Teodoro Santana (Para Kaos en la Red) La última manifestación contra el alza de precios en Lanzarote –convocada por una asociación de consumidores que pide la libre entrada de las grandes superficies de descuento duro– pedía que los costes del transporte de productos de primera necesidad a la Isla sean a “coste cero”...
última manifestación contra el alza de precios en Lanzarote –convocada por una asociación de consumidores que pide la libre entrada de las grandes superficies de descuento duro– pedía que los costes del transporte de productos de primera necesidad a la Isla sean a “coste cero”. Esto es lo que negociaron con el presidente del gobierno autonómico, paulino Rivero, quién prometió que se iba a hacer si conseguían arrancar, a través del Ministerio de Hacienda español, una subvención de Bruselas de las destinadas a las Regiones Ultraperiféricas (RUP).
También se celebró no ha mucho otra manifestación en El Hierro pidiendo fletes a “coste cero” para las islas no capitalinas. A primera vista es una reivindicación muy “popular”, envuelta en un lenguaje izquierdista, con la que sus patrocinadores esperan conseguir un amplio respaldo entre la población.
Lo malo es que, desde que desenvolvemos el papel de celofán, descubrimos la verdadera naturaleza de esa reivindicación. ¿En que consiste verdaderamente la propuesta de los fletes a “coste cero”? Simple y sencillamente, en subvencionar a los intermediarios pagándoles el cien por cien del transporte entre islas. Y en confiar en que, dada la natural bondad de los capitalistas, éstos repercutan este menor coste en los precios al consumidor.
No es que desconfiemos de las malas o buenas intenciones de los capitalistas de la intermediación. De hecho, hacen su papel intentando obtener el máximo beneficio. No se trata de la supuestamente “malvada” naturaleza humana: se trata de la naturaleza misma del capitalismo.
De hecho, tenemos un antecedente muy cercano: el Régimen Específico de Abastecimiento (REA), que subvenciona las importaciones de esos mismos productos. La justificación del REA era, precisamente, que dando dinero público a los capitalistas por los productos que importan, éstos reducirían en la misma cantidad sus beneficios para minorar en la misma proporción los precios a los consumidores.
Como es evidente, no sólo no se produce esa rebaja de los precios, sino que la cesta de la compra de Canarias es, con diferencia, la más cara de todo el Estado.
Estamos ante un claro ejemplo de cómo una reivindicación aparentemente muy radical y muy “de izquierdas”, no esconde otra cosa que un contenido muy de derechas: volver a poner las cuestiones primordiales de la supervivencia de la mayoría –como los precios de los productos de primera necesidad– en manos de un puñado de capitalistas, a los que hay que beneficiar con dinero público.
No en vano el derechista Paulino Rivero no tuvo el menor problema en aceptar lo del “coste cero”: otro mecanismo para enriquecer a sus patrocinadores. Y tampoco es casual que la primera pancarta de la manifestación de Lanzarote rezara un escueto “Libre Mercado”.
Píquenmelo menudo, que lo quiero para cachimba, o sea.
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