien recordó que Colombia posee el mayor ejército de Suramérica, con 400 mil efectivos, suficientes para poder enfrentar por sí sola a narcotraficantes y terroristas.

El dignatario ecuatoriano llamó también la atención sobre el completo fracaso del denominado Plan Colombia, que pese a un desembolso multimillonario desde el año 2000 no logró cumplir ninguno de los tres objetivos que se propuso.

La experiencia demuestra además, agregó, que en aquellos lugares de donde fue expulsada la Agencia Norteamericana de Lucha Antidroga (DEA por sus siglas en inglés) mejoran los niveles de captura de estupefacientes.

Correa advirtió asimismo que las siete bases militares estadounidenses contarán con medios desproporcionados para sus presuntos fines, pero tendrán a cambio potencial suficiente para controlar el Caribe y las costas del Atlántico y el Pacífico de América del Sur.

El tema lo había puesto sobre la mesa un rato antes el presidente Chávez, cuando alertó que el despliegue de bases militares norteamericanas en suelo colombiano responde a la estrategia global de dominación de Estados Unidos.

Chávez sustentó su apreciación en el Libro Blanco del Comando de Movilidad Aérea y Estrategia Global de Bases de Apoyo, del gobierno de Washington, que en una de sus partes se refiere de modo particular a la base de Palanquero.

Este enclave figura entre las llamadas bases "expedicionarias" del informe y es identificada como una localidad de seguridad de cooperación, que ayudaría incluso con la ruta de movilidad hacia África, precisó.

Desde allí, alertó, un solo avión de gran alcance y capacidad de hacerse invisible, como el C-17, sería suficiente para controlar la totalidad de Suramérica, con excepción del Cabo de Hornos, en Chile, precisó.

El Libro fue mencionado también por la jefa de Estado argentina, Cristina Fernández, quien dijo inferir del documento que el establecimiento de las bases militares norteamericanas parece más un dispositivo para guerras convencionales que para combatir el narcotráfico.

Nunca he visto bombardear cargamentos de drogas; eso no se combate con aviones C-17, ni con el emplazamiento de radares, sostuvo Fernández, y alegó que el enfrentamiento al narcotráfico "se funda más que en dispositivos militares, en dispositivos de inteligencia y contrainteligencia".

Fernández consideró además imprescindible conocer en todos sus detalles el acuerdo militar suscrito por Bogotá y Washington, algo sobre lo que Uribe no comentó una sola palabra.

DOS PROPUESTAS PARA CONSIDERAR

Chávez y el mandatario boliviano, Evo Morales, lanzaron en la cumbre extraordinaria de la Unión de Naciones Suramericanas dos propuestas para considerar:

El dignatario venezolano consideró necesario empezar a visualizar una iniciativa de paz para Colombia en beneficio de toda la región.

Lo que necesitan los colombianos y los demás pueblos del área es el logro de la paz en esa convulsa nación, en vez de más militarismo como prevé el convenio promovido por Uribe y Obama, dijo.

En una iniciativa de paz para Colombia sí creemos, subrayó.

Morales, por su parte, reclamó realizar un referendo sobre la presencia de las bases militares de Estados Unidos en los países de América Latina, algo que consideró sería "histórico".

Más, de momento sólo se acordó que los ministros de Relaciones Exteriores y de Defensa se reúnan en la primera quincena de septiembre próximo para que, en pos de una mayor transparencia, diseñen medidas de fomento de la confianza y de la seguridad.

Estas deben complementar los instrumentos existentes en el marco de la Organización de Estados Americanos (OEA) e incluir mecanismos concretos de implementación y garantías para todos los países aplicables a los acuerdos existentes con países de la región y extrarregionales.

Tales mecanismos, subraya la declaración final, deberán contemplar los principios de irrestricto respeto a la soberanía, integridad e inviolabilidad territorial y no injerencia en los asuntos internos de los Estados.

Por otro lado, se instruyó al Consejo Suramericano de Defensa que analice el texto sobre "Estrategia suramericana. Libro Blanco, Comando de Movilidad Aérea (AMC)" y realice una verificación de la situación en las fronteras.

Los estudios resultantes serán remitidos al Consejo de Jefas y Jefes de Estado y de Gobierno, a fin de considerar cursos de acción a seguir, puntualiza.

MAS ALLA DEL LLAO-LLAO

Más allá del lujoso hotel Llao-Llao, sede de la reunión cumbre suramericana, manifestaciones populares expresaron el total repudio al establecimiento de nuevas bases militares estadounidenses en la región.

A unos 25 kilómetros del centro hotelero, más de un millar de personas convocadas por organizaciones sindicales, estudiantiles y de derechos humanos abogaron además por la paz y la unidad latinoamericana.

De forma paralela a la cita presidencial sesionó en San Carlos de Bariloche una Asamblea de los Pueblos Latinoamericanos que aprobó una declaración de repudio a los proyectados enclaves bélicos norteamericanos.

El texto recomienda la creación de un sistema de defensa único en Suramérica y rechaza también la presencia de toda base militar de la Organización del Tratado del Atlántico Norte.

(*) El autor es corresponsal-jefe de Prensa Latina en Argentina

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