sábado, 1 de marzo de 2008

“Por ahora” una discusión pendiente


Por: Víctor J. Rodríguez Calderón

Dice así Mosquera en sus memorias: “Encontré al Libertador ya sin riesgo de muerte del tabardillo que había hecho crisis, pero tan flaco y extenuado que me causó su aspecto pena. Estaba sentado en una pobre silla de vaqueta, recostado contra la pared de un pequeño huerto, atada la cabeza con un pañuelo blanco y sus pantalones de ginge me dejaban ver sus rodillas puntiagudas, sus piernas descarnadas, su voz hueca y débil y su semblante cadavérico. Tuve que hacer un grande esfuerzo para no largar mis lágrimas y no dejarle conocer mi pena y mi cuidado por su vida. Recordando entonces lo que estaba planteado en el Perú, le dije: ¿Qué piensa hacer ud. ahora? A lo que avivando sus ojos huecos el Libertador con tono decidido me contesto: ¡Triunfar!”. ¡Que ejemplazo para un revolucionario derrotado! Esta palabra dicha en aquellas circunstancias tan difíciles, asoma la voluntad del hombre que por amor a su pueblo y a su patria no desfallece un ápice ante las calamidades adversas por mas completas, infames y difíciles que estas puedan ser. Es difícil soportar la derrota, pero mas triste es saber que se pierde por no escuchar, por huirle a la autocrítica política y por rodearse de un equipo que solo connota negatividad y por entrar en el terreno del enemigo donde una partida de supuestos orientadores lo único que han sabido hacer es entrar en los “dimes y diretes” escaqueados en el meollo, de eso que ahora quieren hacer ver que es periodismo activo y defensivo. ¿Qué pasó con la propuesta a la reforma Constitucional? Lo nuevo no se incrementa fácilmente, era necesario de más discusión y de verdad de llevarla a un debate político y no a una contienda personal, pues se trata nada menos ni nada más, que del nacimiento de una nueva nación, cuyo parto es un proceso histórico objetivo de ideas y de fuerza, donde fundamentalmente está la verdadera independencia. La conciencia de la nueva era que está por venir y la creatividad para edificar una nueva democracia; una democracia real y no el simple concepto de ella, que es lo que hemos vivido en estos últimos tiempos donde gobernó un bipartidismo despótico, corrupto, y que sin quererlo, ha seguido en línea nuestra revolución. Si no averigüen: ¿Por qué 3 millones de compatriotas no fueron a depositar sus votos y todas las fuerzas que se pierden por simples estupideces políticas? ¿Por qué ganaron los opositores? ¡Triunfar!. SI, ese es el camino, pero para ello se necesita construir las bases, salirnos de ese callejón sin salida que le han hecho muchos de los que hoy acompañan al Presidente Chávez, es de urgencia crear una articulación combinada de los verdaderos elementos revolucionarios y no olvidar que la verdadera ideología se basa en el legado del árbol de las tres raíces, lo que hará que avancemos en lo orgánico (interno) cosa de proyectarlo en lo político (externo) y que cada progreso es para beneficio del pueblo y no de algunos que hacen el grupito corrupto y adulador que rodea sin piedad a nuestro líder y que lamentablemente éste no quiere ver ni tocar. Las obras sociales y de infraestructura, en su mayoría se han convertido en negocio de ladrones y pillos de cuello blanco, tal cual como en la cuarta republica. Sabemos que no ha habido revolución dentro de la revolución y quien se atreva hablar o señalar este gravísimo error, inmediatamente es un enemigo acérrimo de la revolución. Ya está bueno, esta derrota anuncia un futuro y si queremos lograr de verdad un triunfo hay que comenzar a trabajar por reorganizarse, por trabajar y depurar el proceso, por luchar contra la corrupción, la inseguridad social y la anarquía que mantienen los seudo revolucionarios y que nuestro líder despierte de ese sueño y que así como lo hablamos un día, el compromiso es con la Patria camarada, así que no se le puede estar alzando el brazo a corruptos e inmorales como revolucionarios, pues no estoy dispuesto a perder mas mi voto y no me vaya a venir con que sino me gusta, me vaya. Tengo todo el derecho de luchar por lo que creo, me asiste la razón para limpiar y desechar lo malo que carcome el proceso, que desde que nació he trabajado sin necesidad de adulaciones. Yo no lloro ni me conformo ante las derrotas. Necesario es analizarlas. Los combates políticos del pueblo tienen que adquirir una nueva dimensión de carácter nacional, nueva correlación de fuerzas y un avance verdadero en la conciencia política de la población. Habrá continuidad histórica bolivariana adaptada a nuestra idiosincrasia, para que tenga éxitos en sus combates. Estamos obligados a entender los triunfos parciales, pero organizados como partido y no en bandas anárquicas, pues de esa manera es que podremos articular recíprocamente hasta crear las condiciones para las batallas decisivas que puedan desplazar del poder al imperio y a la oligarquía nacional. Este mensaje solo tiene un objetivo: Contribuir a abrir una verdadera perspectiva estimulando una discusión que en este momento juzgo es necesario. En la derrota es que se aprenden los triunfos, la historia nos espera, salgamos con valor e inteligencia a encontrarla. “Por ahora” es cuando, pero si se ratifica y el presidente Chávez tiene que convencerse que necesita equipo humano digno y capaz de distribuir la carga del trabajo. De lo contrario no pasara en la historia de que fuimos una esperanza más.

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