jueves, 29 de octubre de 2009

La batalla cubana contra el bloqueo


En vísperas de una nueva votación en la Asamblea General de las Naciones Unidas, que sin duda condenará el bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por los Estados Unidos contra Cuba desde hace casi 50 años, permítame compartir con algunas reflexiones sobre el tema.

El bloqueo es la expresión más elevada de una política cruel e inhumana, carente de legalidad y legitimidad. Fue diseñada para provocar hambre, enfermedades y desesperación en la población cubana.

Diez gobiernos norteamericanos sucesivos, acentuaron esa política. Nada esencial ha cambiado desde la llegada al poder del nuevo Gobierno estadounidense, presidido por Barack Obama.
La administración norteamericana incumplió la Resolución 63/7, adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 29 de octubre de 2008, en una votación de 185 Estados a favor y sólo 3 en contra. Mantuvo en vigor las leyes, disposiciones y prácticas que le sirven de sustento. Continuó reforzando los mecanismos políticos, administrativos y represivos para su instrumentación más eficaz y deliberada. Tampoco modificó los fundamentos sobre los que se erige esa política.
En abierto desafío al creciente reclamo dentro y fuera de los EE.UU. para que se elimine esta política, el nuevo gobierno norteamericano y sus voceros han reiterado su intención de mantener el bloqueo contra Cuba.
Ningún bloqueo ha sido tan abarcador y brutal contra un pueblo como el que los Estados Unidos han mantenido contra Cuba. Este clasifica, como actos de genocidio y de guerra económica, de acuerdo con el Derecho internacional.
No es una cuestión bilateral entre mi país y los Estados Unidos. La repetida aplicación extraterritorial de las leyes norteamericanas y la persecución contra los legítimos intereses de empresas y ciudadanos de terceros países afectan significativamente la soberanía de otros Estados. Al amparo de esa política, continúan aplicándose sanciones a empresas norteamericanas y europeas por realizar transacciones con Cuba.
Los enfermos cubanos no pueden beneficiarse, en muchas ocasiones, de nuevos medios de diagnóstico, tecnologías y medicamentos, aunque de ellos dependan sus vidas, porque independientemente de que estos fueran producidos o estén disponibles en un tercer país, las leyes del bloqueo prohíben que Cuba los adquiera si alguno de sus componentes o programas proceden de los Estados Unidos. Según cálculos muy conservadores el daño directo a Cuba como resultado del bloqueo, hasta diciembre del 2008, supera los 96 mil millones de dólares, cifra que ascendería a 236 mil 221 millones de dólares, si el cálculo fuera realizado a los precios actuales del dólar norteamericano. No es difícil imaginar el progreso que Cuba habría alcanzado y del cual se le ha privado si durante estos 50 años no hubiese estado sometida a esta brutal guerra económica.
Todos los sectores de la vida nacional resultan afectados por el impacto que ocasiona a la economía del país; en particular, en lo referido a los sectores de la salud, la educación, la seguridad alimentaria, la salud animal, el deporte, la cultura, el transporte, la vivienda, el medio ambiente y las instituciones religiosas. Las acciones del bloqueo afectan especialmente, a la infancia, a las mujeres, a los adultos mayores y a las personas con discapacidad.
A pesar de ello, el pueblo cubano tiene la determinación de perfeccionar la obra realizada, y continuar la construcción de una Patria independiente, solidaria y justa; que preserve las conquistas alcanzadas, fortalezca su labor humanitaria con otros pueblos del mundo y defienda hasta las últimas consecuencias nuestra Revolución Socialista.

Tengo la plena seguridad de que hoy, 28 de octubre, la comunidad internacional expresará, una vez más, su contundente repudio a esta política genocida. El debate del tema en la ONU, se sustenta no solo en la defensa de los derechos de los cubanos, también de los norteamericanos y otros ciudadanos del mundo que se ven afectados por una medida que supera por mucho lo bilateral.
Finalmente quiero agradecer al pueblo y al Gobierno venezolano por el apoyo brindado, en esta noble batalla cubana contra el bloqueo.

Rogelio Polanco
Embajador de Cuba en Venezuela

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