viernes, 6 de agosto de 2010

: El último poema de Federico, su muerte

Víctor j. Rodríguez Calderón


I

No, no puede ser,

anoche mataron

a García Lorca

y en lo oscuro

lo han encontrado

mordido por el viento

de los olivos.

Tenía sangre

de la luna en su pecho

y ya lo momificaban

los versos.

Un silencio de hedores

reposa en el aire

y un charco de sangre

surca la tierra

con fuerza.

Mataron al gitano;

su silencio

fue terrible,

lo mataron

con la cabeza levantada,

con su luna de pergamino.

II

Compadre, ¿Qué va a ser

de Soledad Montoya?,

¿Qué diremos

cuando pregunte por él?.

¿Qué será del verde

que te quiero verde?,

¿Del viento amarillo

y de la noche

perseguida por los mil

perros que no la conocen?.

¿De la luna gitana

que se queda sola

con su niño?.

¿De la mozuela

que se llevó al río?,

¿Del muerto

que se quedó en la calle

con un puñal en el pecho?,

¿Qué será de la muerte?,

se quedó sin quien le cante

.

III

Mataron al poeta,

se desapareció su cadáver,

pero quedaron sus versos

testigos universales.

Y se vinieron cantando

colgados de los astros

que pasan a caballo,

y se esparcieron

en todas la almas.

Vinieron como mil

abejas campesinas,

como paisaje y tierra,

como un secreto

que la muerte guarda.

Vinieron a todos los hombres

porque todos los hombres

con voz de sentimiento

los cantan

.

IV

¿Dónde quedó su sepultura?

-En toda la garganta de España,-

dijo la luna. Y nos fuimos

caminando siguiendo el rastro

de dos palomas desnudas,

en la curva del río

oímos los gemidos

de los gitanos.

Era como sus poesías,

llegaban de todas

las distancias.

Se escuchaba

el soplo del viento,

veíamos la vida y la muerte

como se miraban

como se abrazaban.

En toda la mitad del camino

encontramos a Antonio Torres Heredia

y con voz de cinco chorros

nos dijo:-No lo busquen,

su cuerpo está tiritando

bajo el polvo de su guitarra.

Y su alma ya se fue de España montada

en la mar y los arroyos.

Yo le previne

y sus oídos fueron sordos.

Ay, Federico García Lorca

allí viene la guardia civil,

acuérdate de la virgen

porque te vas a morir.

Y así Federico

escribió su último poema,

su muerte.

vrodriguez297@hotmail.com



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