sábado, 8 de marzo de 2008

MANIFIESTO DEL DÍA DE LA MUJER TRABAJADORA



Quizás no sea casualidad que este año, la celebración del Día de la Mujer Trabajadora, coincida con la jornada de reflexión electoral, casi invitándonos a reflexionar juntas sobre lo acontecido a la mujer durante estos últimos cuatro años, tanto en el ámbito político, sindical, como ideológico, económico, social y familiar.


¿Dónde está la presencia y la participación de las mujeres en la gestión y en los debates políticos, económicos, sociales y culturales en los diferentes países en momentos que no son electorales?

¿Dónde está la lucha y el apoyo a las mujeres en el mundo rural?

¿Dónde está un proyecto conciliador entre el trabajo productivo y reproductivo que las mujeres trabajadoras realizamos?

La presencia de la mujer trabajadora, su trabajo, la forma en la que entendemos el mundo y la vida en todos los ámbitos, la conquista y la lucha por el ejercicio de los derechos laborales ciudadanos y de enmancipación de la mujer trabajadora, nos está costando no sólo puestos de trabajo, sino que va más allá, infravaloraciones, agresiones, la vida y hasta la de nuestros hijos.

En este intento muchas de nosotras se han quedado en el camino de la lucha, por el único deseo de ser protagonistas de su vida y conquistar derechos a los que no hemos querido renunciar, ni renunciaremos, ellas y su recuerdo serán nuestro motor cuando fallen las fuerzas.

Otras compañeras son víctimas de malos tratos, acosos, de injusticias laborales por ser mujer, por desear una maternidad y por sobrecarga de trabajo, pues se nos quiere atribuir un destino al cual nos revelamos, el de ser destinatarias de la agresividad social que imponen las desigualdades en un sistema de políticas neoliberales, el de paliar las deficiencias asistenciales a nuestros mayores, el de ser las únicas responsables del trabajo reproductivo del hogar, el cual no se valora y todo esto, sin dejar de ser mano de obra productiva en condiciones de sobreexplotación.

La mujer trabajadora, ha creado la necesidad de que las Instituciones hayan tenido en cuenta el vacío legislativo y social que existía tras su incorporación en el mundo laboral elaborándose leyes y convenios. Sin embargo, estas respuestas sólo apuntan hacia la productividad, la prevención de malos tratos y a la asistencia puntual y de problemas de género poco eficaces.

Aunque se han dado pasos decisivos, debemos ir más allá. No debemos conformarnos con la única bandera de la igualdad de género en el trabajo, sería renunciar a la plena integración y emancipación como mujeres trabajadoras, así como menospreciar las diversas potencialidades que poseemos, contribuyendo a ir mejorando la calidad de vida de toda una nación, quedando aún mucho que ejercer y conquistar.

Se impone organizarnos y unirnos a las mujeres trabajadoras del mundo para acabar con los sistemas políticos y sociales generadores de desigualdades.


1.- Seguir creyendo cada vez más en nuestras potencialidades.

2.- Romper los roles y esquemas establecidos tanto para el hombre como para la mujer.

3.- Aunar esfuerzos en contradicción con los intereses individualistas de las políticas neoliberales.

4.- Sentirnos partícipes de una lucha social, económica, e ideológica, no sólo en el entendimiento de igualdades.

Desde el
FSOC, invitamos a todas las mujeres trabajadoras de Canarias a continuar en la lucha y ponernos manos a la obra en la labor planificada de desarrollar nuestro poder reivindicativo y contribuir al cambio de actitudes en las diferentes organizaciones y en el conjunto de la sociedad.

Enhorabuena compañeras y felicidades por todos los actos revolucionarios que en nuestro día a día vamos tejiendo.

Sindicato Obrero Canario (FSOC) - fsoc@sindicatoobrerocanario.org
www.sindicatoobrerocanario.com

MAGEC 2008

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