sábado, 25 de abril de 2009


¿Volverá Venezuela a sentarse en la mesa imperial?

Por: Víctor J. Rodríguez Calderón

Los revolucionarios sabemos que no habrá descanso, la ofensiva neoliberalista que afanadamente busca una nueva contrarreforma, tendrá una lucha desesperada y continuada buscando la nueva estrategia para salir de esta crisis globalizada en que se ha sumergido. Táctica encubierta y clandestina, eso quedo descubierto en la contracumbre número V, mal llamada de las Américas y en el nuevo modelo maquiavélico que inicia la política norteamericana.

Esta estrategia capitalista culminó demostrando que el único triunfador fue Obama con su sonrisa irónica, quien al ponerse de tu a tu con el resto de los mandatarios, consiguió dominarlos como mansos corderitos, entre a ellos a la imagen de la nueva revolución, al presidente venezolano Hugo Chávez Frías, quien como tal Uribe, corrió a estrecharle la mano al nuevo fans del capitalismo y a regalarle un libro que expresa la maldición signada por los imperios a nuestro sagrado continente, y que con la esperanza de que el imperio proceda al desbloqueo de la hermana república del Caribe Cuba y a respetarnos como naciones soberanas.

Algunos analistas aseguran que las cosas se le pusieron difícil al presidente norteamericano, pero los resultados son los que hablan y ellos muestran claramente la astucia política y de cómo este señor se cuido para no suicidarse, arrojando al abismo la arrogancia y el delirio de dios que mantenía su antecesor, el asesino George Bush. Vimos como se abrazó con todos, como se los echó al bolsillo, como los manipuló y como buscó las fotos para pasearlas por el mundo, donde salió abrazado con los que hablan de ser revolucionarios radicales.

Les dijo lo que estos querían oír, sin decirles nada. Estuvo consiente del momento político que se jugaba, necesitaba reflejarles el nuevo rostro de su política internacional, supo trabajar los medios de comunicación, pues en realidad esa acción era la mas importante de todas. A Chávez lo convenció solo con manifestarle su voluntad de “dialogar” y del posible comienzo de una nueva etapa de relaciones, pero en la cual era necesario de inmediato designar nuevos embajadores.

Entre otros “ofrecimientos” Obama prometió cumplir su palabra imperial de no intervenir en los asuntos internos de las naciones. Jocoso y en lenguaje coloquial les dijo: “Tenemos diferencias de enfoque pero trabajaremos juntos”.

Por otra parte, la Secretaria de Estado Hillary Clinton, expresó que a los ocho años de aislamiento a que fue sometido Chávez, por el genocida Bush, no fue una buena estrategia, dijo la flamante dama: “Nosotros lo aislamos, entonces él se fue a otra parte, él es un tipo muy sociable, buscará amigos en lugares donde pueda encontrarlos y los está encontrando, lugares donde nosotros preferiríamos que no los encontrara”. Por supuesto se refería a países como China que se prepara como el nuevo amo del capitalismo, Rusia e Irán. Ante las criticas realizadas por el Congreso Norteamericano por la acción abrazo y el acercamiento de unos de los mas encarnizados enemigos del imperio, ella defendió a Barack Obama, afirmando que estos gestos sirven para “alejar” al revolucionario venezolano de la influencia de esos países que se atreven a competir con ellos. Ese apretón de manos, ese abrazo, lo definió la dama como un episodio muy divertido.

Pienso que un revolucionario digno y de conciencia mas con principio bolivariano, no puede dejar manipularse por su temperamento emocional, la conciencia revolucionaria nos dicta prudencia y análisis, conocer la tierra que pisamos, de lo contrario seguimos mostrando las debilidades, a excepción de Cuba, estas son unas revoluciones sin poder, tal y como le gusta a los capitalistas.


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