Es común escuchar de la oposición al gobierno bolivariano que en Venezuela no se come, no hay alimentos y que vamos hacia una crisis. ¿Hay algo de verdad en eso? Preocupados por el asunto hemos indagado entre las estadísticas y los informes disponibles. Las estadísticas sobre Venezuela que ha continuación publicamos se pueden consultar en la página Web: http://www.fedeagro.org/consumo/default.asp, las estadísticas y cometarios mundiales pueden consultarse en el informe de la FAO: “El estado mundial de la agricultura y la alimentación (2003-2004), Roma 2004”.
Pasemos primero a analizar la situación nacional. Las estadísticas están divididas por grupos de alimentos (cereales, carnes, lácteos y huevos, pescados y mariscos, frutas, hortalizas, grasas, azucares, raíces, tubérculos y feculentos, y leguminosas). Los valores se refieren a la disponibilidad bruta para consumo humano en toneladas y al consumo per capita, en kilogramos por persona por año. Las estadísticas están disponibles desde el año 1990 hasta el 2004. Por razones de espacio, primero analizaremos las estadísticas correspondientes al periodo del gobierno bolivariano 1998-2004 y por ultimo mostraremos una grafica que abarca todo el periodo 1990-2004.
Para poder cuantificar mejor los porcentajes, recordemos que el aumento vegetativo de la población venezolana durante el periodo analizado fue de 1.75%, es decir, un aumento de población acumulado de aproximadamente 10.5%.
Grupo 1: Cereales
El rubro de los cereales esta compuesto fundamentalmente por maíz, arroz y trigo. Es notable el aumento (166%) de la disponibilidad de maíz en grano y harina precocida (30.1%) en apenas seis años. El decrecimiento de la disponibilidad del maíz pilado (60.8%) contradice la disponibilidad excedentaria del maíz en grano, lo que permite suponer un descenso equivalente en la demanda. La disponibilidad de arroz tuvo también un aumento notable (35.1%). La disponibilidad de la harina de trigo tuvo un aumento menor (11.0%) posiblemente debido a la política gubernamental de sustituir productos exógenos (como el trigo) por productos encógenos (el maíz). Tan importante como la disponibilidad es el consumo per capita. Con respecto al maíz, el consumo per capita tuvo un aumento del 16.4%, el de arroz aumentó un 20% y el de trigo un decrecimiento de 6.2%. En conclusión, en general, los venezolanos comen (en total) un 9.0% más de cereales y en particular, comemos mas arepas y arroz, y menos pan.
Grupo 2: Carnes
Este grupo esta dividido en carne bovina, porcina, ovina caprina y aves. Observamos que existe un estancamiento en la disponibilidad de carne en canal, lo que implica un déficit de la oferta por el aumento vegetativo de la población. Efectivamente el consumo per cápita de este rubro descendió un 13.2%. Lo mismo sucedió con la carne porcina en canal, cuya disponibilidad disminuyó un 6.7% y que de nuevo se refleja en el consumo con un decrecimiento del 15.2%. Sin embargo, es de hacer notar en el rubro porcino, el aumento de la disponibilidad de “otros productos” que tuvo un aumento desproporcionado del 184%. Si sumamos la disponibilidad total de carne porcina en sus dos presentaciones obtenemos un aumento de la disponibilidad de un 13,2%. El consumo de carne ovina-caprina es relativamente marginal y no lo analizaremos. Pasaremos a un rubro mucho más importante, el de aves. La disponibilidad de carne de pollo aumento en un 59.0%, mientras que la de gallina disminuyó en un 97%, que se bien es un porcentaje alto, no puede compararse directamente ya que en realidad la carne de gallina representa solo un pequeño porcentaje (1.4%) del total de carnes de aves.
En total, el consumo per capita de carne aumentó un 11.7%, debido fundamentalmente al mayor consumo de pollo.
Grupo 3: Lácteos y Huevos
La disponibilidad de la leche pasteurizada tuvo un aumento del 6.2%, insuficiente para cubrir el aumento de población. Pero más dramático aun es el descenso de la disponibilidad de la leche en polvo (40.5%) quizás asociada a factores internacionales a nivel mundial. Los aumentos de disponibilidad de queso industrial (7.1%), queso de finca (46.9%) y otros productos lácteos (114%) sugieren una mayor industrialización de la leche en Venezuela. En cuanto al consumo per capita nos encontramos que hay una disminución en el consumo de leche pasteurizada (5.3%), leche en polvo (46.8%) y queso industrial (6,5%). Aumenta el consumo de leche de finca (31.2%) y otros productos lácteos (100%). En equivalente de leche fluida se observa una preocupante disminución del 10.5%.
En cuanto a los huevos, su disponibilidad aumentó en un 11.9%, mientras el consumo se mantuvo estable.
Grupo 4: Pescados y Mariscos
En este grupo, hubo un aumento general de la disponibilidad con excepción de las sardinas frescas y los pescados salados que disminuyeron su disponibilidad en 45.0 y 78.7%, respectivamente. Sin embargo la sardina en conserva aumento su disponibilidad en un 130.4%, por lo que podría inferirse que la menor disponibilidad de sardina fresca es debida al aumento de su industrialización. El atún, uno de los rubros mas importantes de este grupo por su masivo consumo en Venezuela, tuvo un aumento de su disponibilidad en sus dos versiones, fresco (116.9%) y en conserva (119.3%). Es interesante el aumento en la disponibilidad de mariscos (53.7%) ya que este rubro se va apreciando cada vez mas en la dieta del venezolano, así pues, su consumo aumentó en un 33.3%. Por su parte, el consumo de atún fresco aumento un 93.8%, enlatado un 100%, y el de sardina en conserva 100%. Cabe destacar la caída en el consumo de sardina fresca (51.7%).
En rasgos generales, el consumo de pescado en la dieta del venezolano aumento en un 6.2%.
Grupo 5: Frutas
Resulta curioso en este grupo de alimentos, el descenso en la disponibilidad y el consumo de rubros como el cambur (41.4% y 47.8%, respectivamente) y el mango (53.7% y 58.7%). Contrariamente, la disponibilidad y el consumo de “otras frutas frescas” tuvieron un aumento de 166.8% y 136.3%, respectivamente. Respecto al resto de las frutas cabe resaltar en aumento de la disponibilidad de piña (60.8%) y lechosa (82.5%) aunque dichos porcentajes no se reflejen en el consumo en la misma proporción.
Nos atreveríamos a decir que la disminución del consumo de cambur y mango, está relacionada con el carácter “proletario” de estas maravillosas frutas, pudiendo justificarse esta aseveración por el aumento tan resaltante del consumo de “otras frutas frescas”, que parecen haber sustituido al cambur y al mango.
Por su lado, el consumo de naranja disminuyó en un 16.3%, el de piña aumentó un 42.3%, el de patilla disminuyó un 23.8%, el de aguacate disminuyó un 12.8%, el de lechosa aumentó un 63.3%, el de uva disminuyó un 28.6% y el de pulpas y conservas de frutas disminuyó un 6.1%.
En conclusión, además de “otras frutas frescas” el venezolano aumentó su consumo de piña y lechosa, mientras que consumió menos patilla, naranja, uva y pulpas. Parece haber una relación entre el consumo y la disponibilidad que en cierta forma hace los precios. En total, el consumo de este grupo disminuyó en un 8.5%.
Grupo 6: Hortalizas
El consumo total de hortalizas aumentó en un 7.5%. En cuanto a la disponibilidad cabe destacar el aumento en la cebolla (30.0%), lechuga (25.7%), pimentón (17.5%), tomate (21.7%) y “otras hortalizas” (64.7%), asimismo la disminución en zanahoria (17.7%). En repollo y remolacha, la diferencia es marginal. Con respecto al consumo, aumenta la cebolla (23.5%), tomate (7.0%), pimentón (4.2%), lechuga (14.3%) y “otras hortalizas” (48.7%); disminuye la zanahoria (27.4%), remolacha (16.7%) y repollo (11.1%). De nuevo se observa una correlación entre la disponibilidad y el consumo. Como miembros de la comunidad andina venezolana, donde la zanahoria es (o era) uno de los rubros agrícolas mas importantes, nos sentimos preocupados por la disminución de su disponibilidad (y consumo).
De manera general observamos de nuevo un incremento en el consumo, sugiriendo una dieta mas abundante y variada. Nótese que al igual que el grupo anterior, en donde el mayor aumento porcentual correspondía a “otras frutas frescas”, en este grupo el mayor aumento se refiere a “otras hortalizas” indicando que la dieta del venezolano viene diversificándose en el tiempo, lo que también sugiere una mayor cultura alimenticia.
Grupo 7: Grasas Visibles
Mientras que la disponibilidad de grasas visibles animales disminuía en un (11.2%), el aceite mezcla vegetal aumentaba (42.3%), así como el aceite de maíz (24.6%), la margarina (68.3%), la mayonesa (144.8%) y la manteca vegetal (34.1%). Es de hacer notar los importantes aumentos de estos rubros. Con respecto al consumo, se observa una disminución de las grasas visibles animales (23.1%) y un aumento en el resto de los rubros: aceite mezcla vegetal (26,4%), aceite de maíz (10.5%), margarina (85.7%), mayonesa (113.3%) y manteca vegetal (11.1%). En forma general, el consumo de este grupo de alimentos aumentó un 35.6%. Seria interesante poder analizar medidas de colesterol en la población en función del tiempo, pues uno de los efectos de la “modernidad” es el consumo de comida “chatarra” o “fase food” en donde la mayonesa es uno de los ingredientes principales.
Grupo 8: Azúcares
En este grupo sobresale el rubro azúcar refinado. Su disponibilidad aumentó en un 17.0% y el consumo en un 3.8%. El segundo rubro en importancia es el de azúcar en bebidas gaseosas. La disponibilidad aumentó en un 12.2% y el consumo se mantuvo estable. Los demás rubros no tienen gran peso específico ni variaciones demasiado significativas. En total, el consumo de azúcares aumentó en un 2.6%.
Grupo 9: Raíces, Tubérculos y Feculentos
Este grupo de alimentos es muy representativo de la americaneidad (si se me permite usar esta expresión). Con excepción del plátano, todos los demás productos son autóctonos de la América. Sin embargo observamos que el consumo total disminuyó en un importante 19.1%. Disminuyó el consumo de papa (cultivo tradicional de los andes venezolanos) en un 6.7%, el de yuca (2.1%), ñame (30.4%), apio (30%), ocumo (78.3%), plátano (33.3%) y “otras raíces y tubérculos” (16.7%). Es curioso en este grupo que aunque aumentó la disponibilidad de papa (4.1%) y yuca (12.6%), su consumo disminuyó, rompiendo el esquema de “a mayor disponibilidad, mayor consumo”.
Siendo la papa, la yuca y el plátano los tres rubros mas representativos de este grupo, el consumo total disminuyó en un 19.1%. Cabe destacar aquí el bajo consumo de casabe, apenas 0.7 kilogramos por persona al año, comparado con el consumo de otras harinas o tipos de “pan”, como la arepa o el pan de trigo (incluyendo pastelería). Recordemos de cuadros anteriores que se consumen 41.8 kilogramos de maíz y 34.8 de trigo (por persona y a año).
Grupo 10: Leguminosas
Culminamos nuestro análisis con el grupo de las leguminosas, donde la popular caraota es el rubro más importante y representativo. La disponibilidad de caraotas aumentó 10.4% mientras que su consumo se mantuvo estable. El segundo rubro en importancia es el fríjol, cuya disponibilidad aumentó en un 35.6% y su consumo en un 20%. El tercer rubro se corresponde con “otros granos leguminosos cuya disponibilidad y consumo se ha mantenido estable. También este resultado forma parte de la cultura alimenticia del venezolano. Siendo este grupo de alimentos tan rico en proteínas es tomado como comida de pobre. Un consumo de apenas 2.9 kilogramos, por persona y por año, de caraotas es relativamente bajo; recordemos que cada venezolano consume 3.3 kilogramos de mayonesa por año, lo cual no parece lógico.
Conclusiones
Hemos analizados diez grandes grupos de alimentos que forman parte de la dieta del venezolano. Las cifras, en resumen son las siguientes: (consumo en kilogramos por persona por año): Cereales (+9%), Carnes (+12%), Lácteos y Huevos (-11%), Pescados y Mariscos (+6%), Frutas (-9%), Hortalizas (+8%), Grasas Visibles (+36%), Azucares (3%), Raíces, Tubérculos y Feculentos (-19%), leguminosas (-5%).
En el periodo analizado, 1998-2004, se observa que en seis grupos aumentó el consumo mientras que disminuyó en cuatro. La mayor variación se observa en el aumento del consumo de grasas, en particular del rubro mayonesa. Esto concuerda con la tendencia, moda y avance de la comida “chatarra” muy abundante en este tipo de salsa.
La segunda cifra en importancia se refiere a la disminución en el consumo de raíces, tubérculos y feculentos; fundamentalmente de plátano. De nuevo aquí, al parecer nos conseguimos con otro atavismo cultural, esta vez relacionado con el concepto de comida de pobre: el plátano es considerado un alimento no-gourmet.
La tercera cifra en importancia es el aumento del consumo de carne, fundamentalmente pollo. Siendo la carne una fuente importante de proteínas, este aumento del consumo es una buena noticia.
La cuarta cifra en importancia se refiere a la disminución del consumo de lácteos, un rubro que esta en el tapete internacional actualmente (mas adelante editamos un artículo al respecto de la situación internacional de la leche), pero que no deja de ser preocupante dado que es el alimento de los niños por excelencia.
La quinta cifra esta relacionada con el aumento del consumo en cereales, alimento de gran importancia y base de todas las civilizaciones, en nuestro caso, el maíz y el arroz.
La sexta cifra se refiere al descenso en el consumo de frutas, en particular el cambur y el mango, lo que de nuevo pareciera corroborar el carácter transculturizante de la alimentación, moviéndose de los rubros ancestrales a las nuevas modas.
La séptima cifra es el aumento en el consumo de hortalizas, en particular la cebolla y “otras hortalizas”, indicativo de cierta diversificación.
La octava cifra el aumento de consumo de pescado, un rubro que poco a poco se ha ido imponiendo en la dieta, en particular el atún.
La novena cifra es la disminución del consumo de leguminosas, de nuevo un grupo alimenticio asociado a los pobres.
La décima cifra corresponde al aumento relativamente marginal del consumo de azúcares.
Si totalizamos los porcentajes de consumo, observamos que el venezolano promedio del 2004 comió un 29.1% mas que el venezolano promedio del 1998.
Pasemos primero a analizar la situación nacional. Las estadísticas están divididas por grupos de alimentos (cereales, carnes, lácteos y huevos, pescados y mariscos, frutas, hortalizas, grasas, azucares, raíces, tubérculos y feculentos, y leguminosas). Los valores se refieren a la disponibilidad bruta para consumo humano en toneladas y al consumo per capita, en kilogramos por persona por año. Las estadísticas están disponibles desde el año 1990 hasta el 2004. Por razones de espacio, primero analizaremos las estadísticas correspondientes al periodo del gobierno bolivariano 1998-2004 y por ultimo mostraremos una grafica que abarca todo el periodo 1990-2004.
Para poder cuantificar mejor los porcentajes, recordemos que el aumento vegetativo de la población venezolana durante el periodo analizado fue de 1.75%, es decir, un aumento de población acumulado de aproximadamente 10.5%.
Grupo 1: Cereales
El rubro de los cereales esta compuesto fundamentalmente por maíz, arroz y trigo. Es notable el aumento (166%) de la disponibilidad de maíz en grano y harina precocida (30.1%) en apenas seis años. El decrecimiento de la disponibilidad del maíz pilado (60.8%) contradice la disponibilidad excedentaria del maíz en grano, lo que permite suponer un descenso equivalente en la demanda. La disponibilidad de arroz tuvo también un aumento notable (35.1%). La disponibilidad de la harina de trigo tuvo un aumento menor (11.0%) posiblemente debido a la política gubernamental de sustituir productos exógenos (como el trigo) por productos encógenos (el maíz). Tan importante como la disponibilidad es el consumo per capita. Con respecto al maíz, el consumo per capita tuvo un aumento del 16.4%, el de arroz aumentó un 20% y el de trigo un decrecimiento de 6.2%. En conclusión, en general, los venezolanos comen (en total) un 9.0% más de cereales y en particular, comemos mas arepas y arroz, y menos pan.
Grupo 2: Carnes
Este grupo esta dividido en carne bovina, porcina, ovina caprina y aves. Observamos que existe un estancamiento en la disponibilidad de carne en canal, lo que implica un déficit de la oferta por el aumento vegetativo de la población. Efectivamente el consumo per cápita de este rubro descendió un 13.2%. Lo mismo sucedió con la carne porcina en canal, cuya disponibilidad disminuyó un 6.7% y que de nuevo se refleja en el consumo con un decrecimiento del 15.2%. Sin embargo, es de hacer notar en el rubro porcino, el aumento de la disponibilidad de “otros productos” que tuvo un aumento desproporcionado del 184%. Si sumamos la disponibilidad total de carne porcina en sus dos presentaciones obtenemos un aumento de la disponibilidad de un 13,2%. El consumo de carne ovina-caprina es relativamente marginal y no lo analizaremos. Pasaremos a un rubro mucho más importante, el de aves. La disponibilidad de carne de pollo aumento en un 59.0%, mientras que la de gallina disminuyó en un 97%, que se bien es un porcentaje alto, no puede compararse directamente ya que en realidad la carne de gallina representa solo un pequeño porcentaje (1.4%) del total de carnes de aves.
En total, el consumo per capita de carne aumentó un 11.7%, debido fundamentalmente al mayor consumo de pollo.
Grupo 3: Lácteos y Huevos
La disponibilidad de la leche pasteurizada tuvo un aumento del 6.2%, insuficiente para cubrir el aumento de población. Pero más dramático aun es el descenso de la disponibilidad de la leche en polvo (40.5%) quizás asociada a factores internacionales a nivel mundial. Los aumentos de disponibilidad de queso industrial (7.1%), queso de finca (46.9%) y otros productos lácteos (114%) sugieren una mayor industrialización de la leche en Venezuela. En cuanto al consumo per capita nos encontramos que hay una disminución en el consumo de leche pasteurizada (5.3%), leche en polvo (46.8%) y queso industrial (6,5%). Aumenta el consumo de leche de finca (31.2%) y otros productos lácteos (100%). En equivalente de leche fluida se observa una preocupante disminución del 10.5%.
En cuanto a los huevos, su disponibilidad aumentó en un 11.9%, mientras el consumo se mantuvo estable.
Grupo 4: Pescados y Mariscos
En este grupo, hubo un aumento general de la disponibilidad con excepción de las sardinas frescas y los pescados salados que disminuyeron su disponibilidad en 45.0 y 78.7%, respectivamente. Sin embargo la sardina en conserva aumento su disponibilidad en un 130.4%, por lo que podría inferirse que la menor disponibilidad de sardina fresca es debida al aumento de su industrialización. El atún, uno de los rubros mas importantes de este grupo por su masivo consumo en Venezuela, tuvo un aumento de su disponibilidad en sus dos versiones, fresco (116.9%) y en conserva (119.3%). Es interesante el aumento en la disponibilidad de mariscos (53.7%) ya que este rubro se va apreciando cada vez mas en la dieta del venezolano, así pues, su consumo aumentó en un 33.3%. Por su parte, el consumo de atún fresco aumento un 93.8%, enlatado un 100%, y el de sardina en conserva 100%. Cabe destacar la caída en el consumo de sardina fresca (51.7%).
En rasgos generales, el consumo de pescado en la dieta del venezolano aumento en un 6.2%.
Grupo 5: Frutas
Resulta curioso en este grupo de alimentos, el descenso en la disponibilidad y el consumo de rubros como el cambur (41.4% y 47.8%, respectivamente) y el mango (53.7% y 58.7%). Contrariamente, la disponibilidad y el consumo de “otras frutas frescas” tuvieron un aumento de 166.8% y 136.3%, respectivamente. Respecto al resto de las frutas cabe resaltar en aumento de la disponibilidad de piña (60.8%) y lechosa (82.5%) aunque dichos porcentajes no se reflejen en el consumo en la misma proporción.
Nos atreveríamos a decir que la disminución del consumo de cambur y mango, está relacionada con el carácter “proletario” de estas maravillosas frutas, pudiendo justificarse esta aseveración por el aumento tan resaltante del consumo de “otras frutas frescas”, que parecen haber sustituido al cambur y al mango.
Por su lado, el consumo de naranja disminuyó en un 16.3%, el de piña aumentó un 42.3%, el de patilla disminuyó un 23.8%, el de aguacate disminuyó un 12.8%, el de lechosa aumentó un 63.3%, el de uva disminuyó un 28.6% y el de pulpas y conservas de frutas disminuyó un 6.1%.
En conclusión, además de “otras frutas frescas” el venezolano aumentó su consumo de piña y lechosa, mientras que consumió menos patilla, naranja, uva y pulpas. Parece haber una relación entre el consumo y la disponibilidad que en cierta forma hace los precios. En total, el consumo de este grupo disminuyó en un 8.5%.
Grupo 6: Hortalizas
El consumo total de hortalizas aumentó en un 7.5%. En cuanto a la disponibilidad cabe destacar el aumento en la cebolla (30.0%), lechuga (25.7%), pimentón (17.5%), tomate (21.7%) y “otras hortalizas” (64.7%), asimismo la disminución en zanahoria (17.7%). En repollo y remolacha, la diferencia es marginal. Con respecto al consumo, aumenta la cebolla (23.5%), tomate (7.0%), pimentón (4.2%), lechuga (14.3%) y “otras hortalizas” (48.7%); disminuye la zanahoria (27.4%), remolacha (16.7%) y repollo (11.1%). De nuevo se observa una correlación entre la disponibilidad y el consumo. Como miembros de la comunidad andina venezolana, donde la zanahoria es (o era) uno de los rubros agrícolas mas importantes, nos sentimos preocupados por la disminución de su disponibilidad (y consumo).
De manera general observamos de nuevo un incremento en el consumo, sugiriendo una dieta mas abundante y variada. Nótese que al igual que el grupo anterior, en donde el mayor aumento porcentual correspondía a “otras frutas frescas”, en este grupo el mayor aumento se refiere a “otras hortalizas” indicando que la dieta del venezolano viene diversificándose en el tiempo, lo que también sugiere una mayor cultura alimenticia.
Grupo 7: Grasas Visibles
Mientras que la disponibilidad de grasas visibles animales disminuía en un (11.2%), el aceite mezcla vegetal aumentaba (42.3%), así como el aceite de maíz (24.6%), la margarina (68.3%), la mayonesa (144.8%) y la manteca vegetal (34.1%). Es de hacer notar los importantes aumentos de estos rubros. Con respecto al consumo, se observa una disminución de las grasas visibles animales (23.1%) y un aumento en el resto de los rubros: aceite mezcla vegetal (26,4%), aceite de maíz (10.5%), margarina (85.7%), mayonesa (113.3%) y manteca vegetal (11.1%). En forma general, el consumo de este grupo de alimentos aumentó un 35.6%. Seria interesante poder analizar medidas de colesterol en la población en función del tiempo, pues uno de los efectos de la “modernidad” es el consumo de comida “chatarra” o “fase food” en donde la mayonesa es uno de los ingredientes principales.
Grupo 8: Azúcares
En este grupo sobresale el rubro azúcar refinado. Su disponibilidad aumentó en un 17.0% y el consumo en un 3.8%. El segundo rubro en importancia es el de azúcar en bebidas gaseosas. La disponibilidad aumentó en un 12.2% y el consumo se mantuvo estable. Los demás rubros no tienen gran peso específico ni variaciones demasiado significativas. En total, el consumo de azúcares aumentó en un 2.6%.
Grupo 9: Raíces, Tubérculos y Feculentos
Este grupo de alimentos es muy representativo de la americaneidad (si se me permite usar esta expresión). Con excepción del plátano, todos los demás productos son autóctonos de la América. Sin embargo observamos que el consumo total disminuyó en un importante 19.1%. Disminuyó el consumo de papa (cultivo tradicional de los andes venezolanos) en un 6.7%, el de yuca (2.1%), ñame (30.4%), apio (30%), ocumo (78.3%), plátano (33.3%) y “otras raíces y tubérculos” (16.7%). Es curioso en este grupo que aunque aumentó la disponibilidad de papa (4.1%) y yuca (12.6%), su consumo disminuyó, rompiendo el esquema de “a mayor disponibilidad, mayor consumo”.
Siendo la papa, la yuca y el plátano los tres rubros mas representativos de este grupo, el consumo total disminuyó en un 19.1%. Cabe destacar aquí el bajo consumo de casabe, apenas 0.7 kilogramos por persona al año, comparado con el consumo de otras harinas o tipos de “pan”, como la arepa o el pan de trigo (incluyendo pastelería). Recordemos de cuadros anteriores que se consumen 41.8 kilogramos de maíz y 34.8 de trigo (por persona y a año).
Grupo 10: Leguminosas
Culminamos nuestro análisis con el grupo de las leguminosas, donde la popular caraota es el rubro más importante y representativo. La disponibilidad de caraotas aumentó 10.4% mientras que su consumo se mantuvo estable. El segundo rubro en importancia es el fríjol, cuya disponibilidad aumentó en un 35.6% y su consumo en un 20%. El tercer rubro se corresponde con “otros granos leguminosos cuya disponibilidad y consumo se ha mantenido estable. También este resultado forma parte de la cultura alimenticia del venezolano. Siendo este grupo de alimentos tan rico en proteínas es tomado como comida de pobre. Un consumo de apenas 2.9 kilogramos, por persona y por año, de caraotas es relativamente bajo; recordemos que cada venezolano consume 3.3 kilogramos de mayonesa por año, lo cual no parece lógico.
Conclusiones
Hemos analizados diez grandes grupos de alimentos que forman parte de la dieta del venezolano. Las cifras, en resumen son las siguientes: (consumo en kilogramos por persona por año): Cereales (+9%), Carnes (+12%), Lácteos y Huevos (-11%), Pescados y Mariscos (+6%), Frutas (-9%), Hortalizas (+8%), Grasas Visibles (+36%), Azucares (3%), Raíces, Tubérculos y Feculentos (-19%), leguminosas (-5%).
En el periodo analizado, 1998-2004, se observa que en seis grupos aumentó el consumo mientras que disminuyó en cuatro. La mayor variación se observa en el aumento del consumo de grasas, en particular del rubro mayonesa. Esto concuerda con la tendencia, moda y avance de la comida “chatarra” muy abundante en este tipo de salsa.
La segunda cifra en importancia se refiere a la disminución en el consumo de raíces, tubérculos y feculentos; fundamentalmente de plátano. De nuevo aquí, al parecer nos conseguimos con otro atavismo cultural, esta vez relacionado con el concepto de comida de pobre: el plátano es considerado un alimento no-gourmet.
La tercera cifra en importancia es el aumento del consumo de carne, fundamentalmente pollo. Siendo la carne una fuente importante de proteínas, este aumento del consumo es una buena noticia.
La cuarta cifra en importancia se refiere a la disminución del consumo de lácteos, un rubro que esta en el tapete internacional actualmente (mas adelante editamos un artículo al respecto de la situación internacional de la leche), pero que no deja de ser preocupante dado que es el alimento de los niños por excelencia.
La quinta cifra esta relacionada con el aumento del consumo en cereales, alimento de gran importancia y base de todas las civilizaciones, en nuestro caso, el maíz y el arroz.
La sexta cifra se refiere al descenso en el consumo de frutas, en particular el cambur y el mango, lo que de nuevo pareciera corroborar el carácter transculturizante de la alimentación, moviéndose de los rubros ancestrales a las nuevas modas.
La séptima cifra es el aumento en el consumo de hortalizas, en particular la cebolla y “otras hortalizas”, indicativo de cierta diversificación.
La octava cifra el aumento de consumo de pescado, un rubro que poco a poco se ha ido imponiendo en la dieta, en particular el atún.
La novena cifra es la disminución del consumo de leguminosas, de nuevo un grupo alimenticio asociado a los pobres.
La décima cifra corresponde al aumento relativamente marginal del consumo de azúcares.
Si totalizamos los porcentajes de consumo, observamos que el venezolano promedio del 2004 comió un 29.1% mas que el venezolano promedio del 1998.
FUente: peg@ula.ve
Dr. Pedro Grima GallardoCentro de Estudios en SemiconductoresDpto. Fisica. Fac. Ciencias. Universidad de Los Andes.Mérida. Venezuela.teléfono: +58-274-2401332 ext. 13fax: +58-274-2401286celular: 0414-0710554
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