Rubén Alemán -
Se cumplen cinco años de la guerra de Irak, o mejor dicho, de la agresión al pueblo iraquí. Se cumplen cinco años de mentiras, de odio, de muerte, de dolor. Según unas fuentes, más de 600.000 iraquíes han muerto desde aquel nefasto 18 de marzo de 2003, según otras –seguramente más acertadas- más de un millón de personas han perdido la vida por culpa de un salvaje, de un bárbaro sediento de sangre y petróleo llamado George W. Bush.
La muerte lejana es siempre muerte. Es muerte cercana. Porque la causa de los pueblos no conoce distancias, no conoce olvido. Por mucho que se haya dejado de hablar tanto de la guerra, por mucho que ya no salgamos a la calle a gritar “No a la Guerra”. Por mucho que los medios de comunicación, sobre todo la televisión, a base de repetirnos que los “terroristas iraquíes” han causado una guerra civil no debemos acostumbrarnos a tal desastre humano, a tanta destrucción provocada por un sistema, el capitalista, que tanto expolio, tragedia y deterioro del medio ambiente genera.
Es cierto que en Canarias las cosas están poniéndose cada vez más duras. Que incluso gente preparadísima cobra menos de 1000 euros y no puede emanciparse o formar una familia con casa propia, coche y esas cosas que antes eran normales. Que tenemos cifras de pobreza y de paro ya insoportables –no me cansaré de repetir las cifras que da Cáritas de cerca de 600.000 isleños bajo el umbral de la pobreza, muy probablemente más de un millón si contamos a inmigrantes y precarios-, que nuestra sanidad y educación cada vez están más deterioradas. Todo ello es cierto.
Pero negar la evidencia de los niños y niñas chadianas con la barriga hinchada por el hambre, o de la madre palestina que, con su hijo muerto en los brazos, parece no encontrar aliento para tanta lágrima, o los senegaleses enterrados en el océano engañados por un miserable patrón de cayucos no es comparable con nada.
Por eso es imprescindible no mirarnos tanto al ombligo. De vez en cuando es incluso hasta aconsejable leer las páginas de Internacional de los periódicos para descubrir que en este modelo no hay salida para la Humanidad. Es el modelo de la hipocresía donde incluso muchos de los que se dicen de izquierda no son más que frustrados prebostes del capital que juegan a progres. Que me diga alguien si conoce a alguna persona que se declare de derechas… Hay mucho gerente amargado disfrazado de revolucionario.
En el día de hoy, merece la pena pensar en cómo se vive en pleno 2008 en Bagdad, en Kabul, en Ramallah, en los ranchitos de Bogotá, en Lima, en Guatemala, en tantas ciudades del mundo donde la ambición desmedida del ser humano nos ha convertido en el peor depredador que habita este planeta antes llamado Tierra..
El cantautor español Ismael Serrano habla en su canción “La ciudad de los muertos”, de las familias pobres que viven en un enorme cementerio cairota con sus antepasados. Mucho me temo que ése será el futuro de la humanidad toda si no recuperamos los valores de la Pacha Mama, los valores de los aymará, de los magos, de eso que un barbudo alemán llamaba Socialismo y que no es otra cosa que extraer del ser humano su potencial solidario y creativo. O nos salvamos todos o perecemos.
Sin solución de continuidad.
Rubén Alemán - laspalmasgc@unidaddelpueblo.org
Secretario del Comité Local de Las Palmas de Gran Canaria de UNIDAD DEL PUEBLO y miembro del Consejo Nacional
laspalmasgc.unidaddelpueblo.org
Fuente: Magec
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