jueves, 26 de agosto de 2010

De Movimiento Continental Bolivariano a los pueblos de Venezuela y el mundo

"Cuando la opresión no deja más alternativa, la guerra de liberación, constituye el legítimo recurso de los pueblos para lograr su libertad". Simón Bolívar, 1812 Cartagena


En determinados momentos o periodos históricos los pueblos tienen no solo el derecho si no el deber de levantarse contra la opresión y el terrorismo de Estado, utilizando todas las formas de lucha que estén a su alcance, incluyendo la lucha armada. Así fue en nuestra América frente a la cruel conquista y colonización europea y frente a las diversas formas de tiranía e iniquidades, y a si ha sido -y es- a lo largo del combate de la humanidad por sus libertades y derechos.


En este sentido está claro que las causas que dieron origen a la confrontación armada en Colombia no solo no han desaparecido sino que se han profundizado y extendido, y que la pobreza, la inequidad, la fraudulencia electoral y la violación flagrante de los derechos fundamentales del ser humano siguen siendo la constante agravada que ha marcado la historia reciente de este país hermano, impidiendo una salida política no beligerante.

El gobierno dirigido por Juan Manuel Santos es solo una nueva expresión de estos regímenes oligárquicos, manejados y dirigidos por el imperio norteamericano desde los albores del santanderismo.

La mal llamada "democracia colombiana" se ha convertido en una oscura máquina de elegir verdugos de turno, no existiendo garantías, ni condiciones mínimas para el desarrollo de una
alternativa política electoral que cambie el destino histórico de este país.

Esa anhelada posibilidad ha sido cercenada en reiteradas ocasiones. Basta recordar el asesinato de miles de liberales desmovilizados a mediados del siglo XX, el asesinato en plena vía pública de Jorge Eliécer Gaitán en el año 1948 y la matanza que le siguió y más recientemente (entre 1984 y 1990) el brutal exterminio de más de 5000 candidatos, activistas y políticos desarmados de la Unión Patriótica junto a los asesinatos selectivos de los dirigentes guerrilleros desmovilizados del M-19.

Entendemos la lucha armada de los pueblos como una epopeya por la liberación y esto en absoluto puede se calificado de terrorismo. Este término, acuñado, manipulado y explotado en mayor escala por los yankees y sus poderosos medios de desinformación después de los sucesos del 11 de Septiembre, ha sido usado junto a múltiples artimañas y mentiras como recurso para estigmatizar, desprestigiar y aislar a los grupos insurgentes, procurando bloquear la solidaridad internacional en su favor y criminalizar todo intento de ejercerla.

Con ese mismo propósito e igual sentido de adulteración de la verdad y de los hechos, se ha insistido en vincular a las guerrillas colombianas con el narcotráfico, utilizado en esa dirección el enorme poder comunicacional trasnacional de los EEUU y sus aliados para sembrar la falsa idea de unas guerrillas, que desviándose de sus orígenes, se ha transformado en un cartel de la droga.

Los vínculos con la narco-corrupción, sin embargo, apuntan en dirección inversa, implicando profunda e inequívocamente las altas esferas de gobierno, Estado y elites empresariales colombianas encabezadas en los últimos años por el narco-paramilitar Uribe Vélez, por el propio Juan Manuel Santos y por el inescrupuloso sector oligárquico que representa. Aquí es válido
afirmar que el ladrón y el asesino juzgan por su condición.

Podemos entender que existen razones de Estado que han gravitado en estos momentos para la reanudación de las relaciones entre Venezuela y Colombia, pero los pueblos, el pueblo bolivariano, mariateguista, artiguista, sanmartiniano, rodriguista, sandinista, zapatista, camañista, alfarista, tupacamarista, guevaristaŠ-y muy especialmente los revolucionarios de todas las tendencias y formas de combate- deben entender, desde la profundidad del internacionalismo y el latino-americanismo, que la solidaridad no admite silencios cómodos ni omisiones convenientes.

La lucha de un pueblo por su liberación es parte de nuestra propia lucha por emanciparnos de las cadenas. Empapados del espíritu bolivariano asumimos la lucha antiimperialista como lucha continental contra el imperio opresor, respetuosos siempre de la independencia, las identidades, circunstancias políticas y formas de acción de cada pueblo y cada sector. Negar tal independencia implica arrogarse la facultad de percibir y analizar la realidad diferenciada con lentes ajenos, que solo procuran ver lo que favorece intereses egoístas o maniobras circunstanciales, deslegitimando la voz de sus actores reales y desconociendo el derecho y las justas causas y razones ¿Quién puede afirmar que una guerrilla puede existir sin apoyo popular y sin razones históricas insoslayables por más de 50 años?

La guerra sin embargo no puede seguir siendo el único trágico destino de nuestro hermano pueblo colombiano, ni la rendición de sus heroicas fuerzas insurgentes la salida ecuánime que dará termino a más de cinco décadas de sangre y muerte. Eso sería aceptar que el injusto orden impuesto a punta de fusiles y terror por las oligarquías y el imperialismo es el único posible, aceptar el yugo y dar las gracias por seguir vivo sin alcanzar un acuerdo nacional que supere las causas del conflicto y lleve a Colombia a una paz con justicia social, sólida y duradera.

Quien está cerrando las puertas al diálogo que posibilitaría un acuerdo no es la insurgencia armada. No es casual que Santos a pocos días de sellar el acuerdo con el presidente Chávez, haya
mostrado su verdadera cara, señalado que no va a aceptar ningún interlocutor nacional o internacional que plantee un proceso de diálogo para la paz en Colombia, negándose a nombrar un
Comisionado de Paz y llamando al ejército regular a arreciar la ofensiva militar contra el pueblo en resistencia, coronándose así como el "Santo patrono" de la Colombia santanderista.

Frente al conflicto colombiano somos solidarios con los más de siete mil presos políticos y prisioneros de guerra, con los más de cuatro millones de desplazados, con los familiares de los miles de desaparecidos, con los perseguidos políticos y refugiados colombianos esparcidos por todo el mundo, en especial con los que se encuentran en Venezuela y Ecuador, con el movimiento estudiantil colombiano en pie de lucha, con los dirigentes sindicales que día a día arriesgan su vida por defender sus derechos, con el movimiento indígena, con el pueblo consciente, pobre y perseguido de Colombia que resiste en las montañas, campos y ciudades en las filas de las FARC-EP y ELN en la Colombia insurgente de Bolívar.

Somos partidarios de reconocer esas fuerzas como FUERZAS BELIGERANTES sustentadoras de una
propuesta de paz con dignidad, portadoras de una alternativa democrática destinada a contribuir junto a otros sectores a crear una nueva Colombia libre de bases militares estadounidenses, de terrorismo de Estado, de para-militarismo genocida y de confrontaciones armadas. Una Colombia en paz, autodeterminada y camino al reinado del desarrollo integral e incluyente y de la justicia social.

Creemos un beber de las izquierdas y las fuerzas democráticas y progresistas de nuestra América y el mundo, estén o no ejerciendo funciones de gobiernos, reconocer el valor de esas fuerzas alternativas (insurgentes o no, armadas o cívicas), apoyarlas en su rol beligerante, aislar a régimen narco-para-terrorista de Colombia, exigir el desmantelamiento de las bases militares estadounidenses, bloquear sus propósitos agresivos contra Venezuela y la región, y aportar a la salida política democrática del conflicto armado.

Es la hora de las definiciones, de actuar en consecuencia y coherencia. La espada de batalla se Bolívar en nuestras manos no es solo un símbolo, es espíritu de lucha que recorre nuestra América.

POR LA PATRIA GRANDE Y EL SOCIALISMO:

¡QUE VIVA LA COLOMBIA INSURGENTE DE BOLIVAR!

Movimiento Continental Bolivariano, 21 de Agosto de 2010.

NOTA:
Camaradas, compañeros y compañeras:

Les solicitamos ayuden a difundir el
comunicado del MCB, capítulos Venezuela y Colombia. Además de solicitar la subscripción o apoyo a este documento tanto por organizaciones o personas.

Desde ya gracias, las Págs. del MCB y ABP se encuentran con problemas y esperamos solucionarlo pronto.

Carlos Casanueva
Dirección Ejecutiva MCB.

Narciso Isa Conde
Presidencia Colectiva MCB.

<http://isaconde.info/wp-content/uploads/2010/08/MCB1.jpg>Concebimos
el derecho a la rebelión de los pueblos como un
derecho universal inalienable.

Más información:

Las mentiras de Hiroshima son las mentiras de hoy

La mentira más perdurable es la de que la bomba atómica se lanzó para acabar con la guerra en el Pacífico y salvar vidas.

Traducción Rosa Moya

Cuando fui por primera vez a Hiroshima en 1967, aún estaba allí la sombra sobre los escalones. Era una impresión casi perfecta de un ser humano relajado: piernas separadas, espalda inclinada, una mano en el costado mientras esperaba sentada a que abriera el banco. A las ocho y cuarto de la mañana del 6 de Agosto, su silueta y ella fueron lanzadas ardiendo contra el granito. Estuve mirando la sombra fijamente durante una hora o más, luego bajé andando hacia el río y conocí a un hombre llamado Yukio, en cuyo pecho todavía estaba grabado el dibujo de la camisa que llevaba cuando se lanzó la bomba atómica.

Él y su familia todavía vivían en una casucha construida rápido y mal entre el polvo de un desierto atómico. En su descripción hablaba de un relámpago enorme cayendo sobre la ciudad, “una luz azulada, algo así como un cortocircuito”, tras el cual el viento sopló como un tornado y cayó una lluvia negra. "Fui lanzado al suelo y observé que sólo quedaban los tallos de mis flores. Todo estaba quieto y en silencio, y cuando me levanté, había gente desnuda sin articular palabra. Algunos de ellos habían perdido la piel o el pelo. Supe con certeza que estaba muerto”. Nueve años después, cuando volví a buscarle, había muerto de leucemia.

En el periodo que siguió al lanzamiento de la bomba, las autoridades de ocupación aliadas prohibieron toda mención del envenenamiento por radiación e insistieron en que las muertes o heridas fueron consecuencia sólo del estallido de la bomba. Ésta fue la primera gran mentira. “No hay radiactividad en la destruida Hiroshima” decía la portada del New York Times, un clásico de la desinformación y la abdicación de los medios, que el periodista australiano Wilfred Burchett incluyó como primicia del siglo. “ Escribo esto como advertencia a todo el mundo”, informaba Burchett en el Daily Express, después de llegar a Hiroshima tras un viaje peligroso. Fue el primer corresponsal que se atrevió. Describió salas de hospital llenas de gente sin heridas visibles, pero que estaba muriendo, de lo que él llamó “una epidemia atómica”. Por contar esta verdad, le retiraron su acreditación de prensa, fue expuesto públicamente y difamado – y justificado.

El uso de la bomba atómica en Hiroshima y Nagasaki fue un acto criminal de dimensiones épicas. Fue un asesinato masivo premeditado que dio rienda suelta a un arma de criminalidad intrínseca. Por esa razón sus defensores han buscado refugio en la mitología de la reciente “guerra buena”, cuyo “baño (de sangre) ético”, como Richard Drayton lo calificó, ha permitido a Occidente no sólo expiar su sangriento pasado imperialista, sino poner en marcha 60 años de guerra voraz, siempre bajo la sombra de La bomba atómica.

La mentira más perdurable es la de que la bomba atómica se lanzó para acabar con la guerra en el Pacífico y salvar vidas. “Incluso sin los ataques de la bomba atómica”, concluía el informe estadounidense sobre armas nucleares de 1946, “la supremacía aérea sobre Japón podía haber

ejercido la suficiente presión para provocar una rendición incondicional y obviar la necesidad de una invasión. Basándose en una investigación detallada de todos los hechos, y respaldados por el testimonio de líderes japoneses supervivientes, el informe defiende que… Japón se habría rendido aunque las bombas atómicas no se hubieran lanzado, aunque Rusia no hubiera entrado en la guerra y aunque no se hubiera planificado o contemplado invasión alguna”

Ya en 1943 los archivos nacionales de Washington contienen documentos del gobierno estadounidense que recogen propuestas de paz japonesas. No se abordó ninguna. Un cable enviado el 5 de Mayo de 1945 por el embajador alemán en Tokio e interceptado por EEUU despeja cualquier duda sobre el hecho de que los japoneses estuvieran desesperados por pedir la paz, incluso “la capitulación, aunque los términos de la misma fueran duros”. En cambio, el secretario de guerra estadounidense, Henry Stimson, dijo al presidente Truman que temía que la fuerza aérea estadounidense arrasara de tal manera Japón que esta nueva arma no pudiera “mostrar su potencia”. Después admitió que “no se hizo ningún esfuerzo ni se consideró seriamente conseguir la rendición de los japoneses por el mero hecho de no tener que usar la bomba”. Sus compañeros en política exterior estaban ansiosos “por intimidar a los rusos con la bomba que tan ostentosamente llevábamos en las caderas”. El General Leslie Groves, director del proyecto Manhattan que fabricó la bomba, testificó: “ Nunca tuve la impresión de que Rusia fuera nuestro enemigo, ni de que el proyecto se basara en esas premisas”. El día que Hiroshima fue arrasada, el presidente Truman expresó su satisfacción calificando el “experimento” como “éxito abrumador”.

Desde 1945 se cree que EEUU ha estado a punto de usar armas nucleares al menos en tres ocasiones. Haciendo su falsa “guerra contra el terror”, los gobiernos actuales de Washington y Londres han declarado que están preparados para realizar ataques nucleares “preventivos” contra Estados no nucleares. A medida que suenan las campanadas de medianoche de un Armagedón nuclear, las mentiras para justificar posibles ataques se vuelven más escandalosas. La “amenaza” actual es Irán. Sin embargo, Irán no dispone de armas nucleares y la información errónea sobre su arsenal nuclear en proyecto procede en buena parte de un grupo de oposición iraní desacreditado financiado por la CIA, el MEK -al igual que las mentiras sobre las armas de destrucción masiva de Sadam Hussein procedentes del Congreso nacional iraquí, erigidas por Washington.

El papel desempeñado por el periodismo occidental en erigir a este hombre de paja es crucial. Que la estimación de la Inteligencia de Defensa de EEUU dice “con gran confianza” que Irán abandonó su programa de armas nucleares en el 2003, eso se ha colocado en un lugar olvidado de la memoria. Que el presidente de Irán Mahmoud Ahmadinejad no ha amenazado nunca con “borrar a Israel del mapa” tampoco es de interés.

Esta sucesión de mentiras nos ha reportado una de las crisis nucleares más peligrosas desde 1945, porque la amenaza real no se menciona en los círculos del sistema occidental ni en los medios. Hay sólo una potencia nuclear desenfrenada en Oriente Medio, y es Israel. El heroico Mordechai Vanunu intentó advertir al mundo en 1986 cuando obtuvo en secreto pruebas de que Israel estaba construyendo nada menos que 200 cabezas nucleares. Desafiando las resoluciones de las Naciones Unidas, Israel está claramente impaciente por atacar Irán, con el temor de que una nueva administración estadounidense pudiera llevar a cabo auténticas negociaciones con una nación que Occidente lleva profanando desde que Gran Bretaña y América derrocaron la democracia iraní en 1953.

En el New York Times del 18 de Julio, el historiador israelí Benny Morris, una vez considerado liberal y ahora un asesor del sistema político y militar de su país, amenazó con “un Irán convertido en un desierto nuclear”. Esto sería una masacre. Para un judío, resulta escandalosamente irónico.

Y nos debemos preguntar: ¿vamos a convertirnos en meros testigos, argumentando, como hicieron los buenos alemanes, que “no teníamos conocimiento”? ¿ Nos escondemos cada vez más detrás de lo que Richard Falk ha denominado “una pantalla legal/ moral, en un sólo sentido, con pretensiones de superioridad moral [con] imágenes positivas de los valores occidentales donde la inocencia se representa amenazada, dando validez a una campaña de violencia incontrolada”? Capturar criminales de guerra vuelve a estar de moda. Radovan Karadzic está en el banquillo de los acusados, pero Sharon y Olmert, Bush y Blair no. ¿Por qué no? La memoria de Hiroshima requiere una respuesta.

http://www.johnpilger.com/page.asp?partid=499

http://www.agendaroja.org/?p=450

Más información:

Análisis de la Comunicación

Guerra / Criminalización / Represión

Internacional

de los comentarios
#1.- rusiavs usa
pedro yudex|23-08-2010 01:33

Creo que la verdadera causa del empleo del arma atomica por parte de usa fue la disuacion a la urss de no invadir a japon despues de la derrota a alemania, y otro el castigo a japon por no atacar a la urss por el flanco oriental en concordancia con alemania, sepase que la segunda guerra mundial fue motivada sobre todo para acabar con la urss, hitler solo fue un instrumento.


#2.- terrible, desde luego. Pero las cosas en su sitio, están mucho mejor:

23-08-2010 12:35

Los crímenes del japón expansionista en Manchuria, en China y Asia fueron incluso peores que los de los criminales nazis y fascistas en Europa, Holocausto incluido. Nazis-fascistas y expansionistas nipones (su emperador era dios y tenían prohibido hacerse prisioneros): DE VICTIMAS NADA.CRIMINALES. Los fascistas del mundo mundial y sus lameculos no tienen argumentos. Y los nazis criminales que huyeron a América del Sur (Argentina por ejemplo), lo mismo. Está claro?. No hay historia que re-escribir (y menos en ciertos términos de nazis&fascistas resentidos): Fueron juzgados en Nuremberg por lo que eran CRIMINALES..


#3.- El asesinato de civiles, o de prisioneros nazis, también es asesinato...

Victor|23-08-2010 17:50

Por muy nazis que fueran los que dirigían Japón, en Hiroshima murieron centenares de personas, trabajadores, jubilados, niños, comunistas, socialistas anarquistas, campesinos, enfermeros, políticos, mineros y conductores de autobús. Su asesinato premeditado con nocturnidad y alevosía solo puede calificarse de CRIMEN de GUERRA. Crimen cometido no para ganar una guerra, sino para decirle al mundo, URSS incluída, quién mandaba ahí... hasta ahora.

¿Dónde están los culpables de esos crímenes? Muchos habrán muerto calentitos en su cama, como nuestro ferrolense Paquito el cerillita, los muy perros.

#4.- 2 al 3.......

24-08-2010 11:14

entiendo y comparto lo que apuntas, que en el fondo no deja de ser complemetario a lo que yo digo. La realidad es muy compleja. Ahora bien, el Japón de aquellos años estaba totalmente fanatizado en su locura, como lo estaban quienes apoyaron a los nazis y fascistas en Europa: Que murieron en el bombardeo campesinos, mineros, e inocentes es incuestionable, ahora bien que fueran comunistas, anarquistas o socialistas antifascistas o simples demócratas, es ya es mucho decir del Japón de aquellos años.... Saludos antifascistas.

24-08-2010 13:10

Dos personalidades tan opuestas, Mao Tse-tung y Mountbatten, señalaron en su momento que los estallidos nucleares sobre Japón, escasamente tuvieron que ver con la finalización de la 2ª guerra mundial en el Pacífico.

(Mordechai Vanunu y Bradley Manning, dos internacionalistas a no olvidar)

lunes, 23 de agosto de 2010

Colombia y Venezuela más allá del abrazo

Víctor J. Rodríguez Calderón
Por prccanarias

No es para menos la euforia que despertó el “relanzamiento” de las relaciones diplomáticas entre Venezuela y Colombia realizada hace poco por los Presidentes Chávez y Santos en Santa Marta. No cabe duda que esta decisión bajará la temperatura a la hipertensión que se vivió en los últimos meses entre estos dos países hermanos y abre la posibilidad de construir una relación un poco más creíble y estable.

Por supuesto, con lo ocurrido ganamos los pueblos hermanos. Ganó el Presidente Juan Manuel Santos que, en apenas 48 horas, solucionó un problema que no parecía tener solución posible y tenía muy preocupados a los habitantes de la frontera. Ganan los habitantes a lado y lado de la frontera incluidos industriales y comerciantes. Gana Néstor Kirchner, Secretario de Unasur, que muestra más resultados que la OEA y gana el Presidente Lula que se consolida como líder de la región.

Ganó el Presidente Chávez, porque se consolidó como líder internacional al quedar desenmascarado el narcoparamilitar del Uribe Vélez, su última provocación no sólo convirtió su país en una suerte de portaviones estadounidense, sino que se empeñó en escalar los conflictos en la línea de militarización que defienden el Pentágono y el Comando Sur, que buscan a como dé lugar, el modo de asegurar el control de un patio trasero que se les escapa de las manos.

Sin embargo, es muy temprano para echar campanas al vuelo. Las operaciones psicológicas que vemos a diario no son un fenómeno mediático aislado, no, estas poseen finalidades políticas múltiples, tales como la deslegitimación del proceso, descalificando la obra del gobierno de Chávez, exaltando fallas y errores.

No olvidemos que a diferencia de Uribe, salido de la lumpenburguesía ligada al narcotráfico y al paramilitarismo, Juan Manuel Santos es un hombre de la más rancia oligarquía colombiana, contra cuyos intereses llegó a actuar en más de una ocasión el primero con tal de complacer a Estados Unidos. Es imposible desligar a Santos de los desmanes cometidos por el gobierno anterior, del que fue ministro de Defensa en el momento de la agresión a Ecuador, y de los famosos “falsos positivos”, pero por otro lado los colaboradores que ha escogido y los pasos que ha dado en sus primeros días de gestión evidencian un deseo de alejarse del uribismo en política exterior, lo cual es lógico puesto que la oligarquía necesita reparar la situación de aislamiento internacional en que se mantuvo este país. En este terreno, los hechos corroboran sus reiteradas declaraciones de que la prioridad es restablecer las relaciones con Quito y Caracas. Preguntado sobre el discurso de toma de posesión del flamante mandatario, el ex presidente Samper –reconocido adversario político de Uribe y de Santos– declaró que había “hecho girar la agenda política exterior y doméstica de Colombia 180 grados”.

Aunque Santos tenga, como parece, la voluntad política de normalizar las relaciones con nuestra nación, eso no le será tan fácil como lo ha querido demostrar. Tiene tres obstáculos visibles y beligerantes en los sectores más agresivos de la oligarquía colombiana, del imperio y en la contrarrevolución venezolana.

Santos no es menos derechista ni fascista que Uribe, continuará siendo un fiel aliado de Washington y combatirá a la guerrilla buscando su exterminio. Como buen oligarca, Santos piensa en grande, en los intereses de su clase, mientras que Uribe piensa solo en su futuro personal.

GALEANO DIXIT

No quisiera terminar sin dejar un excelente escrito de Eduardo Galeano, porque Colombia nos duele a todos:

En el caso de las bases militares en Colombia no sólo ofende la dignidad colectiva de América Latina sino también la inteligencia de cualquiera, que se diga que su función va ser combatir las drogas”.

Casi toda la heroína que se consume en el mundo proviene de Afganistán, casi toda, datos oficiales de Naciones Unidas que cualquiera puede ver en Internet. Y Afganistán es un país ocupado por Estados Unidos y como se sabe los países ocupantes tiene la responsabilidad de lo que ocurre en los países ocupados, por lo tanto, tienen algo que ver con este narcotráfico a escala universal y son dignos herederos de la reina Victoria que era narcotraficante”.

La celebérrima reina Victoria de Inglaterra impuso el opio en China a lo largo de dos guerras de treinta años, matando una cantidad inmensa de chinos, porque el imperio chino se negaba a aceptar esa sustancia dentro de sus fronteras que estaba prohibida. Y el opio es el papá de la heroína y de la morfina, justamente”.

Los Estados Unidos que tanto usan la droga como coartada para justificar sus invasiones militares, porque de eso se trata, son dignos herederos de esa fea tradición. A mí me parece que es hora que nos despertemos un poquito, que no se puede ser tan hipócrita. Si van a ser hipócritas que lo sean con más cuidado”.

Este país andino que enfrenta un gobierno autoritario entregado a los intereses de los Estados Unidos, con una alarmante situación de violación de derechos humanos y con un conflicto interno que lo sigue desangrando”.

Si hay un tribunal mundial que alguna vez va a juzgar a Colombia por lo que de Colombia se dice: país violento, narcotraficante, condenado a violencia perpetua, yo voy a dar testimonio de que no, de que ese es un país cariñoso, alegre y que merece mejor destino”.



domingo, 22 de agosto de 2010

Nuestra historia no es más que la historia de un pueblo que aún lucha por su liberación


www.chile-mir.org

A 45 años del congreso fundacional del Movimiento de Izquierda Revolucionaria

A los trabajadores y al pueblo de Chile
A nuestros simpatizantes y colaboradores, al pueblo mirista
A los presos políticos mapuches en huelga de hambre
A los luchadores internacionalistas
A nuestros militantes

I

Nuestra historia no es más que la historia de un pueblo que aún lucha por su liberación. Nuestra organización al igual que nuestro pueblo, ha pasado por grandes etapas de lucha y resistencia, ha sido golpeada en lo más alto de su estructura y en lo más amplio de su organización. Nuestro MIR ha teñido con sangre joven y valiente las calles de nuestros pueblos en la lucha por la emancipación de los desposeídos, la construcción de poder popular y la lucha por el socialismo, lucha que aún no acaba y que hoy llena nuestros corazones de sueños al igual que ayer. Nuestra intención no es sobrestimar una fecha tan simbólica para el pueblo revolucionario, porque en la práctica son 45 años que nos recuerdan que no hemos sido capaces de dar el triunfo para nuestro pueblo, más bien nuestra intención es hacer un rescate a la memoria combatiente y eternamente rebelde, una forma de decir, aquí estamos, nosotros somos: resistimos, sumamos y multiplicamos fuerzas. Acá estamos para dar la vida de nuevo cuantas veces sea necesario por la causa del pueblo, acá estamos para ponernos en frente de las luchas del pueblo pobre y marginado, acá estamos, para constituirnos como una alternativa de poder para la clase obrera y los pobres del campo y la ciudad, acá estamos, para enfrentar a los ricos y poderosos, para golpearlos y hacerlos temblar de miedo, acá estamos construyendo marejadas de pueblo organizado. Saludamos gustosos todas las actividades conmemorativas que se realizan en Chile y en el mundo, nos llena de alegría saber que el recuerdo traspasa las fronteras de la militancia revolucionaria nacional y de los sectores más ideologizados del pueblo, en esta fecha que de una u otra forma nos toca a todos.

Como organización revolucionaria hemos desistido de realizar cualquier tipo de actividad conmemorativa, pues entendemos que un partido como el nuestro con una estrategia político-militar, requiere inexcusablemente resguardar la seguridad, la compartimentación y la clandestinidad, para poder desarrollarse de manera seria, sólida, efectiva y sin perder jamás los objetivos revolucionarios. Aquellas actividades públicas, se las dejamos a todos aquellos que piensan hacer del MIR una marca, un partido tradicional -abierto y público- y que demuestran en sus acciones, al igual que los renovados que quebraron nuestro partido en los 80’s, no poseer en sus perspectivas estratégicas la voluntad real de elevar la lucha del pueblo a niveles mayores. Para nosotros, revolucionarios conscientes del tiempo histórico en el que vivimos, no se puede hablar de organización revolucionaria o de lucha político-militar, en momentos de Estado contrainsurgente, de democracia restringida, de persecución, encarcelamiento y criminalización del movimiento popular y revolucionario, por lo mismo rechazamos hablar desde parafernálicas actividades públicas o rimbombantes escenarios. La alternativa revolucionaria debe construirse en medios de las masas, a través de distintas referencialidades, posicionarse como una alternativa posible en permanente disputa de la direccionalidad del movimiento de masas al reformismo, pero siempre resguardando el instrumento político-militar principal… el MIR debe sentirse, pero no verse.

II

Un 15 de agosto de 1965 hace ya 45 años, se realizaba el congreso fundacional del Movimiento de Izquierda Revolucionaria - MIR de Chile. Luego de un extenso proceso de conversaciones y discusiones entre variadas vertientes del movimiento popular y revolucionario, nacía la primera organización política-militar de nuestra patria.

Hace 45 años el MIR de Chile se presentaba como una alternativa seria al reformismo, mostraba un camino distinto y complejo, pero que era el único capaz de entregar un triunfo real de la clase obrera y los pobres del campo y la ciudad sobre la burguesía, el capitalismo y la agresión yanqui. El MIR se organizaba como una alternativa revolucionaria real al pueblo de Chile, como una alternativa de poder en una época marcada por el ascenso del movimiento de masas en el continente y el mundo entero, pero que veía diezmada toda su potencialidad por la hegemonía de los obtusos partidos tradicionales entrampados en el legalismo y la institucionalidad burguesa. Hace 43 años un grupo de jóvenes ganaba las elecciones de la Dirección Nacional de nuestro partido. Con este triunfo nuestro MIR daba un salto cualitativo de proporciones históricas, el partido dejaba de ser una organización más del espectro político. El advenimiento de una nueva generación de revolucionarios significó un salto desde lo meramente discursivo, a la preparación y accionar militar, no libre de problemas, divisiones, fraccionamientos e incluso expulsiones en el seno del partido.

III

Hace 40 años Salvador Allende -gracias a una división temporal en el seno de los partidos de la clase dominante- se convertía en el primer marxista en acceder al gobierno por medio de elecciones democrático-liberales, nuestro MIR desde la clandestinidad, saludaba con desconfianza el triunfo democrático del allendismo y asumía inmediatamente una posición de apoyo crítico frente al gobierno, admitiendo con ello que si bien el triunfo electoral representaba un gran avance para el movimiento popular, especialmente en el nivel de conciencia, no solucionaba el problema de la toma del poder por la clase obrera y los pobres del campo y la ciudad.

Además, nuestro MIR vaticinaba que el nuevo contexto político iba a empujar a las clases dominantes a reaccionar contra la clase trabajadora, y eso propiciaría necesariamente la movilización de amplios sectores del pueblo en defensa de los intereses populares, abriéndose un nuevo escenario político caracterizado por las acciones directas y el enfrentamiento entre clases. El camino estaba trazado, nuestro MIR se proponía empujar a la clase obrera y a los pobres del campo y la ciudad, en la defensa de sus intereses de clase, a través de medios revolucionarios, preparándose para la inevitable confrontación violenta entre las clases antagónicas. Nuestro MIR crece en medio del pueblo, desarrolla el poder popular, construye frentes intermedios por sectores, empuja la movilización y la acción directa, acumula una fuerza militante de cuadros escogidos y prepara militarmente a sectores del partido, quienes se constituían como los embriones del futuro ejército revolucionario del pueblo.

IV

Hace 37 años, el capitalismo en el mundo estaba en crisis y entraba en una nueva fase de ofensiva contrarrevolucionaria, la cual teñiría de sangre la historia de todo el tercer mundo y de Nuestra América. El golpe militar en Chile se concretaría el 11 de septiembre de 1973 y consolidaría el fracaso estratégico de la "vía chilena al socialismo" empujada por la UP y todo el ilusionismo reformista. La bota militar combatiría con especial ahínco a nuestro partido, dando muerte un 5 de octubre de 1974, después de horas de combate, a nuestro Secretario General Miguel Enríquez Espinoza. Junto con la muerte de Miguel, se iniciaría un repliegue táctico que tendría como finalidad la preparación en el exterior de cuadros para el regreso a Chile, esta tarea de concretaría en el denominado "Plan 78", el cual plasmaría la estrategia de Guerra Popular por medio de un reconstituido partido político – militar.

Hace 29 años, un 27 de junio de 1981 una ráfaga de metralleta dispersaba a los guerrilleros desarmados del Destacamento Guerrillero Toqui Lautaro (DGTL), ubicados en las faldas de la Cordillera de los Andes, en la zona de Neltume. El DGTL estaba formado por destacados cuadros con preparación militar en el extranjero, habían cruzado la cordillera a pie desde Argentina y llevaban meses aclimatándose en la zona. Pese a los errores generales cometidos por la Dirección Nacional de nuestro partido (en cuanto a logística y apertrechamiento), la resistencia ejercida por el destacamento contra los soldados expertos en lucha antiguerrillera, tuvo como consecuencia sólo unas pocas bajas (siete y en el destacamento de Nahuelbuta ninguna), demostrando que era posible instalar una fuerza de combate especializada, proveniente de lo más avanzado del pueblo, en una zona profundamente adversa, en condiciones de cerco y bajo un dictadura militar. Entre el año 1983 y 1986 en Chile se desarrollaría los mayores niveles de insurgencia y violencia de masas vistas en la historia de nuestro pueblo. Las poblaciones, industrias, fundos, calles y pasajes de nuestro país, eran verdaderas trincheras, y el grito de liberación tenía al gobierno en vilo y al país en un permanente estado de sitio. Nuestro MIR se alimentaría de una nueva camada de revolucionarios, especialmente jóvenes provenientes de las poblaciones más combativas de nuestro país, los mismos que protagonizarían las protestas populares más radicales vistas en años 10 de dictadura militar. Pero en 1986 se concretaría el acuerdo entre el gobierno militar y la oposición burguesa. Se producía la derrota del movimiento popular y revolucionario de Chile y comenzaba un largo proceso de reflujo y estabilización de lucha de clases, cuyas consecuencias y extensión aún vivimos. Hace 24 años intentado dar respuesta a la nueva situación política nacional, pero producto de la derrota estratégica, nuestro partido se enfrasca en luchas intestinas. El partido no es capaz de conservar la unidad partidaria, muchos cuadros desertan y unos cuantos se escinden.

V

Hace 20 años, ya con la Concertación instalada en el poder y con un mirismo completamente disgregado, distintas organizaciones e individuos retoman las banderas rojinegras, construyendo variadas expresiones orgánicas. Entre ellas destacarían un grupo de jóvenes provenientes directamente del antiguo MIR, ellos intentarían reimplantar una estrategia insurgente fundada sobre la Guerra Popular Revolucionaria, se alimentaria de las mejores experiencias guerrilleras expandidas por Centro América, reconceptualizarían gran parte del pensamiento mirista, se asentarían sobre las bases históricas del partido, y harían un sincera y valorable crítica a los errores históricos que llevaron a nuestro MIR a la derrota. Al poco tiempo, alcanzarían un gran nivel operativo, pero finalmente no podrían salir del aislamiento político, de los errores tácticos y sobre todo no fueron capaces de escapar a la mano represiva de la Concertación que a sangre y fuego desarticularía la joven y vigorosa organización insurgente. A la par numerosas organizaciones, colectivos, movimientos, partidos, etc. Intentan retomar la lucha revolucionaria, mantienen viva la luz de resistencia y lucha, pero en general, no fueron capaces de cambiar en algún grado la correlación de fuerzas imperantes. Durante los 90’s la Concertación logra afianzarse como nuevo agente político hegemónico, bajo un régimen de democracia restringida y Estado policial, consigue desarticular la izquierda revolucionaria, mantiene bajo control a la izquierda tradicional y logra transformar todo el acumulado social de los 17 de años de resistencia popular, en un colchón político propio. Esto permitió implementar a destajo el capitalismo en su forma neoliberal, sin resistencia del mundo popular y sin oposición revolucionaria articulada.

Hace 12 años, el capitalismo mundial entraba en una nueva crisis cíclica, conocida como "crisis asiática", esta crisis golpeaba a casi todo el mundo y en especial a los países subdesarrollados, la situación económica mundial demostraba que el sistema capitalista y el modelo neoliberal no era infalible. En nuestro país se abrió un nuevo proceso de lucha de clases, caracterizado por un importante ascenso político en el movimiento de masas, poco a poco los pobres de nuestro país comenzaron a salir del aislamiento político vivido a lo largo de casi 10 años de gobiernos sin oposición popular organizada. Este nuevo escenario político abrió una nueva brecha a las organizaciones revolucionarias, y permitió la rearticulación de muchas expresiones políticas que se encontraban descompuestas y fraccionadas. Mientras tanto en el resto del contiene las fuerzas populares tomaban protagonismo, y pocos años más tarde, estas mismas fuerzas irrumpirían con rabia en países como Argentina, Ecuador y Bolivia, a través de movilizaciones populares y rebeliones generalizadas, arrancándole a los dueños del poder y la riqueza pequeños triunfos que representaban importantes golpes contra la burguesía nacional, un retroceso al imperialismo yanqui, y un avance importante de la clase obrera y los pobres del campo y la ciudad a niveles continentales. VI Si bien en nuestro país aún vivimos un período de estabilización de lucha de clases, el reciente terremoto, la descomposición de la Concertación, el cambio en el agente hegemónico, los fraccionamientos y contradicciones de las clases dominantes, acompañados por la movilización popular y social, la rearticulación de los revolucionarios y la recomposición de las fuerzas más combatientes de nuestros pueblo, hacen que el futuro sea mucho más auspicioso. Pero aún estamos lejos de cambiar la actual correlación de fuerzas o de tener organizaciones revolucionarias con el poder y las fuerzas para ser agentes movilizadores dentro del movimiento de masas, la izquierda revolucionaria aun no es una opción real de poder.

Hace tan solo 8 meses y luego de más medio siglo sin ganar una elección presidencial, la derecha ha logrado concentrar nuevamente en sus manos el poder político, convirtiéndose en el nuevo agente hegemónico del bloque dominante. Este triunfo apabullante, no es tan solo consecuencia de una derecha con mayor "arraigo popular", ni tampoco la derrota de una Concertación desgastada y fraccionada, es por sobre todo el triunfo de la democracia restringida, el Estado policial y veinte años de gobiernos que fueron para el conjunto del pueblo, de profundos vaciamientos políticos e ideológicos a manos de una tecnocracia apatizante y excluyente. La llegada de la derecha al poder pone a la clase obrera y los pobres del campo y la ciudad en un nuevo escenario político, por una mayor agudización del neoliberalismo y sus características principales. No menos simbólico de todo ello son los 33 representantes de lo más tradicional de nuestra clase obrera, quienes en estos mismos minutos, se encuentran atrapados bajo tierra, debido a la precariedad de las condiciones laborales reinantes en nuestro país, condiciones bajos las cuales trabajan cientos de miles de mineros de nuestro pueblo. Frente a toda esta situación, los revolucionarios debemos tener respuestas reales y concretas, y trabajar para ser prontamente una opción de poder. En el actual período de estabilidad de lucha clases, de cambio en el agente hegemónico del bloque dominante, de fraccionamiento concertacionista, de reagrupamiento hacia el centro de la izquierda tradicional y de una izquierda revolucionaria disgregada, las tares de nuestra organización están centradas en resolver, práctica y teóricamente, la construcción de la alianza de los explotados y excluidos, y el desarrollo de una fuerza social revolucionaria con perspectiva anticapitalista y de poder.

La única forma de generar un cambio político y social importante el cual sea capaz de elevarnos hasta niveles superiores de enfrentamientos entre las masas organizadas del pueblo y los aparatos represivos del Estado, se dará en la medida que seamos capaces de reorganizar nuestras propias fuerzas, agrupar a los revolucionarios, converger en espacios unitarios, afianzar una alianza multiétnica con el pueblo nación mapuche y desplegar todas las formas de lucha contra el sistema y sus agentes. Por tanto, nuestro MIR construye referencialidades en medio del pueblo, las que nos debiesen permitir en el mediano plazo, imprimir una línea revolucionaria desde dentro del movimiento de masas, y disputar la dirección del movimiento de masas al reformismo y la izquierda tradicional. A la vez que construimos una fuerza insurgente capaz de dar golpes certeros a la institucionalidad y a la gobernabilidad imperante, apostamos a desestabilizar sus fuerzas, a la par que desarrollamos las fuerzas propias y construimos poder popular. Hoy en día el MIR centra su accionar en cimentar las bases sociales, políticas y militares para el despliegue de la Guerra Popular Revolucionaria en Chile. Con la experiencia, Con la juventud, Con la Fuerza y con la Unidad

MOVIMIENTO DE IZQUIERDA REVOLUCIONARIA MIR DE CHILE

PATRIA LIBRE O MORIR

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